“Pareciera que el mundo se cansó de Venezuela”. Con esas palabras, lamenta Eduardo Klein, coordinador del Centro de Biodiversidad Marina de la Universidad Simón Bolívar, la falta de cobertura que ha recibido el petróleo que mancha desde hace más de dos semanas las costas de los estados de Falcón y Carabobo.
Brian Vidal / IMP
En su opinión, la nación sudamericana no ha captado la misma atención que la isla Mauricio, que lucha por salvar su ecosistema marino ante las más de 1.000 toneladas de petróleo vertidas por un barco encallado.
Pero Venezuela se enfrenta a una amenaza similar. A comienzos de agosto, comenzaron a circular por redes sociales las imágenes denunciando una gran mancha de petróleo sobre las aguas del Golfo Triste.
Klein estima que el vertido equivale a unos 20.000 barriles de petróleo, “más del doble que en Mauricio”, y que podría extenderse unos 350 km², reza una nota publicada por BBC Mundo.
La mancha, que varios expertos sospechan que proviene de la refinería de El Palito, ha sido arrastrada por las corrientes y vientos a lo largo de más de 80 kilómetros hacia más allá del Parque Nacional de Morrocoy, una zona de gran importancia natural y turística.
El Palito se encuentra en Puerto Cabello, a unos 200 kilómetros de Caracas, está controlada por la empresa estatal Petróleos de Venezuela (PDVSA) y es una de las más grandes del país.
María Gabriela Hernández, presidenta de la Comisión Ambiente de la Asamblea Nacional (controlada por la oposición), exigió explicaciones al gobierno y una inspección de las condiciones de mantenimiento de la refinería.
El gobierno de Nicolás Maduro no había ofrecido hasta este viernes una versión oficial sobre la causa y extensión de la mancha.
De hecho, el viceministro de Ecosocialismo, Josué Lorca, aseguró que el “90% de las costas del Parque Nacional Morrocoy y Golfo Triste estaban saneadas” y que la fauna y suelo marino no estaban afectados.
Sin embargo, investigadores marinos y expertos en gestión de derramamientos de petróleo alertan sobre los graves daños que los hidrocarburos podrían causar en la fauna y flora marina.