«Sí, sí, sí» / Soledad Morillo Belloso
No voy a relatar en este espacio las penurias que estamos pasando en Venezuela. Usted se las sabe al dedillo. No voy a gastar letras y líneas en desgranar los resultados de todas las mediciones de opinión que no hacen sino poner en números rojos lo que cualquiera sabe: que el régimen enchufado en el poder es ya evaluado como una pestilente enfermedad.
Tampoco voy a insistir en analizar el fraude montado para el 6 de diciembre. En Venezuela y fuera de nuestras fronteras todos sabemos que lo de ese día no es sino un ejercicio de cuatrerismo político.
Hablemos sí de la Consulta Popular. Por supuesto que usted nada en dudas. Los venezolanos somos ya los seres humanos más desconfiados que existen en el planeta. Eso, créame, es uno de los grandes logros de la Revolución. Convertirnos en seres que no creen, ni en el Ave María rezado de rodillas, les garantiza a los mandones que dudemos hasta de nuestra propia sombra. Con ello nos hacen débiles.
Piense usted, amigo lector. La mayoría de los venezolanos, dentro y fuera del país quiere que se acabe este miserable estado de cosas. La mayoría de los venezolanos quiere elecciones presidenciales y parlamentarias bien hechas. La mayoría de los venezolanos no tiene ni una ñinguita de confianza en la babosada del 6D. La mayoría de los venezolanos quiere gritar y que ese grito retumbe en el mundo entero.
Bueno, eso es la Consulta Popular. Para que nos oigan. Porque tenemos sacrosanto derecho a que nos oigan. Porque no ha nacido quien tenga el derecho a pretender silenciarnos.
Tres preguntas. Pregunta 1: «¿Exige usted el cese de la usurpación de la presidencia de parte de Nicolás Maduro y convoca la realización de elecciones presidenciales y parlamentarias libres, justas y verificables?», a lo cual el pueblo, es decir, nosotros, respondemos sí. Porque la usurpación es ocupación indebida, ilegal e ilegítima del poder.
Pregunta 2: «¿Rechaza usted el evento del 6 de diciembre organizado por el régimen de Nicolás Maduro y solicita a la comunidad internacional su desconocimiento?» La respuesta obvia es Sí. Porque es inaceptable un proceso fraudulento que no cumple con las mínimas normas y condiciones de unas elecciones realmente democráticas
Pregunta 3: «¿Ordena usted adelantar las gestiones necesarias ante la comunidad internacional para activar la cooperación, acompañamiento y asistencia que permitan rescatar nuestra democracia, atender la crisis humanitaria y proteger al pueblo de los crímenes de lesa humanidad?» Pero por supuesto que sí, porque Venezuela es un país de este planeta y las atrocidades que han sucedido en Venezuela no pueden ser tratadas como si estuviéramos en Ganímedes y, menos aún, se puede tolerar la infeliz coartada de la (mala) interpretación de los principios de autodeterminación y no intervención.
Pregúntese usted por qué el régimen, sus socios de la mesita, sus aliados los alacranes, los enchufados y demás especies infectas no quieren que usted no participe en la Consulta Popular. Simple. Porque ellos no quieren que el pueblo hable, no quieren que el pueblo decida. Quieren un país domesticado, enjaulado y silente. Quieren salirse con la suya.
Entonces, no lo dude; participe en la Consulta Popular. Y en unos años, cuando sus hijos y sus nietos le pregunten, usted podrá sonreírles y decirles, con muchísimo orgullo y satisfacción: «yo participé; yo dije sí, sí, sí».
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