“Cuando un gobernante no está dispuesto a dimitir, a quitarse del medio por el bien común, por el bien de su pueblo, por el bien de su sociedad: ese César es un tirano…”
MIAMI, Estados Unidos. – “La autoridad política no está por encima del pueblo, se debe al pueblo que la puso ahí”. Así lo aseguró Jorge Luis Pérez Soto, un sacerdote de la Parroquia San Francisco de Paula, en La Habana, cuyas palabras parecen desafiar al régimen de la Isla.
El pasado domingo, durante la lectura del tiempo ordinario, el religioso hizo referencia a la imposición del poder político por sobre la voluntad popular, hecho que catalogó como un lastre para “el bien común”.
“Cuando un gobernante no está dispuesto a dimitir, a quitarse del medio por el bien común, por el bien de su pueblo, por el bien de su sociedad: ese César es un tirano, porque ningún gobernante está por encima de su pueblo. El pueblo es el que coloca ahí a su gobernante”, expresó Pérez Soto.
En su intervención, el sacerdote llamó a redefinir el rol político de la Iglesia en la Isla y defendió el derecho del pueblo a ser leal a su propio bienestar.
“A veces la gente dice: la iglesia no se tiene que meter en política. Perdón, la Iglesia sí se tiene que meter en política. ¿En qué política se tiene que meter? Primero, la política es el bien de gobernar la sociedad buscando el bien común. El bien común nos importa a todos. ¿A quién no le importa el bien de Cuba hoy?”, subrayó el religioso”, subrayó el religioso, quien dijo además que “no hay derecho a pedirle a nadie que sacrifique su vida en este mundo por un mañana que nunca va a llegar”.
Pérez Soto también cuestionó la canonización de líderes políticos presentados como deidades por el régimen cubano.
“Al único que se le puede decir pa’ lo que sea es a Dios”, dijo el sacerdote en franca referencia a la consigna que por muchos años acompañó al fallecido dictador cubano.
Según el religioso, la Iglesia tampoco debe convertirse en un instrumento de coerción política, ya que ese apartado compete al individuo.
“Los obispos y los sacerdotes no debemos hacer política partidista, no nos compete por qué presidente votarán, en qué partido estarán, eso compete al ámbito de las libertades individuales, pero sí nos toca iluminar en qué no va bien la sociedad”, apuntó
Pérez Soto.