Alberto Zangrillo, director del hospital San Raffaele de Milán, sostuvo que las últimas pruebas muestran una “carga viral infinitesimal”. “No es así en absoluto”, le respondió la agencia de la ONU
Un célebre médico italiano afirmó que la Covid-19 ya no existe en Italia y que es hora de dejar de “aterrorizar” inútilmente a la gente. Las controversiales declaraciones provocaron como reacción críticas de la Organización Mundial de la Salud (OMS), especialistas y otras autoridades.
“En realidad, el virus ya no existe clínicamente en Italia”, dijo el domingo en la televisión RAI el doctor Alberto Zangrillo, director del hospital San Raffaele de Milán. Zangrillo es conocido en Italia como “el médico de (Silvio) Berlusconi”, pues se encarga de la salud del ex primer ministro italiano.
“Las pruebas efectuadas en los últimos diez días muestran una carga viral absolutamente infinitesimal (…) respecto a las realizadas hace uno o dos meses. Ya es hora de dejar de aterrorizar al país”, agregó el médico. El nuevo coronavirus ha causado unos 33.500 muertos en tres meses en Italia, que fue originalmente epicentro de la enfermedad en Europa, tras aparecer en China a fines de 2019.
La OMS desmintió este lunes al médico italiano. “Debemos ser excepcionalmente cuidadosos en no dar la sensación de que, de repente, el virus, por su propia voluntad, ha decidido volverse menos patógeno. Eso no es así en absoluto”, declaró Michael Ryan, jefe del programa de intervención de emergencias de la OMS, en una rueda de prensa virtual.
El nuevo coronavirus “sigue siendo un virus mortífero” y “miles de personas siguen muriendo cada día”, subrayó. “El virus parece más débil, pero podría ser más débil porque nosotros estamos mejorando [en su conocimiento y en su gestión], no porque se debilite”, insistió Ryan.
Previamente, la subsecretaria del Ministerio de Salud, Sandra Zampa, pidió en Twitter “a quienes se declaran convencidos por esta tesis a no sembrar la duda entre los italianos”.
El jefe del Consejo Nacional de Salud, Franco Locatelli, se declaró “desconcertado”. “Basta observar el número de nuevos casos positivos confirmados cada día para constatar la circulación persistente en Italia del nuevo coronavirus”, declaró. Esa cifra oscila entre 300 a 500 nuevas contaminaciones diarias, en todo el país, que se desconfina progresivamente.
El director del prestigioso instituto de enfermedades infecciosas Spallanzani, de Roma, Giuseppe Ippolito, consideró por su parte que no hay prueba científica de que el virus haya mutado o reducido su potencia. “Esas afirmaciones no tienen ningún apoyo en la literatura científica y no parecen plausibles desde un punto genético”, comentó el doctor Oscar MacLean, del Centro de Investigaciones sobre Virus de la Universidad de Glasgow, en Escocia.
“No estoy al corriente de estudios que afirmen que el virus se debilitó”, declaró Jonathan Ball, profesor de virología molecular de la Universidad de Nottingham (Inglaterra). Según los datos disponibles, “no hay ninguna prueba de que exista una diferencia significativa en la virulencia” del SRAS-CoV-2, apuntó Martin Hibberd, profesor de la Escuela de Higiene y Medicina Tropical de Londres (LSHTM).
Lo cierto es que Zangrillo no es el primer médico italiano que causa controversia al hacer una afirmación en ese sentido. Giuseppe Ramuzzi, director del Instituto Mario Negri de Investigación Farmacológica de Milán, aseguró la semana pasada en una entrevista con el Corriere della Sera que el coronavirus parece estar apagándose solo.
Ya lo había dicho a principios de mayo, pero ahora sumó datos que lo prueban: “Ciñamonos a los hechos. Hemos pasado de 80-120 admisiones al día, todas con grandes dificultades respiratorias, a cero nuevas internaciones para Covid-19 en los hospitales”. Según explicó, “la forma en que se manifiesta ha cambiado. Tal vez estamos viendo una reducción de la carga viral. Cuando es muy alta, la enfermedad suele ser grave. Ahora ya no sucede, no como antes, al menos. Hasta el punto de que los estudios italianos sobre las drogas para combatir el virus están en dificultades porque ya no hay enfermos”.
“Ahora el virus se detiene en el tracto respiratorio superior, y ya no llega a los alvéolos pulmonares, causando el desastre que hemos visto en los últimos meses. Es probable que esto se deba a una menor carga viral”, detalló. Cuando se le preguntó la razón para que se agote solo, Remuzzi aseguró que “en algún momento, las epidemias se agotan. Como sucedió con el Sars”. “No sé por qué. Y esa es una respuesta honesta. Nadie lo sabe. Sobre el fin de los virus, vacunas aparte, sólo hay teorías, y ninguna explicación científicamente probada”, agregó.