Trece bandas armadas que agrupan a unos 10.000 delincuentes operan en casi todo el territorio venezolano. Manejan narcotráfico, tráfico de oro, minerales y gasolina, trata de personas, extorsión, secuestros y un sector de ellos forma parte de las bases de apoyo del partido oficialista (PSUV) según revela la investigación “Economías Ilícitas al amparo de la corrupción”, de la ONG Transparencia Venezuela.
La reciente investigación publicada por la ONG Transparencia Venezuela “Economías Ilícitas al amparo de la corrupción”, recién publicada, reunió a un equipo de investigadores para analizar las principales fuentes de la economía ilícita que operan en el país con la participación de los mayores grupos criminales. Dedica especial atención a El Tren de Aragua, la principal banda de delincuentes comunes del país y que tiene ramificaciones por América.
La investigación concluye que Venezuela se ha convertido en uno de los epicentros del crimen organizado de la región.
Destaca que ante la asfixia económica causada por la destrucción de la industria petrolera, crisis económica, desaparición del subsidio cambiario, falta de inversión y las sanciones internacionales, funcionarios y efectivos corruptos han optado por ampliar su participación en las actividades económicas ilegales que se desarrollan a lo largo y ancho del territorio nacional.
Tren de Aragua, locomotora del crimen
De acuerdo con los cálculos realizados para el informe “Economías Ilícitas al amparo de la corrupción” de la ONG Transparencia Venezuela, los grupos criminales armados, sumados a la red de corrupción, son capaces de generar anualmente alrededor de $4.919 millones por el tráfico de drogas.
Otros $1.800 millones les llegan por el tráfico y venta de oro por canales irregulares; $1.900 millones con las actividades asociadas al contrabando y venta ilegal de combustible; y cerca de $825 millones por la extorsión en los puertos. Del estudio se desprende que en conjunto anualmente generan $9.400 millones a organizaciones criminales amparadas por funcionarios corruptos.
De todas estas organizaciones, las bandas delictivas armadas son las ejecutores de las más importantes actividades delictivas que se han extendido en casi todo el territorio. La investigación describe a 13 de las organizaciones delictivas más grandes que operan en nuestro territorio y la incidencia de las economías ilícitas en 13 estados de Venezuela.
Las bandas se reparten el territorio
Entre las bandas estudiadas se encuentra, la más grande de ellas, “El Tren de Aragua”, que se ha extendido a más de la mitad del territorio y a por lo menos siete países de la región.
Otro grupo opera en los estados Bolívar y Amazonas teniendo en el tráfico de drogas y oro sus principales actividades.
En las zonas de frontera el tráfico de estupefacientes es la principal fuente de ingresos; aunque se combina con el contrabando, trata de personas, secuestro y extorsión. La mayoría de las organizaciones no están alineadas a una ideología política; pero casi todas establecen vínculos con las comunidades a través de los grupos comunales de apoyo al gobierno.
En esa conexión, las mujeres tienen un rol determinante. Otro punto a destacar es que la mayoría de sus integrantes son reclutados en las comunidades en donde operan.
Las FARC Disidente, Nueva Marquetalia y el ELN son organizaciones guerrilleras de origen colombiano que en los últimos años se han asentado en Venezuela y sus miembros han sido reclutados en comunidades venezolanas.
Estas organizaciones manejan un discurso político de “izquierda progresista” y salvo, las FARC Disidente, enfrentada a Nueva Marquetalia y al ELN, apoyan al gobierno de Nicolás Maduro. Es de destacar que estas organizaciones armadas se insertan en las comunidades y se disputan territorios, rutas de tráfico y contrabando y suelen tener enfrentamientos armados entre ellas.
