La Asociación Cultural Yoruba de Cuba dio a conocer este viernes una nueva interpretación de la Letra del Año 2020 relacionada con la propagación de la pandemia de coronavirus que asola al mundo.
Por MARIO J. PENTÓN / elnuevoherald.com
Los sacerdotes yorubas, que ya habían anunciado la propagación de pandemias por “una mala higiene y la indisciplina social” en la Letra del Año, han decidido “reevaluar las predicciones de Ifá” de este año para “una mejor comprensión de los acontecimientos”.
Según los religiosos “la manipulación del oráculo de Ifá” les permite asegurar que el coronavirus se produjo por la rivalidad ideológica “entre altas personalidades a nivel mundial”.
“Ifá está señalando esta rivalidad como causa principal del origen de la pandemia que, en realidad, se establece y se propaga, fundamentalmente, en todas las entradas y fronteras de una ciudad”, explicaron en Facebook.
Los sacerdotes yorubas dijeron que llegaron a esta conclusión sin dejarse influenciar “por las noticias que se han divulgado por muchas agencias y en las redes sociales sobre el origen del coronavirus”.
“No podemos clasificar quién es el que se inclina al Bien ni quien se inclina al Mal puesto que, el Bien y el Mal, son dos conceptos muy relativos. En este mundo contemporáneo cada cual se acoge a la Ideología que considera Buena, mientras que otros la consideran Mala”, explicaron.
En Cuba los medios periodísticos en poder del Estado han reproducido rumores sobre la supuesta creación en laboratorios norteamericanos del coronavirus. En las redes sociales, por su parte, algunas personas han especulado con la idea de que la creación del coronavirus obedece a una estrategia china para atacar a EEUU. Los científicos han dicho que el coronavirus tiene un origen natural y no hay evidencias de manipulación humana.
Otro de los patakies usados por los sacerdotes yorubas para explicar la expansión del coronavirus en la Letra del Año 2020 habla de los orishas Bàbálú Ayé y Ògún. El primero es conocido como el dueño de las enfermedades y responsable de propagar las epidemias por el mundo y al segundo se le conoce como el Dios de la Muerte.
“Ambos originan una crisis acompañada de rivalidades, enfermedad y muerte, potenciales espirituales que lo distinguen”, dicen los yorubas.
Según la lectura de la Letra del Año se habla “sobre el peligro del aumento de víctimas causadas por la pandemia” y limitaciones para realizar los servicios funerales. También los sacerdotes llaman la atención a los poderosos para que no dejen a su suerte a las personas más pobres de la sociedad.
Una segunda lectura de la Letra del Año refuerza la idea de que el origen del coronavirus es producto de las rivalidades entre dos contrarios. “En este caso se utiliza como arma ofensiva, preparaciones medicinales nocivas, que provocan ciertas dolencias, muy semejantes a las que causa el coronavirus”, dicen los babalawos.
La Asociación Cultural Yoruba de Cuba pone en manos de los creyentes algunas plantas medicinales “que pudieran ser recomendadas para erradicar o, en cierta medida, alejar el impacto de la pandemia”. En el patakí relacionado con la cura de la enfermedad el orisha tomó una tizana de raíz de la Calaguala y Jengibre. La Calaguala, explican los religiosos, también se conoce helecho de Palma.
Los sacerdotes recomiendan para el sacrificio ritual o Ebo adecuado del Camino “1 carnero negro (para ?àngó), 1 cadena con 21 herramientas de Ògún, Jutia ahumada, Àkara (pan o fritura de yuca) y dos gallinas negras”.
En Cuba más del 60 por ciento de la población está bautizada bajo el rito de la iglesia Católica pero la religión afrocubana está muy extendida en la sociedad. La Letra del Año, así como las predicciones de los sacerdotes yorubas son muy seguidas en la isla.
Durante la influencia soviética, Cuba impuso un férreo control marxista de la sociedad que obligaba a rechazar cualquier religión por considerarla “un opio del pueblo” e incompatible con el marxismo.
Tras la crisis económica por el colapso del socialismo, el Estado permitió una mayor participación de los grupos religiosos en la vida pública. Como el resto de las religiones, los yorubas no cuentan en Cuba con medios de comunicación ni escuelas propias.