Édgar Ramírez: Trump utiliza el caso venezolano para garantizar votos en Florida

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El actor que el 25 de octubre estrenará en HBO The Undoing, en la que comparte créditos con artistas como Nicole Kidman y Hugh Grant, habló sobre lo mucho que le duele lo que ocurre en Venezuela: la dictadura, la injusticia, la falta de libertades y el éxodo de millones de personas

El Nacional

Hace algunos años que Édgar Ramírez se mudó de Venezuela a Estados Unidos para continuar su prolifera carrera en la actuación. Es por esto que conoce bien la realidad de ambos países y la relación que existe entre ellos. Incluso, lamenta que Donald Trump, mandatario estadounidense, haya querido sacar ventaja de ello.

“Lo que ha hecho es utilizar desde hace año y medio el caso venezolano como un arma electoral para garantizar los votos de la comunidad en Florida (…) Es terrible que el conflicto de mi país pase por las diatribas políticas de una nación que nos acoge”, dice el actor venezolano en una entrevista para la revista GQ, en referencia a las elecciones presidenciales de Estados Unidos el próximo mes de noviembre.

A Ramírez siempre le ha preocupado lo que ocurre en Venezuela y no lo ha ocultado, por el contrario, cada vez que puede habla de ello. Le duele la dictadura, la injusticia, la falta de libertades y el éxodo de millones de personas. “Hay un dolor terrible, un dolor insuperable, es indescriptible lo que significa el destierro. El exilio es el peor castigo, es una cosa que es muy difícil de superar”, afirma.

Agrega: “Venezuela es una dictadura. No hay un balance de poder. No se puede hacer equivalencias entre la fuerza de la oposición y de la protesta ciudadana versus un Estado represor que te mata, te allana, te persigue, te mete preso, te reprime, te tortura”.

Hablar de Venezuela aún le genera sentimientos encontrados: rabia, añoranza, impotencia, pero sobre todo, melancolía. Aun así el actor sabe que Venezuela continuará a pesar de todo lo que ha sufrido; sin embargo, mantiene la esperanza de que las cosas mejoren, aunque también tiene en cuenta que la resolución no se vislumbra cercana porque ya ha sido manoseada por intereses extranjeros.

“El chavismo permitió que Venezuela se volviera un lugar en el que otros más grandes, las potencias, pulsen sus fuerzas. Aquí hay un mano a mano de poder. Pero, obviamente, quienes amamos el país siempre soñamos con recuperar nuestra libertad”, asegura Édgar Ramírez.

Actor polifacético
Gracias a su gran flexibilidad, Édgar Ramírez cuenta con un amplio espectro actoral. El venezolano tiene la destreza de interpretar desde un terrorista como El Chacal (Carlos, 2010), al enigmático diseñador de moda Gianni Versace (American Crime Story, 2018) o al gran boxeador Roberto Durán (Hands of Stone, 2016). Todos con empatía y sin prejuicios.

Recientemente, se estrenó en Netflix la película Wasp Network, en la que interpreta a un espía cubano. Ramírez –afirma– aceptó el papel porque le pareció una buena oportunidad para entender el sistema de inteligencia cubano y lo perversa que es la fuerza aplanadora de una ideología.

Sin embargo, muchos recibieron este papel como una “traición”, aunque que él no se expresa políticamente a través de sus personajes. “No imagino hacer arte o contar historias que se adecuen a mi visión del mundo, a como yo veo la realidad; sería casi un arte masturbatorio. ¿Qué voy a aprender, qué voy a aportar ejerciendo algo en lo que yo me alimente de mis propios prejuicios, de mis miedos, de mis propios sesgos?”, dice.

Ramírez estrenará el 25 de octubre, en las pantallas de HBO, la miniserie The Undoing, en la que comparte créditos con Nicole Kidman, Hugh Grant y Donald Sutherland. Creada por David E. Kelly, escritor de Big Little Lies, cuenta la historia de Grace (Kidman), una exitosa terapeuta cuya vida da un giro cuando se convierte en la principal sospechosa de una muerte misteriosa y la desaparición de su esposo (Grant). En este drama, Édgar Ramírez interpreta a Joe Mendoza, el detective encargado de las investigaciones.

“Es uno de esos thrillers y dramas adultos de los años 80 y 90, en los que a la gente le pasaban cosas difíciles, donde la vida es compleja, en los que las energías sexuales complican las cosas (…) No se logra con frecuencia una obra que explore el amor y el deseo, la posesión, el engaño y la manipulación de una manera tan descarnada”, sentencia Ramírez.