Hasta Chile llegó el Tren de Aragua
El “Tren de Aragua” es la organización criminal más grande y poderosa de Venezuela. Es el grupo armado que logró expandir sus actividades a otros países de América Latina (Costa Rica, Ecuador, Colombia, Brasil, Bolivia, Perú y Chile) y está integrado por un ejército de más de 4.000 hombres, dispone de armas de guerra y tiene una estructura jerárquica definida, según se detalla en el estudio de la ONG Transparencia Venezuela.
En junio de este año la Policía de Investigaciones de Chile (PDI) capturó a siete integrantes de una célula de la peligrosa organización criminal venezolana “Tren de Aragua’, que operaba en el Cerro El Chuño, en Arica, en el norte del país vinculada a los delitos de tráfico de drogas, armas y homicidios.
La PDI explicó que se trata del Clan “Los Gallegos”, un brazo del “Tren de Aragua” sospechoso de tráfico de migrantes, secuestro, extorsión, homicidio, narcotráfico e infracción a la ley. Esta organización fue previamente investigada por movilizar de manera irregular a grupos de personas hacia el interior de Chile a través de pasos fronterizos no habilitados en el norte limítrofe con Bolivia y Perú, para luego trasladarlas al sur y explotarlas.
De sindicalistas a bandas armadas
La banda el Tren Aragua tiene su origen en los sindicatos mafiosos que controlaban los puestos de trabajo y negocios asociados a la fallida construcción de un proyecto ferroviario que conectaría el centroccidente de Venezuela y que nunca se culminó.
Para entonces ya Héctor Rutherford Guerrero Flores, alias “Niño Guerrero”, era el pran (jefe criminal) del Centro Penitenciario de Aragua, mejor conocido como cárcel de Tocorón. Aunque la organización criminal el Tren de Aragua surgió fuera de la cárcel, la prisión se convirtió en su base de operaciones.
Sus creadores fueron Johan José Romero, alias “Johan Petrica”, quien ahora opera desde las minas de oro y diamantes del estado Bolívar y José Gabriel Álvarez Rojas, alias “el Chino Pradera”, quien murió en un enfrentamiento con la policía en 2016.
Bandas de presos como señores de las cárceles
Carolina Girón, directora del Observatorio Venezolano de Prisiones, citada en el informe de Transparencia Venezuela, explicó que los múltiples planes de humanización para los penales, creados por Tareck El Aissami, ministro de Relaciones Interiores (2008-2012) y luego gobernador de Aragua (2012-2017), solo sirvieron para entregarle el control de las cárceles a los presos, con la excusa de evitar la violencia.
El Centro Penitenciario de Aragua, o Tocorón, al sur del estado Aragua, era descrito por familiares de los prisioneros como un lugar donde los niños podían disfrutar de la piscina y animales; los adultos disfrutar la promocionada “Discoteca Tokio” y de eventos deportivos.
En diciembre de 2021, sin ir muy lejos, varios autobuses salieron de las poblaciones cercanas a Tocorón, como Bella Vista, en el distrito Sucre del estado Aragua, cargados de entusiastas amigos y familiares de los presos que se fueron a pasar la Navidad y el Año Nuevo en el penal. Algunos iban armados, bebían licor y la fiesta la comenzaron a bordo de los propios vehículos, dijeron testigos a El Estímulo.
Con los años, el Tren de Aragua se expandió a otros municipios hasta lograr tener presencia en 13 estados de Venezuela, lo que dificulta estimar el número preciso de integrantes con los que cuenta. Han exhibido fusiles AK-47, AK-103, FAL, AR-15, pistolas de diversos calibres, escopetas y un gran arsenal de granadas.
Las actividades delictivas de la banda El Tren de Aragua se han centrado en el tráfico de drogas, armas y chatarra, trata de personas, secuestro, robo, extracción de oro y otros minerales. Suele reclutar personas que ya están en prisión, las cuales van escalando posiciones en el grupo criminal por su antigüedad o por la lealtad que muestran a “Niño Guerrero”.
Las investigaciones arrojan que todos los reos que están en Tocorón tienen el visto bueno del “líder” y quien no cuenta con su aprobación no podría ser trasladado al penal.
