La miseria que ganan los trabajadores de la salud, el más afectado por la pandemia, es producto de la destrucción de la contratación colectiva que comenzó el presidente Chávez en el año 2000. Una exhaustiva investigación del Observatorio Venezolano de Libertad Sindical documentó todas las denuncias de violaciones a los derechos individuales y colectivos del trabajo en Venezuela y concluyó que el sector salud ha sido el más afectado por el estado de precariedad y orfandad en que lo ha sumido el gobierno
Por Elizabeth Fuentes / El Cooperante
La destrucción de la negociación colectiva de los trabajadores de la salud comenzó a desmantelarse en el 2000, cuando el presidente Hugo Chávez comenzó a exigir un control absoluto de la sociedad porque su proyecto totalitario necesitaba restarle poder y derechos a los ciudadanos y, en ese sentido, las organizaciones sindicales significaban un poderoso adversario al que había que destruir.
Uno de ellos, el sector salud, resultó a la larga uno de los más afectados, tal como lo develan las lamentables cifras de víctimas por la pandemia- la mayor de la región-, con el fallecimiento de más de 100 trabajadores de la salud quienes arriesgaron su vida a pesar de la poca seguridad que les brindó el ejecutivo a la hora de realizar su trabajo. Hospitales sin agua, luz, cloro o jabón, personal sin los instrumentos de seguridad obligatorios, fueron algunas de las razones que arrojaron semejantes cifras.
La meticulosa investigación llevada a cabo recientemente por el Observatorio Venezolano de Libertad Sindical demostró con cifras, cómo ‘»desde comienzos del siglo XXI, el gobierno bolivariano ha venido desmantelando la negociación colectiva del sector salud, restándole poder y derechos. Hoy en día, con la pandemia, los trabajadores están más indefensos que nunca».
Este Observatorio Venezolano de Libertad Sindical (OVLIS) fue creado recientemente con el fin de documentar las denuncias de violaciones a los derechos individuales y colectivos del trabajo en Venezuela, en particular las restricciones estatales al ejercicio de la libertad sindical. Y, dadas las circunstancias, comenzaron sus pesquisas sobre la libertad sindical en el sector salud, «es el que más ha estado sufriendo en los últimos meses las violaciones a sus derechos», aseguran en su informe inicial.
«Los incumplimientos patronales con las condiciones de trabajo del personal de la salud están diariamente poniendo en riesgo sus vidas, al punto que ya son más de 100 los fallecidos por no contar con los implementos de bioseguridad que impedirían el contagio. Para mayor injusticia, su salario no les da ni para el transporte, pues apenas ganan 2 dólares mensuales. Todo ello ha incrementado la precariedad y orfandad en la cual se encuentran desde tiempo atrás.
El sector salud agrupa aproximadamente 600 000 trabajadores en su gran mayoría afiliados a los sindicatos estatales. Los obreros del sindicato enfrentado al gobierno, la Federación de Trabajadores de la Salud, Fetrasalud, se han movilizado desde 2018 sin descanso junto a los otros miembros del sector, en particular las enfermeras, para exigir un salario digno que les permita cubrir sus necesidades básicas y, además, su derecho a participar activamente en la negociación colectiva, hoy en día tomada por la Federación Nacional de Sindicatos Regionales, Sectoriales y Conexos de Trabajadores de la Salud, Fenasirtrasalud, un apéndice del gobierno.
De acuerdo con el Observatorio, las violaciones de los derechos laborales comenzaron el año 2002, cuando el gobierno se dedicó a transformar la contratación colectiva en una especie de convenio laboral que no discutía aumentos salariales sino que refiere a los aumentos que aplica el Ejecutivo Nacional y que, finalmente, ha terminado por engañar a todos los trabajadores al convertir en bonos exiguos y sin incidencia salarial los beneficios sociales que antes recibían en especie, tales como transporte, uniformes, lista de útiles escolares, juguetes, etc.
La investigación llevada a cabo por el OVLIS da cuenta de la forma cómo el gobierno ha venido reduciendo progresivamente el derecho de los trabajadores a negociar su prestación de servicio y demuestra cómo se produjo un paso significativo en ese sentido en la negociación de 2013-2015. En el año 2018, con una inflación galopante y en medio de las protestas en la calle, Fenasirtrasalud firmó la convención colectiva 2018-2019, profundizando las tendencias que se anunciaban en el contrato anterior e infligiendo un golpe mortal al otrora contrato colectivo punta del sector público.