¡LA VOZ DEL PUEBLO! Oposición enfrentará dictadura de Maduro con elecciones auditadas y observación internacional

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En medio de un profundo estancamiento de las vías de salida a la crisis política venezolana, las bancadas que integran la Asamblea Nacional han logrado formalizar en los últimos días una serie de acuerdos para que el Parlamento pueda nombrar a los nuevos miembros del Consejo Nacional Electoral (CNE), hasta ahora controlado por el chavismo. El pacto alcanzado entre el oficialismo y la oposición supone el primer paso para una convocatoria de elecciones.

Este año, según la Constitución, deben celebrarse en el país las elecciones legislativas. Las fuerzas opositoras agrupadas en torno a Juan Guaidó rechazan la votación del 20 de mayo de 2018 por considerarla fraudulenta y reclaman, además, unas nuevas elecciones presidenciales. Los actuales rectores del tribunal electoral de Venezuela han sido duramente criticados por su actitud parcializada al chavismo durante todos estos años.

El llamado Comité de Postulaciones de la Asamblea Nacional, que en teoría debe tener la autonomía necesaria para promover la elección de estos nuevos funcionarios, escogió este lunes a su directiva. Está integrada por los diputados Ángel Medina, de Primero Justicia, como presidente; Julio Chávez, del gobernante Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), como vicepresidente, y José Luis Cartaya como su secretario. Se trata una de las pocas ocasiones, quizá la única, en la cual las fuerzas chavistas consienten participar en una comisión legislativa siendo minoría. La oposición tiene 112 diputados, frente a 54 del PSUV.

Este paso, que parecía extremadamente complejo hace unas semanas, fue acordado un día antes de que Guaidó convocara nuevamente a las calles a sus seguidores. Una marcha, que discurrirá por Caracas este martes, en la que está prevista la presentación del denominado “Pliego Nacional de Conflicto”. El Comité de Postulaciones, además, fue anunciado sin prestar juramento de manos del Presidente de la Asamblea Nacional, que es el propio Guaidó, como lo estipula la ley.

Sin embargo, en la negociación del acuerdo parlamentario participaron representantes de la bancada legislativa del chavismo, de la oposición y del grupo de disidentes vinculado a Luis Parra, el presidente del Parlamento en funciones que impuso el chavismo con la complacencia de las Fuerzas Armadas en detrimento de la autoridad de Guaidó hace dos meses.

Este breve, pero inusual y significativo camino de aproximaciones entre el chavismo y la oposición en un Parlamento que ha sido epicentro de toda suerte de conflictos, se ha ido abriendo paso en medio de un enorme escepticismo en las filas opositoras, conscientes como están de que el nudo de la crisis política venezolana se podría resolver si Maduro y el chavismo decidieran atenerse a las normas institucionales mínimas.

Ángel Medina, de Primero Justicia, justificó en su cuenta de Twitter el proceder de los parlamentarios opositores, que han sido atacado con dureza por activistas de la oposición más radicales en las redes sociales. Medina argumenta que ese es un mandato indeclinable del Poder Legislativo, y le abre una posibilidad, al menos teórica, al hecho de que los comicios de 2020 – sean estos legislativos, como pretende el chavismo; o presidenciales y legislativos, como demanda la oposición–, se hagan con Maduro en el poder, una cláusula que el liderazgo opositor, con Guaidó a la cabeza, ha considerado en todo momento inaceptable.

La sorpresiva flexibilidad con la cual ha operado la bancada chavista del Partido Socialista Unido de Venezuela también es objeto de especulaciones. Los acuerdos legislativos anunciados han sido tolerados por la Asamblea Constituyente, organismo convocado por las fuerzas de Maduro sin la participación de críticos, que habitualmente tutela y deja sin efecto las disposiciones de la Asamblea Nacional.

El PSUV busca un acuerdo institucional que le permita presentar alegatos en calidad de credencial democrática si la presión internacional se desborda. Las fuerzas opositoras, entre tanto, han decidido seguir al chavismo en las negociaciones, de forma no declarada, mientras al mismo tiempo se procura una convergencia ente la presión internacional y el activismo interno. Los pasos dados por la oposición y el chavismo, con todo lo inusuales que son, son todavía muy insuficientes en torno al mar de fondo de controversias que sigue impidiendo un acuerdo político y electoral estable. Y en la misma medida que se aproximen las citas electorales de este año, es mayor la posibilidad de nuevos cismas en las corrientes opositoras.

El Pais