Otros tipos de reclutamiento se hacen en cada comunidad en las que tenga presencia El Tren de Aragua. Captan adolescentes de ambos sexos. Los invitan a fiestas, les ofrecen dinero, comida y ayudas para sus familias, según una fuente que investiga a la organización.
Participación de la mujer
Esta organización delictiva tiene entre sus filas a mujeres que ejercen papeles muy relevantes, muchas de ellas están desplegadas en cada una de las comunidades que el “Tren de Aragua” controla y se encargan de repartir las bolsas de comida de los CLAP.
Estas mujeres además son las máximas autoridades de los Consejos Comunales y ejercen el monitoreo en el terreno.
Cuando los cuerpos de seguridad han incursionado en sus comunidades, ellas son enviadas a declarar para rechazar esas incursiones. Según el Informe de Transparencia Venezuela en videos han asegurado que “es mejor estar protegidas por el Tren de Aragua que por la policía”.
Las madres, hermanas y esposas de los presos de Tocorón que son integrantes del “Tren de Aragua” fungen como los ojos de estos reclusos en la calle y vigilan el comportamiento de otros dentro de la prisión. También son usadas como señuelos en robos.
Los que trabajan como informantes cuentan con aliados en organizaciones comunitarias. Algunas mujeres son las encargadas de cobrar extorsiones en divisas o transportar el dinero, según denuncia el informe.
Uso de niños
La banda utiliza a niños de 10, 11 y 12 años de edad para iniciarlos en las actividades delictivas. Al comienzo, los ponen a hacer tareas pequeñas, como mandados: deben ir a las bodegas a entregar notas o buscar comidas. Mas tarde son entrenados para acciones delictivas como sicariatos y secuestros.
Para ello, la organización tiene zonas de entrenamiento para formar a los futuros delincuentes. A los que son más arriesgados los entrenan para sus operaciones delictivas. Se han detectado centros de entrenamiento en los municipios Santiago Mariño y Santos Michelena, del estado Aragua.
“Niño Guerrero”, maquinista del Tren
Héctor Gabriel Rutherford Guerrero Flores, alias “Niño Guerrero”, ha sido el principal líder del “Tren de Aragua” y el pran de Tocorón. Los reportes sobre su carrera delictiva indican que en 2005 fue detenido por el delito de homicidio de un funcionario. En 2010 lo volvieron a detener por robo y fue trasladado hasta la cárcel de Tocorón. En septiembre de 2012, cuando ya era conocido por los medios de comunicación, se reportó que se había escapado.
Su fuga fue un escándalo porque develó la corrupción en el centro penitenciario, por el pago realizado al director del recinto y otros funcionarios. Además, su escape fue vinculado con Jimena Romina Araya “Rosita”, una actriz venezolana, quien fue acusada por la justicia venezolana por su presunta colaboración en su fuga. Fue capturada el 29 de octubre de 2012 y días más tarde puesta en libertad bajo fianza.
El Tren de Aragua tuvo hasta su patrona: la entonces modelo conocida como «Rosita»
Jimena Romina Araya, alias «Rosita», la modelo y actriz que cayó cautivada por El Niño Guerrero.
En 2013, “Niño Guerrero” fue capturado en Barquisimeto, estado Lara. Según la información publicada entonces, tenía dos meses operando en la región y portaba una falsa identidad. Fue enviado hasta el Centro Penitenciario de Los Llanos (Cepella) en el estado Portuguesa; pero poco tiempo después regresó a Tocorón.
Durante su ausencia en la cárcel, el liderazgo de la prisión lo ejerció Johan José Romero conocido como “Johan Petrica”. En 2015 comenzaron a salir a la luz pública las particularidades de este penal y todo lo que “Niño Guerrero” había logrado construir allí como piscinas y zoológicos para niños, además de la “Discoteca Tokio”.
