Voto estudiantil no deja espacio para que se cuele el chavismo en universidades

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Cuatro de las cinco universidades autónomas del país tienen presidentes vigentes en su Federación de Centros Universitarios (FCU) y en cada una de ellas, además de enfrentar la violencia que busca obstaculizar resultados, el factor común es que los candidatos del chavismo han quedado muy lejos de dar la pelea, o por lo menos no a través del voto

Gabriela Rojas/ Rosecny Zambrano (La Nación) / Alexander Arteaga (La Verdad)/ El Tiempo

Los procesos electorales en las universidades han venido enfrentando desde hace más de 10 años la sombra de las intervenciones judiciales y la suspensión de las jornadas cuando la violencia quiere imponerse como norma. Pero aunque los órganos de cogobierno estudiantil están trancados en medio de la interpretación que produjo la sentencia 0324, en el caso de las federaciones, los jóvenes han logrado defender sus espacios con la renovación de sus representantes, con resultados que muestran una tendencia inequívoca: las planchas estudiantiles que se identifican con el chavismo han sido derrotadas en todas las universidades autónomas. Parece que al contar los votos, el chavismo no tiene al estudiantado de su lado.

El 7 de junio de 2019, David Sosa recibía las felicitaciones generales desde distintos voceros de la opinión pública al ser proclamado ganador en los comicios para convertirse en el presidente de la Federación de Centros Universitarios de la Universidad Central de Venezuela (UCV), en medio de unas reñidas y polémicas elecciones en las que compitió contra Lustay Franco.

Aunque se trata de unas elecciones concernientes al ámbito universitario y específicamente de la población estudiantil, no era poca cosa el triunfo de Sosa: representa una larga e ininterrumpida seguidilla de antecesores que han sido parte de la dirigencia juvenil y que le han plantado significativas batallas en la arena política al gobierno tanto de Hugo Chávez como de Nicolás Maduro.

Los «manitos blancas» como fueron llamados de manera sarcástica por los representantes del oficialismo, le cambiaron el rostro a la escena política del país desde 2007, y cada contendiente que aspira a la FCU de la UCV y de las demás universidades, lo entiende y lo sabe muy bien.

Los comicios estudiantiles en la UCV dieron como ganador a la plancha Estudiantes Libres, encabezada por David Sosa, quien sumó 5.736 votos, según datos de Ezequiel Montilla, presidente de la Comisión Electoral. La participación totalizó casi 40% de la población estudiantil, y el segundo lugar le quedó a la plancha Vamos U, liderada por Lustay Franco, con 3.515 votos.

elecciones UCV

Ambos contendientes representaban planchas de oposición y a pesar de que la votación de la plancha ganadora casi duplica el voto de la segunda opción, al revisar la suma de ambos candidatos alcanzaron 9.251 votos de estudiantes.

La representación de la plancha del chavismo fue casi inexistente al punto de que la discusión se mantuvo entre dos candidatos que en algún momento fueron aliados. Uno de los puntos álgidos de la campaña fue precisamente la asociación ideológica de miembros de la plancha Vamos UCV con el chavismo.

Sairam Rivas rechazó la campaña que se hizo contra su plancha. Denuncia que hubo diputados a la Asamblea Nacional que presuntamente promovieron la «saña y la campaña de desprestigio, que no se han graduado, y aún así desde este lado nunca se les ha señalado por ello. Al contrario, siempre hemos estado solidarios con sus luchas y cuando han sufrido persecución», expuso Rivas en un comunicado.

«¿Acaso hay que perseguir, condenar y matar a todo aquel que en algún momento fue chavista y que ya se deslindó? Eso no es precisamente lo que caracteriza los valores democráticos y menos a la Universidad. Eso es actuar con la misma naturaleza con la que actúa este régimen, perseguir a todo aquel que piense distinto», expresó.

La polémica se generó cuando la entonces presidenta de la Federación de Centros Universitarios Rafaela Requesens, denunciaba que Vamos Venezuela tenía una «careta democrática» por tener «representantes de la dictadura».

Requesens se dirigió expresamente a la representante de esta plancha, Lustay Franco: “hermana, usted está a tiempo también de rectificar, usted está a tiempo porque sabemos que en su plancha hay miembros, hay representantes de la dictadura”.

