¡POR LA PUERTA TRASERA! El trago amargo de Delcy en España

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Llegando a hurtadillas, de madrugada, proveniente de un vuelo largo y cansón, Delcy Rodríguez se quedó con las ganas de violar las sanciones impuestas por la Comunidad Europea contra el régimen de Nicolás Maduro “por su política represiva y ausencia de libertades democráticas en ese país”. Por esta vez (y quizás la primera en veinte años), la funcionaria de Nicolas Maduro se tuvo que enfrentar cara a cara con la Ley y no pudo manipularla a su favor.

Elizabeth Fuentes / El Cooperante

De las múltiples versiones sobre su escala en el aeropuerto de Barajas, todas coinciden en que Rodriguez intentó convencer al Secretario de Organización del Psoe y Ministro de Transporte español, José Luis Abalos, para que le permitiera salir del avión durante la escala obligada que la aeronave hizo en Madrid para que la tripulación descansara. Algunas fuentes policiales le revelaron a la prensa española que “La vicepresidenta de Venezuela, Delcy Rodríguez, nunca llegó a entrar legalmente en territorio español durante su escala del pasado lunes en el aeropuerto madrileño de Barajas”.

Según fuentes policiales, según publica El País de Madrid, “Delcy Rodríguez solicitó de manera insistente poder abandonar el avión, lo que motivó que una de las personas presentes en el aparato llamase a Ábalos para que mediase. El ministro llegó entonces al avión junto con un comisario de policía, quien informó a la vicepresidenta venezolana de que no podía bajar y que, si lo hacía, tendría que ser detenida al tener prohibido el acceso a la UE. Rodríguez insistió en entrar en la terminal de Barajas, pero, aseguran las fuentes, fue Ábalos quien calmó a la vicepresidenta venezolana, quien al final desistió y se quedó en la aeronave acompañada durante un rato por el ministro, mientras la tripulación se iba a descansar”.

Pero lo más patético de la anécdota es que luego el ministro Ábalos hizo lo imposible por negar lo ocurrido, por encubrir el encuentro secreto como si se tratara de un asunto vergonzoso o una metida de pata política. Hasta que finalmente tuvo que admitir que su reunión con la número dos de Maduro “fue casual” , ocurrida pasada la medianoche del domingo cuando supuestamente él había acudido al aeropuerto para recibir al ministro venezolano de Turismo, Félix Plasencia.

Según esta segunda versión, Ábalos aseguró que fue en plena madrugada a recibir al ministro venezolano ” ya que ambos son amigos desde hace tiempo”. Otra excusa rara porque empujarse hasta Barajas en plena madrugada para recibir a un amigo, con el cual tuvo una amplia reunión en su despacho al día siguiente, suena como mínimo poco convincente. Es decir, que la gentileza de ir a recibir a su amigo el Ministro de Turismo venezolano coincidio casualmente con la rabieta de Delcy Rodriguez por empeñarse en bajar del avión, lo que llevó a Abalos a desentenderse de su amigo y dedicarse a convencer a Delcy para que se quedara quietecita en el avión ¿Es esa versión creible?

Tanto le ha huido a la verdad el funcionario español, que se molestó cuando un reportero de ABC multimedia le increpó hoy sobre el encuentro con Delcy Rodriguez y se negó a responder.”Yo me he reunido con el Ministro de Turismo…¿quiere usted saber cuantas veces me he reunido con la oposición venezolana? Pues como una docena de veces…yo me reuní con el Ministro de Turismo”, insistió de mala gana, cuidándose de siquiera mencionar a Delcy Rodriguez. Lo que permite inferir que Abalos teme develar su encuentro secreto con Delcy como si se tratara de algo ilegal o, al menos, penoso.

Para mayor indignación de Abalos y Rodriguez – y de Pablo Iglesias y el Presidente Pedro Sánchez- se espera que una multitud reciba a Juan Guaido en la Plaza del Sol, donde el alcalde le otorgará las Llaves de la Ciudad de Madrid mientras Felipe González – un histórico del Psoe hoy en el poder-, ha declarado que “Juan Guaidó es el único representante legitimado democráticamente, de acuerdo con la Constitución de Venezuela, frente al poder fáctico representado por la tiranía de Maduro” y los “apoyos espurios” de la “llamada Asamblea Constituyente, del Tribunal Supremo o de la cúpula militar”.

Victorioso en su gira europea, recibido por importantes líderes de medio mundo, Juan Guaidó ha inaugura el año ganando este round sin mayor esfuerzo, mientras el gobierno de Nicolas Maduro luce arrinconado, como encerrado en un avión y mirando desde la ventanilla la soledad que le acompaña.

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