En diciembre de 2016, “Niño Guerrero” fue sentenciado a 17 años, 2 meses y 2 días de prisión, tras admitir su participación en 12 delitos, entre los que destacan homicidio intencional, ocultamiento de arma de guerra, tráfico de drogas y usurpación de identidad. En 2018 la Sala Penal del Tribunal Supremo de Justicia consideró que se vulneró el debido proceso en su caso.
A “Niño Guerrero” se le atribuyó el asesinato de Wilmer José Brizuela Vera alias “Wilmito”, quien se encontraba recluido en Tocorón al serle revocado el beneficio penal. Wilmito, era el pran de la cárcel Vista Hermosa, de Ciudad Bolívar, murió en una balacera por el control del penal de Tocorón.
El Tren de Aragua liquidó a su rival Wilmito
Funcionarios del gobierno chavista, como la ex ministra Iris Varela y el alcalde José Vicente Rangel Avalos han intentado negociaciones directas con líderes de bandas criminales, como «Wilmito». extinto rival del Tren de Aragua, en busca de la paz.
Bandas y complicidad
Del informe de Transparencia Venezuela sobre las bandas armadas delictivas en el país se desprende que si bien en los últimos años el gobierno de Maduro ha desplegado operativos para desarticularlas estos grupos, suelen tener en sus orígenes vínculos con programas gubernamentales como las comunas, distribución de alimentos, creación de los cuerpos de paz y la creación de organizaciones de apoyo a la revolución como las denominadas Cuadrillas de Paz (CUPAZ). Estas últimas son fuerzas especiales, cívico-militares, que han terminado incursionando en actividades delictivas y están incluidas entre las 13 bandas más activas del país.
Estas bandas han operado en varias regiones de Venezuela, especialmente en algunos estados como Yaracuy que fue el piloto de estas organizaciones. Estos grupos han tenido un rol más político y de defensa de la revolución. Participan en la movilización de votantes oficialistas, en la represión de protestas antigubernamentales y ejercen control social mediante la distribución de alimentos subsidiados, con los Comités Locales de Abastecimiento y Producción (CLAP), y la entrega de cilindros de gas para cocinar.
También fueron asignados a la administración de la venta de gasolina subsidiada en las estaciones de servicio pero tuvieron que ser retirados por la extorsión y venta ilegal del combustible. Miembros de estas organizaciones han sido detenidos y procesados por asesinato, robo y extorsión.
Si bien los CUPAZ fueron creadas como organizaciones sociales y comunitarias sus objetivos se desviaron y como las otras bandas delictivas se volvieron autónomas.
“Ahora controlan territorios para imponer su autoridad, defienden parcelas políticas y actúan al margen de la ley: extorsionan, secuestran y cobran peaje”, señala la ONG Provea. Poseen armas largas, fusiles AK 103, pistolas 9 milímetros y granadas.
Otros aspecto común en las bandas delictivas es la incorporación de niños y jóvenes de las barriadas populares, quienes a falta de opciones para una vida digna son captados y entrenados por las bandas para convertirlos en “líderes”, luego de cumplir con las fases de entrenamiento que incluyen asesinar a una persona que suele ser escogida en la propia comunidad.
Debilidad institucional y corrupción
En los últimos años en América Latina y el Caribe se observa el incremento de este tipo de organizaciones delictivas armadas con vínculos internacionales y cómplices en los gobiernos locales, como El Tren de Aragua.
El auge de estas bandas va a la par del incremento que se refleja en el tráfico de drogas y otros delitos conexos. Todos estos países, pero especialmente Venezuela, tienen en común, la debilidad de las instituciones y la corrupción. Las acciones y expansión de las bandas en el país aumentan la brecha de desigualdad, la migración y el deterioro de la calidad de vida de la población que no tiene acceso a servicios básicos de calidad, trabajo y salarios justos, con índice de pobreza que supera el 90% de la población, señala Transparencia en este documento.
Francisco Olivares
Fuente: Tal Cual