Aunque los representantes de Vamos la U dijeron que se trataba de una campaña en contra de su equipo, la votación habló: la plancha de Lustay Franco perdió.

Escenario blanco y negro
Cuatro de las cinco universidades autónomas del país tienen presidentes de la Federación de Centros Universitarios (FCU) vigentes, aunque una de ellas sigue en disputa. Marlon Díaz, presidente de la FCU de la Universidad de Carabobo (UC), resaltó esta importante coincidencia y se detuvo en el hecho de que los candidatos del chavismo han quedado muy lejos de resultados verdaderamente competitivos.

 

Díaz señalaba que los presidentes de las FCU en las diferentes casas de estudio «a pesar de la profunda crisis en las universidades, hacemos lo imposible por defender nuestras instituciones y a los estudiantes que representamos», por lo que destacaba que en las cuatro elecciones realizadas entre 2019 y la que queda pendiente para 2020 se ha derrotado «por amplio margen al chavismo».

LUZ lucha contra la violencia
A tres meses de las elecciones del Consejo Universitario y de la Federación de Centros Universitarios de la Universidad del Zulia (LUZ) aún no existen resultados oficiales y los estudiantes permanecen sin representantes como en los últimos 10 años.

El proceso electoral estudiantil estuvo plagado de irregularidades, según aseguran los diferentes candidatos a las dirigencias universitarias, quienes denuncian robos de urnas electorales y obstaculización del desarrollo de las votaciones.

Hasta los momentos solo se tiene un boletín preliminar donde dan como ganadora a Yeissel Pérez, militante juvenil del partido Primero Justicia. Sin embargo, ya se estableció que las elecciones deberán repetirse en dos instancias: la Facultad de Ingeniería y el núcleo de Punto Fijo.

La cifras preliminares con la totalización de actas indican que Yeissel Pérez obtuvo 3.410 votos, Leysmar Villafañe, candidata del oficialismo: 1.697 votos y Andrés Robayo de Unidos por la U: 1.366 votos, según datos oficiales.

La candidata de la Plancha 7, Yeissel Pérez, logró triunfos en las facultades de Ciencias, Ingeniería, Odontología, Veterinaria y, extraoficialmente, también Medicina, donde Pérez obtendría 842 votos, Robayo 159 y Villafañe, la candidata del chavismo, apenas 14 votos.

El primer proceso electoral en LUZ desde 2009, se realizó el 14 de noviembre de 2019. Edwar Vílchez, miembro de Propuesta 20 del partido Voluntad Popular, afirma que todo marchó de manera normal hasta las 12.00 del mediodía en el núcleo Maracaibo.

A las 8:00 de la mañana, sujetos no identificados montaron en una camioneta a Víctor Ruz, el presidente de la FCU saliente quien estaba canalizando los votos, y lo desaparecieron de la Facultad de Ingeniería.

“En Ingeniería se robaron tres cajas que pertenecen a tres escuelas de las siete que conforman la facultad”, explica Yeissel Pérez y asegura que las cuatro cajas restantes no fueron hurtadas porque no estaban en las mismas instalaciones.

“Decidimos repetir las elecciones el 26 de noviembre en Ciencias Políticas, Ingeniería y Punto Fijo, pero se robaron las cajas por segunda ocasión”, acota. Pérez alega además que los periodistas no tuvieron acceso al proceso comicial universitario y que sacaron a los dirigentes de la Gran Alianza Estudiantil apuntados con armas de fuego.

“Los cuerpos de seguridad del estado estaban dentro de la facultad de Ingeniería negando la entrada a nuestros representantes estudiantiles y no dejaron entrar a más nadie”.

Sin embargo, Pérez explica que “vimos buses Youtong cargados con presuntos estudiantes que llegaron a votar, pero cuando cualquier estudiante de LUZ quería ingresar, había un cordón de seguridad alrededor de toda la facultad que les impedía el paso”.

Según el relato de Pérez, a las 3.00 de la tarde llegó la Subcomisión Electoral a solicitar más boletas de votación porque se habían terminado. “Los profesores de la Comisión se percataron que a las 12.00 del mediodía ya no había votantes, por lo que alegan hechos irregulares en las elecciones de la facultad de Ingeniería”.

