ESTUDIO DESALENTADOR: 14% de los infectados de COVID-19 perdió los anticuerpos

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El resultado reveló que, en promedio, sólo el 5% de la población tiene anticuerpos contra el coronavirus, a pesar de que el país fue uno de los más golpeados por la pandemia. A lo largo de ocho semanas, el 14% de los infectados perdió los anticuerpos

Infobae

El mayor estudio realizado hasta ahora en Europa para estimar la capacidad de la población para resistir, sin una vacuna, a una posible segunda ola del coronavirus, arrojó resultados desalentadores.

Según ENE-COVID, estudio realizado en España para calcular “la prevalencia de infección por SARS-CoV-2 mediante la determinación de anticuerpos frente al virus”, sólo el 5,2% de los habitantes tiene inmunidad, es decir que casi el 95% de la población es susceptible a la infección. El dato gana relevancia porque se hizo en uno de los países del mundo más golpeados por la pandemia.

El análisis, publicado por el Ministerio de Ciencia e Innovación español como Informe final y detallado como artículo en The Lancet, reveló además un factor preocupante: el 14% de las personas que tenían anticuerpos contra el COVID-19, porque se habían infectado, con o sin síntomas, los perdieron. En general eso se dio más entre los asintomáticos, pero en todo caso revela que la inmunidad de grupo contra esta enfermedad es algo por ahora inalcanzable por vía natural.

La inmunidad de grupo es el concepto clave para determinar el fin de la pandemia: se logra cuando una cantidad suficiente de la población, que algunos estiman en el 60% y otros en el 70%, se ha infectado con un microorganismo nuevo o se ha vacunado contra él. Eso permitiría detener su circulación. Pero con el SARS-CoV-2, novedoso para el sistema inmunológico humano, ese logro se muestra esquivo, según reveló esta investigación realizada sobre las mismas personas a lo largo de ocho semanas, lo cual incluyó una primera muestra de análisis de laboratorio durante el confinamiento total del país.

“Las tres rondas de ENE-COVID (27 de abril al 11 de mayo, 18 de mayo al 1 de junio y 8 al 22 de junio) incluyen 68.296 participantes”, detalló el informe final las cifras totales de su muestra que, además, era representativa del total de la población española. “De ellos, 54.858 han participado en las tres rondas (una adherencia del 89,8% respecto de la primera). El 91,1% de los participantes ha proporcionado al menos una muestra de sangre. En total, incluyendo las tres rondas, se han realizado 186.908 test rápidos y se han recogido 165.176 muestras de sangre en el estudio nacional”.

La investigación que dirigió Marina Pollán, directora del Centro Nacional de Epidemiología del Instituto de Salud Carlos III, arrojó resultados similares a otro estudio de anticuerpos, también publicado en The Lancet, que se realizó en Suiza sobre 2.766 participantes, y encontró que sólo el 4,8% de la población tenía inmunidad. Otros trabajos, realizados en China y los Estados Unidos, coincidieron en que la mayoría de la población “parece seguir sin haber sido expuesta” al COVID-19.

“La mayoría de la población española es seronegativa”, siguió el estudio, lo cual significa que no tienen anticuerpos contra el SARS-CoV-2. Eso se verificó “aun en las áreas más críticas”. Si bien la mayor parte de las personas que dieron positivo al hisopado que busca el virus tenían, previsiblemente, anticuerpos detectables en su sangre, “una proporción sustancial de personas con síntomas compatibles con el COVID-19 no se realizó el test viral y al menos un tercio de las infecciones determinadas por la prueba no mostraban síntomas”, advirtió el artículo. “Estos resultados ponen de relieve la necesidad de mantener las medidas de salud pública para evitar una nueva ola epidémica”.

Raquel Yotti, directora del Instituto de Salud Carlos III, advirtió a la población española: “Pedimos a los que ya han pasado la infección de COVID-19 que sean prudentes y cumplan las mismas medidas que los que no. No está claro que los que ya se han infectado y no tienen anticuerpos ahora no puedan volver a infectarse”. Como único factor alentador, Pollán destacó que “existen enfermedades en las que los anticuerpos desaparecen pero las células tienen recuerdo” y pueden actuar al detectar el mismo patógeno, algo que se conoce como inmunidad celular.

“La seroprevalencia relativamente baja que se observó en el contexto de una intensa epidemia en España podría servir de referencia para otros países”, siguió el texto, en referencia a los casi 252.000 casos confirmados de COVID-19 y las más de 28.300 muertes que ha sufrido el país. “En la actualidad, la inmunidad de grupo es difícil de lograr sin aceptar el daño colateral de muchas muertes en la población susceptible y la sobrecarga de los sistemas de salud”.

El ENE-COVID halló variaciones geográficas: las zonas con población más densa, como Madrid y Barcelona, mostraron una prevalencia de anticuerpos más alta: 10% y 7% respectivamente. Y también que a medida que pasa el tiempo los anticuerpos desaparecen: en la segunda ronda de la investigación se halló que la seronegativización había sido del 7%, pero en la tercera subió al 14 por ciento.

Pollán explicó a EFE que la pérdida de los anticuerpos “fue más frecuente en personas que no habían tenido ningún síntoma (11 %)” entre la primera y la segunda parte de la investigación, mientras que se mantuvo baja, en el 2,6%, entre aquellos que tuvieron síntomas como, por ejemplo, pérdida súbita del olfato o del gusto.

Por último, el estudio no encontró una incidencia distinta por sexo y confirmó las variaciones conocidas por edad: cuanto menor es una persona, menos síntomas graves de COVID-19. Y a modo de conclusión repitió que, por el momento, “las medidas de distancia social y los esfuerzos por identificar y aislar los nuevos casos y sus contactos son imperativos para la futura lucha contra la epidemia”.