¡AGÁRRENSE! El nuevo zarpazo del régimen contra el bolsillo del venezolano

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¿Saben ustedes que Nicolás Maduro señaló esta semana que “ya verán” cómo vamos a lograr llegar a un dígito de inflación? Sí. Es como de aquellos micros de la antigua Globovisión: aunque usted no lo crea.

por Miguel Ángel / Caraota Digital

Lo que debemos tener en cuenta, creer, denunciar y reclamar sin aspaviento, es que en medio de sus peroratas, que ahora incluyen ataques de desesperación por necesidad de dinero, el régimen prepara otro cruel zarpazo contra nuestros presupuestos familiares.

Ver a Maduro prometiendo abatir la inflación, obliga a recordarlo en el anuncio del aumento del precio de la gasolina y el lanzamiento del Petro, señalándose a sí mismo como genio de la economía y motivo de estudio por parte de los especialistas en la materia a escala mundial. Qué grotesco!

La medida por concretarse es peor que los tristes shows que iré recordándoles, porque ya bastante hemos tenido con una hiperinflación que en los últimos años alcanzó varios centenares de miles porcentuales, como para que ahora, dados los escasos resultados que está presentando el Servicio Autónomo de Administración Tributaria a su jefe en Miraflores, nos vengan a “clavar” nuevos impuestos brutales. Eso está “en el horno”.

También he tenido que recordar por estas horas, cuando después de una arremetida letal contra muchachos y ciudadanía en general que salió a las calles a protestar por el deterioro de nuestras vidas en 2014, Nicolás Maduro llamó a diálogo en Miraflores, y luego su ministro de Interior y Justicia Miguel Rodríguez Torres ejecutó la “orden de ordenar” a todos los empresarios del país que se fuesen sentando con el gobierno, región por región, en un diálogo nacional económico, porque el Presidente se estaba consagrando a ganar la guerra económica. Qué circo baratón!

La verdad es que no somos pocos los que podríamos pensar que Maduro no morirá precisamente de exceso de talento como economista. Pero debe resultar obligatorio advertir que quizás si pudiera ser por los daños que le cause su exceso de crueldad. Eso de querer imponer unos impuestos a las transacciones en dólares, euros, pesos, que hagan los venezolanos, es, por decirlo de la manera más benigna, eso, una crueldad.

El economista Luis Vicente León dice que seis de cada 10 residentes en Venezuela no tienen acceso a los dólares, y no es que los otros cuatro de la muestra estadística tengan acceso como para bañarse en ellos.

De hecho, al 40 por ciento que tiene acceso, aún no se le ha estudiado lo suficientemente bien como para que sepamos el origen de esos fondos. Bien puede venir una parte de ese dinero, de las remesas que con mucho esfuerzo envían al país los hermanos de la “diáspora” para que los suyos medio sobrevivan por estos lares; o bien puede ser obligatorio investigar si parte de ese circulante tiene origen en una gigantesca operación de lavado de dinero corrupto del gobierno, como tanto se ha denunciado.

De cualquier manera, el cipotazo viene, según se ha dejado colar desde los aparatos de contra información del régimen para ver cómo va reaccionando la gente, con porcentajes incluso superiores al criminal 16 por ciento que el “gobierno obrero” le clava a la ciudadanía por concepto de Impuesto al Valor Agregado (IVA).

Lo que estamos obligados a no olvidar jamás, es que la posibilidad de esta medida se nos viene justo cuando seguimos en el shock de una crisis humanitaria compleja, a causa de la mayor expoliación que ha sufrido Venezuela, por parte de un régimen que tuvo entre sus manos la riqueza más importante en toda la historia nacional, dado el boom del mercado petrolero que disfrutó.

Y ahora las reservas internacionales, como conocimos también esta semana, no alcanzan ni el mínimo de los 1000 millones de dólares. Se reporta que tenemos algo menos de 800 millones de reservas líquidas y menos de 200 en otros instrumentos, incluyendo oro. Ha sido el régimen de Maduro motivo de burla, con eso de haberse creído poseedor de una genialidad económica digna de estudio, cuando en realidad llevó a Venezuela a tener unas cuentas que pueden superar un artista afamado o un súper deportista. Qué desastre!

Cómo es que se mantienen por estos días las denominadas “ciudades burbujas” en Venezuela, donde pareciera que la vida va tomando ribetes de normalidad? Pues a punta de esos más de 2.600 millones de dólares, 600 millones de euros y no sé cuántos millones de pesos colombianos, cuya procedencia claramente habrá de definirse.

Nicolás Maduro señaló en otro de sus programas televisivos que lo de la dolarización era muestra de la flexibilización de sus políticas económicas y que habían encontrado en ella una fórmula que ha ido normalizando al país y también ha ido ganándole batallas al enemigo en esta guerra económica. Pero, qué mentira tan grande!

El hecho de que Venezuela es el único país en el que el dólar, el euro y los pesos no se escapan a la espiral inflacionaria, es otro asunto digno de estudio sobre el catastrófico genio de Maduro y sus equipos económicos.

Pero es obligatorio decir también, que lo que ha ocurrido no es más que la rendición del régimen frente al odiado dólar. Se le rindió. Y el dólar, en una economía medio en libertinaje, pues medio ha emparejado algunas cosas, al menos en las “ciudades burbuja”.

Pero la naturaleza del alacrán es la naturaleza del alacrán. Preparada la cola con su ponzoña. Van a clavar los impuestos a las transacciones en moneda extranjera, esa por la que millones de ciudadanos han tenido que vender casas, automóviles, joyitas, y hasta el modo de caminar para tener los billeticos que les compren comida y medicinas.

Como corolario, para volver al principio de este reporte, que Maduro señala que va a llevar la inflación a un dígito, acoto que lo inteligente es imaginarse que hubiera un plan para la reactivación de la economía. Porque hasta un alumno de educación primaria sabe la ecuación de que a mayor producción y mayor oferta y más competencia, tendremos menor inflación.

Agárrense: he escuchado una conversación del representante de la publicación Banca y Negocios, con Pedro Penzini hijo, en la que César Aristimuño dice que, por ejemplo, el banco número 15 en el ranking colombiano tiene mayor capacidad crediticia que todo el sistema financiero venezolano. Y varios bancos de medio y bajo nivel en otros países nos ganan así de tristemente la pelea por prometer créditos productivos.

Los bancos nuestros están quemando sus mega ganancias de los años anteriores en pago de personal y sedes, a la espera de que las cosas cambien. Esas fortunas van “palo abajo” y no están disponibles para prestarle la cantidad de plata que necesita un despegar del aparato productivo de Venezuela.

Entonces, esperemos el golpe contra el presupuesto familiar con los nuevos impuestos a las transacciones en divisas extranjeras. Pero no nos perdamos el show por venir, del señor Nicolás, explicando una nueva genialidad del cómo es que piensa bajar a un dígito la inflación, con las reservas internacionales a niveles de ruina y un sistema financiero sin capacidad de prestarle plata a nadie. Como dijo el propio Maduro, “ya lo verán”.