Un dato importante que aporta Pérez es que históricamente en la Facultad de Ingeniería solo vota el 20% del padrón electoral. Sin embargo, la subcomisión alega que de los 915 estudiantes inscritos votaron 780 estudiantes. Más del 80%. “Los 780 votos se los dieron a la plancha oficialista. El Centro Estudiantil de Ingeniería lo íbamos ganando nosotros y nos pusieron a perder y los votos del Consejo Universitario se los dieron a otro candidato”, sostuvo.

Por eso asegura que las cifras no cuadran. La Gran Alianza Estudiantil la conforman movimientos natos de las escuelas: Expansión Universitaria 85 (Economía), Unidad Estudiantil 92 (Medicina), GIO 8 (Odontología), Soy Estudiante 98 (Arquitectura, Enfermería, Comunicación Social) MOEV 11 (Veterinaria) CDU 22 (Ciencias Políticas) FIRU 2009 (Ingeniería).

Para la candidata por la Facultad de Ciencias Políticas y Jurídicas por el movimiento Somos LUZ, Mariaceleste Fuenmayor, el proceso tuvo irregularidades desde su inicio hasta su cierre, por lo que exige que se repita el proceso en los núcleos de Cabimas y Punto Fijo y en la Facultad de Ingeniería.

En todas las cajas de la Facultad de Ingeniería había un total de 507 votos. “Acto seguido se perdieron tres cajas y cuando dieron el total del Centro de Estudiantes y la Federación obtuvimos 207 votos y a la otra plancha también de oposición 70 votos”, indica Yeissel Pérez. Se presume que los 230 votos restantes estaba en las tres cajas que desaparecieron.

elecciones LUZ

Los votos para las planchas de Federación en el núcleo LUZ Cabimas también presentaron irregularidades. De un padrón de 2.000 votantes, 1.500 votos se consignaron sin supervisión para la candidata oficialista Leysmar Villafañe y la comisión electoral no se pronunció al respecto.

Mientras que los 500 votos restantes fueron para la plancha de la Gran Alianza Universitaria. La suma total abarca el cien por ciento del padrón electoral en un núcleo donde la abstención es del 80 por ciento.

Los representantes de la Gran Alianza Universitaria están en la búsqueda de comparar las cifras de deserción estudiantil con el número de votos, “para demostrar que tanto los votos de LUZ Cabimas y los de la facultad de Ingeniería en Maracaibo son de mentira”, expuso Pérez.

Para sustentar sus afirmaciones, Pérez comenta que “Medicina, Bioanálisis y Enfermería representa el corredor más grande de LUZ, con 6.000 estudiantes, de los cuales solo votaron 1.100. Entonces ¿Cómo puede Cabimas arrojar 1.500 votos? Es imposible, porque nadie supervisó el proceso”.

Por su parte, la candidata por el oficialismo Leysmar Villafañe, a través de un comunicado del movimiento estudiantil Excelencia Universitaria, rechaza la postura de Yeissel Pérez, de proclamarse ganadora de los comicios. Villafañe alega que los resultados “no son de conocimiento público para ejercer funciones como representante de la Federación de Estudiantes de Universitarios de LUZ”.

Asimismo, Alexander González candidato al Consejo Universitario, Plancha Excelencia Universitaria 97 (PSUV), manifestó que “celebran que el pasado 14 de noviembre se diera un paso para elegir la dirigencia estudiantil que tenían 10 años sin comicios, representantes de gobierno y cogobierno”.

González asegura que están a la espera del pronunciamiento de la comisión electoral de LUZ para que den a conocer el cronograma del acto electoral en el núcleo de Punto Fijo y en la Facultad Experimental de Ciencias.

ULA se renueva a pesar de los traspiés
El pasado 29 de enero, en medio de tantas precariedades que afectan a la Universidad de Los Andes (ULA), en el caso específico del núcleo Pedro Rincón Gutiérrez en Táchira, se llevaron a cabo los comicios estudiantiles cuyos resultados fueron finalmente impugnados por una de las planchas, debido a supuestas irregularidades en el proceso de votaciones.

