La gasolina iraní duró poco, y era de esperarse, todo el sector productivo de dicho rubro en Venezuela se encuentra laborando al límite, y los resultados comenzaron a notarse seis semanas después que los buques iraníes trajeran combustible al país para darle oxígeno al régimen de Nicolás Maduro durante la pandemia, pero como dicen por ahí, lo que comienza mal, termina mal.
Desde el pasado jueves 6 de agosto, en Caracas, los venezolanos comenzaron a reportar que se les ha dificultado el acceso a las bombas para echar gasolina, lo que ha ocasionado la formación (nuevamente) de largas colas de carros en las estaciones de servicio tanto subsidiadas como en las de precios internacionales.
A través de la red social Twitter, el diputado a la Asamblea Nacional, Carlos Valero, mostró su indignación con respecto a la situación: “Es un guiso más con militares y enchufados para embolsillarse miles de millones de dólares de los venezolanos que hoy vuelven a estar sin gasolina”, expresó.
Asimismo, usuarios de la plataforma han compartido videos mostrando las kilométricas filas de vehículos, los cuales esperan su turno para surtir combustible.
En el interior del país la situación nunca se normalizó
La distribución del combustible en las regiones del país ha sido prácticamente nula, tanto civiles como trabajadores de transporte, producción, ganadería entre otros, reportaron que han tenido que detener sus trabajos por la escasez del carburante.
Según información de RunRunes, los estados Zulia y Táchira son los más afectados por la escasez de gasolina.
Por otro lado, la falta de bolívares en efectivo, las frecuentes fallas del sistema Patria, las demoras por la caída del sistema (por fallas de luz o Internet), y los captahuellas dañados o puntos de venta deficientes o inexistentes, son los problemas que se presentan cotidianamente para abastecerse de gasolina en el país.
Además, el pasado viernes 7 de agosto, la gobernadora chavista del estado Monagas, Yelitze Santaella, anunció que las estaciones de servicio de su jurisdicción serían cerradas, argumentando que además de haberse acabado el combustible, el incremento de casos de coronavirus se debe a contagios en las estaciones de servicios.
“Se ha determinado que la gran mayoría de los contagios por covid-19 en Monagas se han registrado en las estaciones de servicio, por eso decidí cerrar todas las bombas, no hay gasolina para nadie”, afirmó durante una transmisión radial.
Una crisis que se veía venir
Días previos al “regreso” de las colas en Caracas, testimonios otorgados a lapatilla, aseguraron que el esquema de surtido por cédula ya no era tomado en serio por las autoridades, por lo que el flujo de automóviles en las bombas era rápido.
Asimismo, expresaron que, con el transcurso de las semanas, los funcionarios militares que custodian las bombas han comenzado a exigir nuevamente el documento de identidad a los conductores para habilitar el paso, acción que invita a entender que a la gasolina le queda poco tiempo de disfrute.