¡EL FALSO REVOLUCIONARIO¡ Lo que no dijo B. Mommer sobre R. Ramirez y PDVSA (Aporrea)

0
209

Bernard Mommer, antiguo viceministro de hidrocarburos y quien llegó a ser muy cercano a Rafael Ramírez, ha denunciado que existen fines políticos dirigidos a perjudicar al ex ministro de Petróleo y expresidente de PDVSA, así como a otros actores importantes dentro de la política (e industria?) petrolera durante la presidencia de Hugo Chávez [Bernard Mommer acusa a Dirección de Comercio de PDVSA de subestimar precio del petróleo | PETROGUIA]. Ese mismo patrón de defensa de la gestión de Ramírez aflora nuevamente en entrevista más reciente.

Cuando se le pregunta si Ramírez apoyaba la política y decisiones del ex presidente Chávez en materia petrolera o intentaba persuadirle de lo contrario, este responde entre otras cosas que [ HispanoPost on Twitter: «#SinTapabocasPeroADistancia ???? | Bernard Mommer: «»Poner militares fue un golpe mayor contra Pdvsa»» https://t.co/nlknGZWJ11 Por ????️ @arojasjimenez con Bernard Mommer https://t.co/fZmrMrzVHx» / Twitter ]; «llego un momento en que el gobierno tuvo urgencia de más ingresos y en lugar de honrar compromisos con los socios, se le dio el dinero al presidente de la república y allí empezó el endeudamiento de PDVSA».

En dicha entrevista Mommer culpa del endeudamiento de nuestra industria al hambre de divisas de H. Chávez, asegurando que hasta ese momento la industria no tenía deuda significativa, sino que era más bien el gobierno. Ambas aseveraciones son erróneas como veremos en lo adelante.

MOMMER y SU MEDIA VERDAD

Las afirmaciones hechas por Mommer no tienen basamento alguno más allá de su posición personal y subjetiva dado que las cifras y los resultados expresan otra cosa. Valdría la pena preguntarse;

¿porque el presidente de la república no debía exigir en aquel momento mayor nivel de divisas de una industria petrolera que para entonces producía sobre 3.100.000 BPD, con un barril en ascenso que llegó a cotizarse por sobre $150 (OPEP)?

¿Porque el presidente Chávez debía a esperar un menor nivel de ganancias netas, cuando el precio del barril tendía al alza mientras que la producción nación se sostenía medianamente estable?

Ramírez entra a la presidencia de PDVSA en Noviembre’2004, pero su gestión realmente inicia a partir de 2005. En términos de producción, esta venía reflejando la inercia y empuje operativo impartido desde el rescate del sabotaje petrolero de 2002, llegando a 3.274.000 BPD al cierre de 2005. El petróleo subía con fuerza, entraban muchas divisas y Ramírez disfrutaba de una PDVSA entregada en bandeja de plata produciendo estable y prácticamente libre de deuda. Era su momento estelar, tenía toda la atención de H. Chávez porque el grifo de petrodólares estaba abriéndose con fuerza.

Para el cierre de 2006 el informe de gestión auditado señalaba una deuda financiera de $2.260 millones con una deuda consolidada de $9.150 millones, mientras que los ingresos brutos reportados con un barril promedio OPEP al alza de $61.08, fueron de $99.252 millones, con unos ingresos netos de $5.452 millones. Para ese momento aún no se reportaban «ganancias» por la vía de ingresos financieros. Dicha figura surgiría más adelante. Esas supuestas ganancias no eran otra cosa que el maquillaje de ingresos en divisas, reciclados por la vía de la intermediación cambiaria, que luego se reintegrarían al flujo de ingresos de PDVSA de forma creciente y a partir de 2008 para ocultar los desmanes.

La relación ingreso bruto a ganancia neta a partir de la entrada de Ramírez comenzaba a ceder apenas llega este a PDVSA, pasando de 8.7% en 2004 con un barril promedio OPEP de $36.1, a 5.5% en 2006 con un barril de $61.1, llegando en 2010 a un mínimo de 3.3%. Dicho nivel se mantendría cuasi-constante hasta precisamente 2012.

Ramírez y su equipo pusieron en acción progresivamente a partir 2008 los ingresos financieros, como medio de maquillar el derrumbe que venían experimentando las ganancias netas, en medio de un alza del barril sin precedente (excepto H2’2008-H1’2009). El maquillaje de ganancias netas por la vía de los ingresos financieros tuvo su máximo apogeo entre 2013 y 2014, pasando de $3.152 en 2012 a. $20.343 millones en 2014.

Mientras ello sucedía los costos de producción se elevaban imparables pasando de $3.9 por barril en 2004, a $4.34 en 2006 y $7.1 pb en 2008. Dichos costos de producción se elevaron continuamente durante llegando hasta un máximo de $18.05 en 2014, mientras la deuda financiera tocaba su máximo de $46.150 millones, con una deuda consolidada de $82.100 millones, muy cercana por cierto al patrimonio de PDVSA para entonces de $89.760 millones.

