La presidenta de la Fundación Juan Germán Roscio, Paola Bautista de Alemán, sostiene que hay que ver la actuación de la oposición en el contexto de una lucha contra una autocracia que tiene el apoyo de las mayores autocracias del mundo y la historia, como Cuba, China e Irán
José Luis Carrillo / TalCual
Luego de 20 años de una gestión política que ha favorecido las expropiaciones de empresas, cierres de medios, intervenciones de partidos políticos e interpretaciones parcializadas de la Constitución, Venezuela se encuentra atravesando una profunda crisis política, social y económica y parecen no avizorarse escenarios de solución al menos en el corto plazo.
Sin embargo, hay quienes mantienen sus esperanzas en que la vocación de lucha y deseos de libertad de los venezolanos puedan desencadenar un cambio en el rumbo de la nación. Paola Bautista de Alemán, presidenta de la Fundación Juan Germán Roscio y del Instituto de Formación Política Forma, es una de ellas y cree que existen fuerzas que se mueven por debajo de lo evidente y que podrían sorprender a este país, tal como precisamente se sorprendieron los alemanes cuando cayó el muro de Berlín en 1989.
“Las autocracias que me ha tocado estudiar y ver me demuestran que hay que valorar aquello que no se ve. Esas afirmaciones tan tajantes de no hay posibilidad o sí la hay, atentan contra las esperanzas responsables. John Byrne, cuando cayó el muro de Berlín, dijo una frase, ‘la caída fue el viernes negro de la ciencia política’, y eso es porque nadie sabía que iba a caer el muro de Berlín”. argumenta quien precisamente culminó sus estudios del doctorado en Ciencia Política en Alemania en la época del fin de la Guerra Fría.
En Venezuela reina el miedo
-Usted acaba de publicar un libro sobre autoritarismo (Autocracias del Siglo XXI, el caso Venezuela, Editorial Dharma) y Venezuela tiene 20 años bajo una gestión con tendencia autoritaria, ¿Cómo cree que ha sido posible instalar el autoritarismo y cómo explica que mucha gente aún respalde un modelo autoritario?
-La primera reflexión es que no somos el primer país se ve seducido por una propuesta no democrática. No somos un pueblo que de manera extraordinaria apostó por un proyecto destructivo. En el siglo XX hubo sociedades muy avanzadas que apostaron a eso y cayeron en cosas terribles.
“No hay una respuesta sencilla a cómo fue posible. Hay que estudiar el siglo XX venezolano sobre todo los últimos 20 años de democracia, cuando el país se enfiló en una política muy dura contra el sistema político venezolano que nació en Punto Fijo. Generó un descontento que llevó a que la sociedad apostara por lo desconocido, siendo lo desconocido esto que estamos viviendo”.
Para Paola Bautista de Alemán, nadie podrá alegar que no sabía lo que ocurre en Venezuela. Por ello, quien forma parte de la Dirección Nacional del partido Primero Justicia, cree que Venezuela es catalogada como pionera en el desarrollo de los populismos a nivel mundial. “Lo hicimos 20 años antes que el resto del mundo. Podemos ser un caso de estudio, cómo llega al poder una propuesta populista y rupturista que poco a poco va cristalizando sus rasgos no democráticos y que después de 20 años es la realidad que tenemos ahora”, acota.
“En cuanto a la tercera información, que hay un gran número de personas que respaldan al régimen, no me atrevo a afirmarlo con tal rigidez. Creo que son momentos muy duros, muy difíciles, donde en el país reina lo que se llama la bóveda del miedo, muchas personas tienden a esconder su verdadera preferencia o el clamor de su conciencia por miedo”, añade Paola Bautista.
En su opinión, el informe de la Misión de Naciones Unidas sobre los delitos de lesa humanidad cometidos en Venezuela revela una situación terrible y considera que debe reclamar la conciencia de los venezolanos. “Va a pasar el tiempo y ningún venezolano podrá decir que no sabía lo que estaba pasando. Cuando uno estudia procesos de reconstrucción, uno de los grandes dolores que padecen ese tipo de naciones es ese dolor moral. Se vivía en un territorio donde ocurrían grandes atrocidades y no lo pudimos detener”.
