El Programa Mundial de Alimentos de la Organización de Naciones Unidas publicó un estudio en el que afirma que 9.3 millones de venezolanos están en inseguridad alimentaria, y necesitan asistencia
7.9% de la población en Venezuela (2.3 millones) está en inseguridad alimentaria severa y 24.4% (7 millones) está en inseguridad alimentaria moderada. Lo que se traduce en una de cada tres personas en Venezuela (32.3%) está en inseguridad alimentaria y necesita asistencia. Estas cifras son el resultado del estudio realizado por el Programa Mundial de Alimentos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), publicado este 23 de febrero.
“Once estados presentan índices superiores a la prevalencia nacional de inseguridad alimentaria severa, los índices más altos se encuentran en Delta Amacuro (21%), Amazonas (15%), Falcón (13%), Zulia (11%) y Bolívar (11%)”, detalla el informe denominado «WFP Venezuela. Evaluación de seguridad alimentaria: Principales hallazgos».
El programa (WFP, siglas en inglés de World Food Programme) fue invitado por el gobierno de Nicolás Maduro a realizar una evaluación de seguridad alimentaria en el país, para estimar las necesidades y vulnerabilidades de los hogares en Venezuela. El estudio se llevó a cabo de julio a septiembre de 2019, y “tuvo acceso en todo el país para la recolección de datos a nivel de hogar”, especifican.
Los resultados del estudio se sacaron mediante el análisis de patrones de consumo de alimentos, estrategias de sobrevivencia de medios de vida y consumo, además de la vulnerabilidad económica. “Al momento de la encuesta muchas de las familias todavía podían cubrir sus necesidades alimentarias, pero al gran costo de sacrificar sus bienes y arriesgar sus medios de vida”, explican.
En cuanto a la disponibilidad de alimentos, la conclusión fue la siguiente: siete de cada 10 venezolanos reportaron que siempre hay comida disponible, pero no todo (ni todos) pueden costearlos, “los precios son demasiado altos en comparación con los ingresos de los hogares”. Lo que también se traduce en una dieta no diversificada. “Las familias venezolanas consumen cereales, raíces o tubérculos a diario y complementan su consumo de cereales con legumbres (caraotas, lentejas) tres días a la semana y con lácteos cuatro días a la semana. El consumo de carne, pescado, huevo, vegetales y frutas está por debajo de los tres días a la semana para cada uno de estos grupos de alimentos. La falta de diversidad en la dieta indica una ingesta nutricional inadecuada”.
“Estrategias de sobrevivencia”
Según el informe de WFP, resultado de análisis y evaluación de 8,375 cuestionarios válidos, el 74% de las familias ha utilizado estrategias de sobrevivencia relacionadas al consumo de alimentos, reduciendo la variedad y calidad de la comida; el 60% de los hogares reportó haber reducido el tamaño de la porción de sus comidas.
“Para sobrevivir, el 33% de los hogares ha aceptado trabajar a cambio de comida y el 20% ha vendido bienes familiares para cubrir necesidades básicas. Seis de cada diez familias han gastado sus ahorros en comida”.
Otras cifras
La hiperinflación ha afectado la habilidad de las familias para adquirir comida y otras necesidades básicas. El 59% de los hogares no tiene ingresos suficientes para comprar comida y el 65% no es capaz de comprar artículos esenciales de higiene, ropa y calzado. Y el 18% de los hogares depende de asistencia gubernamental y sistemas de protección social.
La precariedad de los servicios básicos
La encuesta recolectó datos sobre el acceso a servicios básicos: agua, aseo, vivienda y electricidad. Al momento de la encuesta, cuatro de cada 10 hogares tenían interrupciones diarias en el servicio de electricidad y el 72% tenía un suministro irregular de gas. Cuatro de cada 10 hogares tenían interrupciones recurrentes en el servicio de agua, el 25% de los hogares no tenía acceso estable a agua potable.
La evaluación en Venezuela siguió la metodología estándar de una Evaluación de la Seguridad Alimentaria en Emergencia (ESAE) de WFP, además del Enfoque Consolidado para Reportar Indicadores de Seguridad Alimentaria (CARI por sus siglas en inglés). La evaluación está basada en el análisis de datos primarios recolectados a nivel de hogar y nivel comunitario. Al final de la evaluación se recolectaron 8,375 cuestionarios válidos, con el objetivo de tener representatividad estadística a nivel de estado.