EL FALSO REVOLUCIONARIO

PDVSA caía herida en las manos de Ramírez, aun con un barril (OPEP) que llegó a superar $150 y una producción estable superior a 3.100.000 BPD en promedio. Caía herida por la ineficiencia, la creciente corrupción, el plan Siembra Petrolera, las expropiaciones de empresas de servicio y el cambio de asociaciones estratégicas, de riesgo compartido y convenios operativos, a empresas mixtas, donde antiguos operadores que reportaban a la industria, pasaban ahora a ser socios con voz y voto de la estatal.

Decía Ramírez que la nación ganaría más dinero, ya que las regalías pasarían de 16,66% a 30% (crudo). Ello no sería más que una ilusión, ya que lo que supuestamente iría a percibir el estado por concepto de regalías se diluiría en lo adelante entre costos de producción, perdida de operadores y socios claves que luego se irían del país, corrupción y más corrupción.

costos produccion

Lo que hizo Rafael Ramírez y su clan resultó ser dañino para Venezuela y sobre todo para PDVSA. Negocios mal concebidos donde era usual que dichos socios dejaran de honrar sus compromisos sin tener consecuencias. Donde comprometían a PDVSA a desviar recursos hacia proyectos que realmente no jerarquizaban.

Es así como solo en aumento en costos de producción ocurrido entre 2005 y 2014, la nación y PDVSA dejaron de percibir anualmente unos $5.165 millones por cada millón de barriles producidos; es decir unos $16.300 millones anuales a la producción promedio en dicho periodo. Esos $16.300 millones anuales de entonces (unos $21.000 millones de hoy), que PDVSA perdía por ineficiencia y malos negocios, era una cifra superior por si sola, a la mayor ganancia neta reportada por la gestión de Ramírez (2013), aun e incluso sumando los ingresos financieros. Comparado con 2022 el desplome en los ingresos de la nación y PDVSA aludido solo al aumento en los costos de producción supera los $13.170 millones anuales por millón de barriles producidos. Aparte del dinero de los negocios oscuros y la corrupción, ese era el dinero que desaparecía diariamente de Venezuela y que según Bernard Mommer, Hugo Chávez le exigía a Rafael Ramírez.

A medida que el barril se elevaba manteniendo estable el nivel de producción, los ingresos brutos crecían hasta tocar su máximo de $127.611 millones durante 2012. Pero mientras ello sucedía la relación porcentual entre los ingresos netos y brutos se desplomaba, a la par que PDVSA era invadida por el germen de la corrupción e ineficiencia, llegando a 3.3% precisamente durante ese mismo año de mayor nivel de ingresos brutos. Dicha relación cedió desde 8.7% en 2004 a 3.3% en 2012, derrumbándose en aproximadamente 1/3 de su valor inicial.

PDVSA se endeudaba peligrosamente y su relación pasivo patrimonio se elevaba de manera abrupta, no porque el ex presidente Chávez exigía lo que por derecho debía exigir; más divisas, sino porque la industria estaba acusando un deterioro sistemático; estructural a partir de 2008, con la puesta en marcha de los planes del equipo de Ramírez. Este creaba la ilusión de un creciente activo, pero ocultaba que el pasivo crecía a una mayor velocidad y por ende el patrimonio de nuestra industria se iba deteriorando en el tiempo; no mejorando.

El 2008 fue precisamente el año en el que el barril logra su máximo y aunque fugaz primer pico histórico de cerca $150. Era el mismo año en el que entran en escena los «ingresos financieros». Era el momento en que se presentaba al país el dispendioso y a las pruebas ineficiente plan Siembra Petrolera, junto al resto de planes faraónicos de expansión de PDVSA, así como del uso petróleo y del gas como armas de dominio geopolítico particularmente hacia el Caribe y Suramérica.

Era el momento en el que la chequera estaba abierta hacia afuera y donde se presentan los planes y proyectos a lo interno que en realidad nunca cuajarían. Era el momento en el que Ramírez vendía un barril a $200 que nunca llegaría, sino que se desplomaría en 2014. Nuestros dineros se perdían entre ineficiencia y corrupción, por lo cual algunos en Venezuela pagan condena y otros huyen forrados de millones por el mundo. Ese era el dinero que realmente estaba reclamando Hugo Chávez y por el cual terminaron endeudando a PDVSA.

Ya para el periodo 2011-2012 a lo interno todos comentaban sobre el año electoral. Corría la voz que Chávez estaba grave e irreversiblemente enfermo y que Ramírez saldría de la industria. A partir de entonces se desató el festín y la orgia de negocios y corrupción, que terminó con un sin número de detenidos y un número mayor de enconchados en distintos paraísos fiscales alrededor del mundo disfrutando el dinero mal habido que por derecho les pertenece a los Venezolanos de bien.

Ese festín no termina. Hoy PDVSA comparado con 2005 deja de percibir sobre $13.170 millones anuales por cada millón de barriles producidos y solo por concepto de ineficiencia reflejado en unos onerosos costos de producción.

Por: Einstein Millán Arcia

EINSTEN MILLAN

Fuente: Aporrea