La «perestroika» de Maduro

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El Diario Las Américas reseña que la solución que ha encontrado Maduro para lidiar con el fin del petroestado, las sanciones internacionales y la ausencia de financiamiento, es recurrir al sector privado y a instrumentar reformas económicas destinadas a estabilizar el país.

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«Sería bastante iluso pensar que los cambios que se vislumbran tienen como norte una apertura económica de calidad», advierte el economista Luis Oliveros.

Sin embargo, sostiene que para Maduro el problema ahora es económico, «ir mutando hacia una nueva economía, tal vez por eso, el nuevo gran enemigo sea el Partido Comunista de Venezuela y buscar las formas de conseguir recursos. El gobierno sigue reuniéndose con empresarios y economistas, buscando asesorías y recomendaciones para mejorar la situación económica del país. Venezuela apunta a su propia “Perestroika” [proceso de reformas económicas producido en la antigua Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas a finales de los 80, que culminaría con su disolución en 1991], una versión tropicalizada”.

Aunque las leyes sobre las que se sustenta el ideal económico del que presume la Revolución Bolivariana se mantienen vigentes, en la práctica ya no se aplican: el dólar circula libremente, al punto que dos terceras partes de las operaciones comerciales se realizan en divisas; la regulación de precios ha desaparecido en varios sectores de la economía; el gobierno otorga algunos incentivos a las exportaciones y hasta establece agendas de diálogo con los empresarios.

La dolarización desordenada de la economía ha creado un mercado dual en divisas y bolívares que favorece a quienes tiene acceso a dólares o euros, creando una significativa diferencia con quienes tienen que sobrevivir con ingresos en bolívares.

Por otra parte, la Revolución Bolivariana comienza a desprenderse de las empresas que confiscó durante los últimos 20 años. En algunos casos las venden a nuevos grupos económicos que han crecido en el gobierno de Maduro y en otros casos cede las operaciones -sin vender la empresa- a privados.

Sin embargo, la apertura de Maduro es selectiva -y tal vez coyuntural- mientras permite que algunos sectores -o empresas específicas de algunos sectores- se puedan oxigenar, mantiene el control casi absoluto sobre otras áreas.

La «perestroika» de Maduro

Según Oliveros “las primeras acciones del gobierno de Maduro van en la dirección de no solamente buscar socios en el sector petrolero (…) Las circunstancias actuales y un panorama complicado en el corto y mediano plazo, empujan al gobierno de Maduro a cambios pragmáticos por sobre la ideología, la cual como hemos repetido muchas veces, queda relegada a un segundo plano, ante el objetivo primario de mantener el poder”.

Oliveros destaca que “no importa el tipo de empresarios que estén dispuestos a invertir en la actual Venezuela, la necesidad es grande».

En los informes de coyuntura económica de Oliveros se explica que Maduro “promociona las oportunidades de invertir en Venezuela, con el sustento de la Ley Antibloqueo y facilidades tributarias y crediticias a la entrada”.

Otros analistas advierten que las reformas de Maduro pueden facilitar un proceso en donde fondos de capital de riesgo inviertan en compañías venezolanas. El primer caso ocurrió con la multinacional estadounidense Cargill que vendió sus activos en Venezuela (plantas de aceites, harina y pasta) al fondo Phoenix Global Investment.

@Puzkas

Fuente: «https://www.diariolasamericas.com/» – Google Noticias