Más allá de la organización y de la buena voluntad de todos los protagonistas del proceso, la causa inició con varios traspiés. Según Douglas Barbosa, presidente de la subcomisión electoral del núcleo Táchira, organizar un proceso electoral con la normalidad que exige no fue fácil. Explicó que la ULA tiene equipos tan obsoletos que las fallas en el sistema son inminentes. Además de la deserción del personal universitario, y la complejidad que implicaría el procesamiento de datos de todas las facultades a cargo de una sola persona en tiempo récord, lo cual sería prácticamente imposible. Esto fue lo que impidió la depuración a corto plazo del registro electoral por parte de la Oficina Central de Registros Estudiantiles de la ULA (Ocre). “Se hizo todo el esfuerzo posible para que la depuración se realizara según las exigencias establecidas por los reglamentos”, aseguró.

El miércoles 29 de enero de 2020, día de las elecciones de gobierno y cogobierno estudiantil, no hubo tiempo de hacer una segunda revisión del cuaderno electoral. El centro de votaciones dispuesto en el segundo piso de la biblioteca, abrió pasadas las 10:00 de la mañana, cuando debió ser a las 8:00 am, debido al retardo en la llegada del cotillón electoral.

Se hizo imposible enviar el material desde Mérida un día antes, por la falta de unidades de transporte al servicio de la universidad y todos los factores de la crisis actual”, dijo.

Iniciado el proceso surgieron los rumores de que presuntamente estaban votando egresados e incluso profesores. El comisionado electoral narró que una vez terminado el proceso los integrantes de la plancha 1, introdujeron un escrito impugnando los resultados. Alegaron que supuestamente habían votado al menos 12 egresados, dentro de un padrón electoral de unos 2.800 votantes, de los cuales participaron al menos 550. Se dio una diferencia muy cerrada de 187 contra 190.

Por su parte, Ceres Boada, presidente de la subcomisión electoral de Mérida, comentó que este ha sido un proceso electoral “muy duro” por distintas razones, que tienen que ver con el contexto nacional. “Hemos sido afectados por problemas de fallas de internet, electricidad y por las carencias presupuestarias que padece la ULA. Todo eso se tradujo en grandes limitaciones sobre todo, para la comisión electoral, ya que no contábamos ni siquiera con la logística necesaria para realizar las elecciones como equipos tecnológicos, papelería, tinta y demás insumos. Superado eso, logramos llevar a cabo las votaciones”, dijo.

El miércoles 19 de febrero, se repitieron las elecciones anteriormente impugnadas, tanto en la Facultad de Medicina como en la mesa 5 de la ULA Táchira. Breiner Díaz, candidato de la plancha 1, que introdujo la petición de nulidad de las primeras elecciones, denunció nuevamente que el segundo proceso comicial fue “convulsionado, acelerado y desproporcionado porque hubo un padrón electoral viciado, que benefició a la plancha ganadora, eso es una realidad. Hacemos esta afirmación porque votaron egresados del año 2017, con la particularidad de que son de la promoción del presidente del Centro de Estudiantes de la ULA, quien dirigió la campaña de la plancha número 2”.

De nuevo Miguel Ochoa resultó electo como presidente del Centro de Estudiantes, durante la repetición de los comicios en la ULA Táchira, con una ventaja aún más alta que la anterior. Esta vez el margen se alargó a 30 votos. Participaron 172 estudiantes: 126 eligieron al aspirante vencedor y solo 36 se inclinaron por el contrincante Breiner Díaz, de la plancha número 1.

elecciones ULA

Tras casi seis años sin elegir autoridades estudiantiles a nivel general en la ULA, dentro del núcleo Táchira ya ni siquiera hacen vida política aquellos líderes estudiantiles afectos al Gobierno nacional o por lo menos, no hicieron parte en las candidaturas de los comicios.

Caso contrario ocurre en la ULA de Mérida, sede en la que a pesar de existir corrientes oficialistas, son considerados como una minoría que intentó sabotear el proceso de elecciones robándose algunas urnas electorales –caso Facultad de Forestal y Geografía-, y ejerciendo amedrentamiento a través de los conocidos Tupamaro para evitar la masiva participación opositora en dichas contiendas, así lo aseguró Roxana Méndez, estudiante de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Políticas (Facijup) y consejera universitaria suplente por Vente Joven-Mérida.

