La Fiscalía venezolana ha aprehendido a José Youssef Boutros, dueño de Café Kaldi, por los delitos de Legitimación de Capitales, Estafa Agravada y Asociación para Delinquir. Youssef, quien ya estaba bajo investigación por lavado de dinero en la trama de corrupción de PDVSA, ahora es acusado de utilizar su café como fachada para una elaborada estafa piramidal.
Según el Ministerio Público, Youssef utilizaba criptomonedas y estructuras fraudulentas para engañar a sus víctimas, ocasionándoles graves daños patrimoniales. El CICPC investiga una estafa que ronda el millón de dólares.
Café Kaldi, ubicado en Las Mercedes, atraía a inversores con la promesa de lucrativos retornos en divisas extranjeras y USDT. Sin embargo, las víctimas eran engañadas y se les retenían sus fondos con excusas como «Tenemos que techar el dinero antes de que puedan cobrar». Para intimidarlas, los operadores de la estafa afirmaban tener vínculos con un alto funcionario del gobierno.
Miguel Pérez de Barquisimeto, quien dice tener permiso de SUNACRYP para minar criptomonedas, es señalado como uno de los principales recaudadores de fondos para la operación. Pérez presume de sus conexiones con figuras influyentes, incluyendo altos funcionarios de la FANB.
Cuando la pirámide se complicaba, las víctimas eran llevadas a la oficina de Café Kaldi, donde Youssef y Pérez justificaban sus acciones con falsas asociaciones con el programa de bolsas CLAP y el sector alimentario.
Youssef también está acusado de liderar una estafa Ponzi a gran escala, involucrando a su propia familia y amigos. Sarkis Youssef Boutros, Rashed y Pablo son señalados como sus cómplices en la captación de dinero a intereses altos, dejando a numerosas víctimas en la ruina.