MARACAIBO, VENEZUELA. – Carrie Filipetti, subsecretaria del Departamento de Estado para Cuba y Venezuela, garantizó que Estados Unidos solo reconocerá al Parlamento escogido en diciembre de 2015 y denunció que el chavismo “hiperinfló” los números de participación del proceso de este domingo para tratar de restituir una legitimidad que, opina, no recuperará.
Este lunes, indicó que el gobierno estadounidense seguirá reconociendo a la Asamblea Nacional electa en 2015 bajo el postulado de que en Venezuela no se han realizado todavía elecciones “libres y justas” para su renovación.
“¿Qué elección? No fue una elección. Este fraude no va a cambiar nada en el campo. Definitivamente, seguiremos reconociendo a la Asamblea Nacional de 2015 hasta que hayamos visto elecciones libres y justas” en Venezuela, expresó la funcionaria estadounidense durante un foro del Centro para Estudios Estratégicos e Internacionales (CSIS, por sus siglas en inglés).
Filipetti opinó que el proceso del domingo en absoluto servirá al gobierno en disputa de Nicolás Maduro para recuperar su legitimidad, sino lo contrario.
Valoró las condiciones electorales de la votación como “las más represivas desde 1958”, cuando se reinició la era democrática en el país tras la caída del dictador militarista Marcos Pérez Jiménez.
Aseguró que el poder electoral venezolano “hiperinfló” los números de participación para elevarlos a un nivel todavía bajo, de solo un 31%. Según sus cálculos, muy probablemente hubo “menos de 20%” de participación del padrón electoral, de 20,7 millones de venezolanos.
Solo el 31% del registro electoral participó en la renovación del Parlamento, promovida por el chavismo y que tanto la oposición como la comunidad internacional desestimaron por considerar que no brindaba garantías democráticas para un sufragio limpio, justo, ni transparente.
Guaidó y una delegación de diputados opositores aseguraron que la abstención fue mayor, de un 80%, e insistió en su llamado a la población a participar en una consulta popular que inicia este lunes y que culmina el próximo sábado.
Filipetti calificó lo ocurrido el domingo en Venezuela como “una continuidad del fraude” de los años 2017 y 2018, cuando el madurismo impulsó elecciones de la entonces incipiente Asamblea Nacional Constituyente y de la Presidencia.
Adelantó que la premisa básica que regirá las posturas de Estados Unidos, el Grupo de Lima, la Unión Europea y la comunidad internacional interesada en la restitución de la democracia en Venezuela será la prevista en la Constitución.
La funcionaria estadounidense garantizó la continuidad de las políticas de sanciones en contra de Maduro. Estimó que la activación del “sistema multilateral” de penas por violaciones a derechos humanos y crímenes de lesa humanidad de funcionarios del chavismo, como han demostrado informes de la ONU, sería positivo para hacerle entender al mandatario en disputa que necesita “cambiar su comportamiento y encarar negociaciones” para un cambio político en Venezuela.
Desánimo y apatía
La abstención reflejada en Venezuela durante las votaciones parlamentarias de este domingo, promovida por la oposición leal al gobierno interino del líder opositor Juan Guaidó, no se traduce en transformaciones políticas tangibles, advierte Luis Vicente León, presidente de la firma Datanálisis.
Opina que la abstención demostró “el desánimo y la absoluta apatía” de los venezolanos ante el sistema político, que, en este caso, afecta a un gobierno que logró movilizar a una quinta parte de los 20,7 millones de votantes registrados.
Esa lectura, sin embargo, no significa una celebración de la estrategia opositora. Los efectos de lo ocurrido este domingo no serán positivos, augura.
“Es un retroceso importante para el chavismo, pero la abstención ganadora es vacía, no cambia la realidad de un gobierno que tenía el control estricto de las instituciones y del poder y que lo repite de nuevo”, dice León a la Voz de América.
Prevé la instalación en enero próximo de un Parlamento que, a pesar de no estar reconocido por buena parte de la comunidad internacional, será el que dicte las leyes que los venezolanos tendrán que respetar.
El proceso del domingo agravará los desencuentros de Guaidó y sus aliados de cara a los comicios de gobernaciones, previstos para 2021, anticipa.
“Hay una oposición completamente fracturada frente a lo que deben hacer en el futuro. Sigo pensando que votar o no votar era un dilema falso. Lo que es un problema es no saber qué hacer después de votar o abstenerse”, apunta.
Crónica anunciada
La votación fue “la crónica de una abstención anunciada” para el sociólogo político y docente universitario Juan Manuel Track. Según su análisis, el chavismo quedó en una posición “relativamente cómoda” aun cuando haya una condena y una deslegitimación nacional e internacional del Parlamento.
“El país pierde. Lo ideal es que esta elección hubiese servido para reinstitucionalizar al país. El chavismo no lo quiso y la oposición tomó una vía extrainstitucional ante la negativa del gobierno”, expone a la VOA.
Destaca que la porción de la oposición que decidió participar en las elecciones parlamentarias -tras asumir judicialmente el control de facto de partidos como Acción Democrática, Primero Justicia y Voluntad Popular- debió asumir la realidad de que tenían “poco arraigo y capacidad de movilización de gente”.
Esa fracción, a la que los movimientos que integran el Parlamento de 2015 llaman “traidores” y “alacranes”, logró el 17,95% de los votos, poco menos de un millón de boletas, según el primer boletín del Consejo Nacional Electoral.
Track resalta que la elección evidenció que el propio chavismo está “muy descontento” con la situación general del país y se abstuvo a pesar de los esfuerzos del gobierno en disputa para movilizarlo.
“Sectores que eran tradicionalmente chavistas han dejado de serlo, por lo menos momentáneamente. Los niveles de participación fueron bajos. Mucha de la gente que fue tiene que ver con la maquinaria del PSUV y todo este mecanismo de control clientelar que tiene en algunos sectores”, observa.
La poca participación no evita ni maquilla que el chavismo lograra lo que procuraba con unas elecciones nulamente competitivas: una victoria “predecible” que le sirve para controlar la Asamblea Nacional, concluye.
Líderes opositores, encabezados por Guaidó, consideraron que el chavismo consumó un “fraude” y destacaron que el pueblo “le dio la espalda”.
El secretario de Estado de Estados Unidos, Mike Pompeo, se hizo eco de esas versiones. “Los resultados anunciados por el ilegítimo régimen de Maduro no reflejarán la voluntad del pueblo venezolano”, escribió el domingo.