Hay una vocación de dominio de la conciencia, asegura Paola Bautista
-Usted ha afirmado que en Venezuela existe la tendencia a un autoritarismo cerrado, un afán dominio total de la conciencia de los venezolanos ¿Cómo se evidencia eso?
-El afán de dominio de la conciencia se ha venido cristalizando poco a poco. La diferencia entre el autoritarismo de tipo militar que se vivió en Suramérica con este tipo de militarismo poseer espacios de socialización independientes del Estado. Lo vemos en el campo de la comunicación, como se ha cerrado el espacio público, ustedes, los medios de comunicación, son ejemplo de resistencia, en específico TalCual; lo vemos en la educación, la destrucción de la educación pública, el ahorcamiento financiero a la educación privada, la destrucción de universidades, el ataque a los sindicatos y gremios.
“Esa necesidad de hacerse de lo que se llaman las sociedades o espacios intermedios donde el hombre es libre del Estado es una evidencia muy concreta, muy real y muy tradicional de los totalitarismos del siglo XX, de la vocación de dominio de la conciencia por parte del sistema político actual”, sostiene Bautista.
-En cuanto a la formación de nuestra clase política ¿Considera que la clase política venezolana, tanto oposición como gobierno, está poco preparada para afrontar los retos de Venezuela?
-El desarrollo de mi vocación política está orientada a la formación. Es muy importante la pregunta, hay que preguntarse qué es la formación política. Nosotros no formamos tecnócratas sino hombres de Estado. Aristóteles decía que los hombres de Estado deben conocer la Constitución; hay autores que escriben muchos libros de políticas que no son aplicables, los hombres de Estado crean políticas que son viables para el Estado. La formación política no alude solamente a la técnica sino al desarrollo genuino de la vocación de entrega hacia el bien común.
Hay motivos de esperanza
“Los venezolanos estamos curtidos en experiencia política que puede ser caldo de cultivo para hombres y mujeres de Estado –abunda Paola Bautista-. Uno nota que eso es motivo de esperanza, que aún después de 20 años de un régimen cruel, poco a poco se ha ido cercenando el espacio. Que existan personas que busquen el bien común aun cuando eso implique el sometimiento a grandes riesgos es motivo de esperanzas”.
“La formación política está orientada al alma del político y a sus capacidades. En Venezuela no es un problema de gestión. No tenemos al frente un gobierno que es malo, sino perverso, que busca el poder total y como daño colateral nos destruye. Hay que distinguir un mal gobierno y otro que por buscar el poder total destruye todo lo que tiene a su paso”, advirtió Paola Bautista.
La herencia de líderes históricos
-¿Cómo observa el relevo de líderes históricos con políticos que tienen 20 años de actuación y menos, 17, desde la época del referendo revocatorio por la propuesta de reforma constitucional de 2007? ¿Qué los diferencia que nota entre las diferentes generaciones?
-La juventud en sí misma no es un atributo positivo, hay jóvenes muy añejados en términos políticos, y hay personas mayores que pueden dar muchísimo al país. Un caso emblemático es Konrad Adenauer, quien hizo política antes del nacional socialismo, cuando el nacionalsocialismo sufrió los horrores, luego fundó la CDU y cuando a los 70 años llega al poder y pone las bases para Europa. Es un dato cronológico, pero no necesariamente garantiza un buen desempeño político.
“Esa tensión casi caricaturesca de decir que vengan las nuevas generaciones no es beneficiosa para el país, atenta contra valiosa tradición de la cultura política venezolana, Venezuela necesita oasis de consensos y de encuentros , tomar lo bueno de las generaciones fundaro0n la democracia, saber mejorar aquello que deba hacerlo y hacernos herederos de los líderes civiles y democráticos que han existido en nuestro país, que a pesar de sus hombres han tenido muchas luces y de los que quisimos ser huérfanos. Es necesario tomar esa herencia”, indicó Paola Bautista.
-¿Qué posibilidades tiene una oposición para que, sea cual sea la estrategia que adopte, logre triunfar cuando se observan dos bloques uno que va a participar en las elecciones, y otro que no va hacerlo?
-Es muy importante destacar el valor de la unidad para poder alcanzar el cambio político. En política, como decía Konrad Adenauer, no es tan importante tener la razón como que te la den, todos debemos tomar esa premisa como propia. Es necesario construir mecanismos de consensos reales entre personas de bien que deseen la libertad del país.