La UDO, única pendiente
En el caso de la Universidad de Oriente (UDO) aún no hay fecha de realización de las elecciones de la Federación de Centros Universitarios (FCU). Ni siquiera se ha cumplido con el primer paso para llevar a cabo este proceso: nombrar la comisión electoral.

No obstante, según versión de voceros principales de los movimientos estudiantiles que fueron consultados, desde octubre hasta febrero se han efectuado cuatro reuniones (tres en Anzoátegui y una en Bolívar) para coordinar lo referente a estos importantes comicios.

En la UDO no se llevan a cabo comicios de la FCU desde 2010, según afirman voceros de los movimientos. En caso de se fije una fecha de estas elecciones en los próximos días podrían participar entre 20 mil y 25 mil estudiantes (población estudiantil aproximada de la UDO).

En Anzoátegui (núcleo más grande), si se toma en cuanto la última cifra de matrícula revelada por la decana, María Teresa Lattuca, en julio de 2019, tendrían derecho a votar unos 7.800 bachilleres. Esta cifra puede variar, ya que muchos se han graduado y otros han dejado la institución para irse del país.

“En estos encuentros han participado representantes de los cinco núcleos (Anzoátegui, Bolívar, Sucre, Monagas y Nueva Esparta) y hemos coincidido en la necesidad de realizar tanto las elecciones de gobierno como las de cogobierno estudiantil. El problema es que las de cogobierno están trancadas por el TSJ. Sin embargo, queremos hacer ambas elecciones y nos vamos a apegar al artículo 9 de la Ley de universidades, la cual deja claro que somos autónomos. En las demás universidades del país se ha ignorado al TSJ y se han hecho las dos elecciones juntas. Nadie nos va a parar”, enfatizó el coordinador general del movimiento estudiantil UDO Somos Todos, José Figueredo.

El dirigente agregó que en los próximos días comenzarán a coordinar el proceso para elegir a la comisión electoral en cada uno de los núcleos.

“Calculo que como en el mes de abril del presente año tendremos las elecciones. La votación se hará sin acompañamiento del CNE y de forma manual, tal y como lo han hecho en otras universidades”, acotó.

A juicio de Figueredo, el Gobierno nacional ha puesto trancas a estos comicios porque sabe que alguna organización estudiantil afín a la oposición se alzará con la victoria.

“En las universidades existe tanta democracia que pueden participar hasta dos vertientes opositoras. No hay dudas de que el chavismo no tiene representación fuerte en la universidad. Sin embargo, lo mejor es ir unidos (oposición) a estas elecciones”, concluyó el representante de UDO Somos Todos.

Luis Rojas, directivo del movimiento Irreverencia Estudiantil, coincide con Figueredo en el hecho de que deben realizarse ambas elecciones. Además, también cree que la oposición logrará vencer en estos comicios estudiantiles.

“Sin embargo, no podemos ignorar que para poder hacer las elecciones de cogobierno se necesita la aprobación del Consejo Universitario (CU) y hasta ahora no han dado el visto bueno. Lo importante es que los movimientos estudiantiles nos unamos para hacer presión y así se logren hacer ambas elecciones”, manifestó.

Pese a que ya se iniciarán las reuniones para definir la conformación de la comisión electoral, el dirigente Rojas prevé que comicios estudiantiles se llevarán a cabo a finales de 2020.

“Aquí lo principal es trabajar por las de cogobierno porque las de gobierno la podemos hacer los estudiantes solos”, dijo.

Por su parte, el presidente de la Asociación de Estudiantes de la UDO Anzoátegui (Asodeg), Alexis Quintana, considera que por ahora “sólo hay que esperar” un pronunciamiento oficial de parte de las autoridades universitarias y no hablar de fechas de elecciones. “Se rumora que serán este año, pero no es seguro”. El vocero estudiantil, a diferencia de Figueredo y Rojas, cree que no necesariamente el ganador será un representante de algún movimiento afín a la oposición venezolana.

“Puede dar un golpe a la mesa algún movimiento o agrupación estudiantil apolítica que haga más trabajo reivindicativo, porque el estudiante no quiere política. Al fin y al cabo el estudiante apoya al que ve a su lado, al que lucha y lo apoya en sus necesidades día a día”, afirmó