Colegio Electoral ratifica elección de Biden como presidente de EE.UU.

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Joe Biden ha ganado las elecciones presidenciales en Estados Unidos ya en varias ocasiones. Primero, el pasado 7 de noviembre, cuando los medios, basados en resultados oficiales, confirmaron su triunfo en suficientes estados como para asegurar la Casa Blanca.

El Tiempo

Desde entonces, ha vuelto a triunfar en más de 50 demandas judiciales que elevó Donald Trump para tratar de bloquear su triunfo pero que fueron desechadas de manera contundente por las cortes del país.

Pese a ello, ninguna victoria ha sido tan importante como la que ocurrió este lunes, cuando fue confirmada por el Colegio Electoral, el órgano que se encarga de elegir al presidente en el complejo sistema electoral estadounidense.

A lo largo de los 50 estados más el Distrito de Columbia, los miembros de este Colegio se dieron cita para votar por el ganador en su territorio. Eran necesarios 270 para convertirse en presidente y Biden obtuvo 306 frente a las 232 de Trump.

Aunque en condiciones normales este hubiese sido solo una paso protocolario para confirmar lo que sucedió en cada estado, la insistencia de Trump en desconocer el resultado hizo que todas las miradas se fijaran en esta fecha como la definitiva para sepultar definitivamente el asalto del presidente republicano a la democracia estadounidense.

Entre otras cosas por que el mismo Trump había pedido abiertamente a los congresos de varios estados desconocer el resultado de los comicios y darle a él, de manera arbitraria, los votos del Colegio Electoral.

A pesar de la enorme presión que ejerció contra funcionarios de su propio partido, todos se negaron una vez quedó claro que las denuncias de fraude carecían de sustento alguno y fueron desenmascaradas por jueces conservadores y liberales en al menos 6 estados.

El último golpe a la fantasía de Trump se lo dio la Corte Suprema de Justicia este pasado viernes cuando tumbó de manera unánime una demanda que pretendía anular la votación en Georgia, Michigan, Pennsylvania y Wisconsin. Los nueve magistrados, entre los que hay seis conservadores y tres de ellos nombrados por el presidente, ni siquiera quisieron escuchar el caso.

A lo largo de todo este largo proceso Biden mantuvo silencio y se concentró en conformar el gobierno que lo acompañará a partir de este 20 de enero.

Pero tras conocerse el resultado del Colegio Electoral -que asegura su triunfo- dio un discurso en el que habló sobre la solidez de la democracia estadounidense a lo largo de este proceso y la necesidad de pasar la página y unificar al país.

Pese a sus derrotas en los estrados judiciales, recuentos, y ahora ante el Colegio Electoral, Trump persiste en no dar su brazo a torcer. Este fin de semana se fue lanza en ristre contra la decisión de la Corte Suprema e insistió en que ganará las elecciones aún sin contar con un camino viable. Al menos no constitucional.

Y tiene convencido a buena parte de sus seguidores de que el triunfo de Biden es ilegítimo. Algo que se vio reflejado este sábado durante una marcha de sus simpatizantes en la capital estadounidense que se tornó violenta y dejó varios heridos

Si bien algunos políticos en su partido han comenzado a tomar distancia y ya reconocen la victoria del vicepresidente de manera pública, otros, especialmente en la Cámara de Representantes, persisten en acompañarlo y prometen mantener la pelea hasta el último momento.

La nueva estrategia de Trump le apunta al próximo 6 de enero. Ese es el día en el que el Congreso nacional cuenta los votos del Colegio Electoral que le fueron enviados por correo.

Sobre el papel, es otro acto protocolario. Pero tiene el potencial de extender el drama por algunos días más.

De acuerdo con las normas electorales de EE.UU., si un representante a la Cámara y un Senador objetan el voto de algún estado, el Congreso debe debatir el tema y luego decidir si acepta o no ese reparo.

Como ya apareció un legislador de la cámara baja que ha indicando que lo hará y se da por descontado que al menos un miembros del Senado lo secundará, todo indica que tendrán que someterlo a votación.

Para que gane la objeción -y se anulen los votos de ese estado-, las dos cámaras deben aprobarla.

Pero dado que los demócratas cuentan con la mayoría en la Cámara de Representantes las posibilidades de que prosperen son nulas. Y eso lo saben los republicanos.

En otras palabras, es una alternativa que no tiene dientes y que es vista más como un ejercicio para complacer a Trump y evitar que la emprenda contra quienes no lo acompañaron en esta quijotesca cruzada.

Dicho eso, su impacto no se puede menospreciar. Por una lado forzaría al Congreso a entrar a dirimir sobre algo que se supone fue resuelto por los votantes en las urnas.

Y si Trump logra alinear a todos los republicanos estos podrían darle una victoria en la cámara alta así sea simbólica.

Pero quizá lo más grave es su mensaje a futuro.
Si esto se normaliza el día mañana un partido que tiene el control de ambas cámaras podría desconocer la voluntad popular y nombrar al candidato perdedor como presidente.

De acuerdo con Edward Foley, director del Centro Constitucional de la Universidad de Ohio, algo así acabaría con la democracia estadounidense pues es contrario a las mismas leyes.

¨La única tarea del Congreso este 6 de enero es contar los votos del Colegio Electoral y asegurarse que los votos que está contando son los que les mandó el estado. No le corresponde juzgar o litigar si ese estado cumplió con las reglas para elegir a los miembros del Colegio o dirimir quejas sobre supuestas irregularidades¨, dice Foley.

Según este analista, si bien es probable que ¨algún senador decida darle oxígeno transitorio a esa farsa todos saben que el camino llegó a su fin este lunes. Y entre más rápido lo reconozcan mejor para todos¨.

SERGIO GÓMEZ MASERI
Corresponsal del EL TIEMPO
Washington
En Twitter: @sergom68