“Quienes están en posición de liderazgo tienen mayor responsabilidad para construir esos consensos. El desarrollo unitario es fundamental para alcanzar ese propósito.
-¿Qué posibilidades se tienen mientras haya estas posiciones antagónicas?
-Cuando la caída del muro de Berlín la gente decía ‘no sabíamos que iba a caer’, y quizás nosotros estemos cerca de un viernes negro de la ciencia política criolla o latinoamericana y tal vez se vaya a caer el muro de Berlín de Cuba y Nicaragua. El hecho que no lo podamos advertir no quiere decir que no exista.
El papel de Cuba en la autocracia venezolana
-En una entrevista reciente usted citaba diferencias entre el caso de Polonia y el de Venezuela Mientras apoyo Cuba. ¿Es cierto que es fundamental el apoyo de Cuba para la autocracia venezolana?
-Vuelvo a dejar de lado afirmaciones contundentes. Es muy importante ver los grises y matices. Es innegable presencia del régimen cubano en el país. Hay evidencia clara de transferencia de comportamiento autocrático hacia Venezuela. En Venezuela, Cuba ha perfeccionado sus técnicas de represión, eso limita nuestras posibilidades de liberación. Es como un estudiante que tiene como tutor al mejor profesor. Los estudiantes de autocracia tienen como profesor a los mayores autócratas de la región entre siglo XX y XXI, en la oposición tendemos a ser duros contra nosotros mismos por lo que hayamos hecho.
A pesar de todo ello, Paola Bautista asegura que esto no quiere decir que debamos ver con frivolidad lo que quizás debió haberse hecho mejor, pero si ver los esfuerzos en contexto. Es un enfrentamiento político profundamente desigual, unos ciudadanos se aferran a sus valores democráticos, a la lucha no violenta, porque en cualquier otro país se hubiera producido un zaperoco que acá no ha habido contra un sistema que posee toda la solidaridad de las grandes autocracias del mundo.
“Se está al frente de un sistema que tiene el apoyo de todas las autocracias del mundo, China, Irán, Corea del Norte, todo el realero y toda la inteligencia acumulada”, agrega.
Retroceso de un siglo
-Los grupos mayoritarios de la oposición mantienen una línea abstencionista. ¿Cree usted que la abstención es una opción de lucha al autoritarismo o por el contrario la favorece?
-No hay respuesta fácil otra vez. No lo llamaría una línea abstencionista sino una línea reivindicativa del derecho a elegir, dependiendo del momento político toma unas decisiones y luego otras. El responsable del arrebato del voto como instrumento democrático es el régimen. Hay estudios que lo explican de manera extraordinaria, en el último ejemplar de Journal of Democracy hay un artículo de Javier Corrales lo describe muy bien; eso da el diagnóstico de cuál es el principal desafío. Venezuela retrocedió casi a 1928, cuando nuestra exigencia es que se nos deje votar. No es una línea abstencionista, es la búsqueda de la reivindicación del voto, el escenario es el régimen y nos devolvieron a casi un siglo a la exigencia de un derecho fundamental. En 1998 había estado muy desprestigiado el voto, el chavismo justo llegó con la reivindicación del voto, la democracia directa, y mírenos 20 años después cuando ni usted ni yo podemos ir a votar porque nos quitaron el voto.
¿Cómo una sociedad que procura sus necesidades para sobrevivir puede impulsar la lucha contra la autocracia? ¿Cuál sería el mensaje?
-El primer mensaje es empático. Yo padezco lo mismo que todo el país, sé que es complejo, difícil. El segundo mensaje, somos más que la miseria a la que nos quieren someter, somos más que la falta de agua, la falta de comida, medicinas, gasolina, además de todo eso somos deseos de libertad, democracia, progreso, de superación y creo que hay una frase de Rómulo Gallegos que me gusta mucho, dice “no hay en el mundo un pueblo más valiente y aguerrido que el mío”. Eso lo vemos todos los días. Sé que es difícil, esto exige una vida interior, la gran lucha es interna, el gran debate existe en la conciencia de cada uno de nosotros, ir más allá del sentido de supervivencia y entregarnos en aquella vocación que se nos haya dado.