El ego de la dirigencia opositora del gobierno fue más importante que la crisis que viven millones de venezolanos por el modelo impuesto, mientras han preferido atribuírsela a Juan Guaidó-G4
Félix B. Sucre/ La Razón
CNP 8526
El porcentaje obtenido por cada partido político que participó en las elecciones parlamentarias del 6 de diciembre pasado, es la demostración más clara de cómo están ellos insertados en la sociedad venezolana. Lo que los debe llevar a una profunda reflexión y no estar buscando culpable en las ramas de los árboles o en la abstención del G4 y Juan Guaidó.
Los votos, partido por partido hablan por sí solos, aunque los dirigentes pretendan construir escenarios ajenos a la realidad objetiva, cuando ellos fueron los máximos responsables por no construir políticas pensando en la gente.
Para ellos fue más importante su ego que la crisis económica que golpea el estómago de millones de venezolanos, quienes, en muchos casos, apenas si pueden subalimentarse, comer con lo que está a su alcance comprar, ya que los ingresos no les alcanza para alimentarse, para la salud ni para el transporte.
Esa dirigencia opositora que se fabricó Nicolás Maduro, que hoy anda dando clase de unidad para derrotar al Gobierno, está carente de autoridad, no tiene credibilidad política en la sociedad venezolana»
Hoy el venezolano hace milagros con lo que recibe, mientras que la dirigencia política en general no se ve en el Metro, en las busetas ni protestando en los abastos por los altos costos de los alimentos. Muchos de ellos compran en los hipermercados o los grandes bodegones de la revolución socialista. Ni Miraflores puede seguir con el discurso del bloqueo gringo.
En el caso de los resultados de esas elecciones, vos cifra habla por sí sola: 1.732.406 votos, mientras cuentan con menos de 30 diputados en la Asamblea Nacional, donde el PSUV y aliados cuentan con más de 250 parlamentarios. Por lo tanto, hay que señalarlo, esa dirigencia opositora que se fabricó Nicolás Maduro, que hoy anda dando clase de unidad para derrotar al Gobierno, está carente de autoridad, no tiene credibilidad política en la sociedad venezolana, la cual no siente que ellos sean sus voceros.
Es decir, estos políticos tienen que volver a la política, no andar echándole culpa a otros de sus propios resultados, los que están descritos por el Consejo Nacional Electoral, quien nada tiene que ver con el activismo de cada partido, sino que entrega el resultado de cada uno de ellos, razón por la que no pueden contar con representación parlamentaria, tal como muchos aspiraban, «cuando deseos no preñan».
Queda evidenciado que no cuentan con pueblo, que parecen de ‘burdel político’ como llegó a decir el gran Teodoro Petkoff»
Se sabe que muchos de esos encopetados dirigentes no son dados a las críticas que les hacen a través de los medios. O, en otro caso, que hacemos los periodistas independientes, toda vez que ellos se sienten o, también, se consideran intocables.
Nos toca hacer una discriminación de los porcentajes obtenido por cada uno de ellos, con lo que queda evidenciado que no cuentan con pueblo, que parecen de «burdel político» como llegó a decir el gran Teodoro Petkoff, fundador del MAS, lo que es hoy un simple «cascarón vacío» que da pena ajena, aunque las tras divinas personas digan lo contrario o se atreven.
Al mejor estilo de su nuevo compañero de ruta Bernabé Gutiérrez, viejo alumno de Henry Ramos Allup y seguidor de Juan Guaidó, a quien hoy no reconoce porque sus afectos los tiene Nicolás Maduro, jefe supremo de Claudio Fermín y de Henri Falcón, como dicen por éstas calles de Dios. Ave María.
Vamos al grano:
AD: 433.332,
El Cambio: 276.386,
PV: 187.264,
Copei: 175.840,
Soluciones: 99.649,
MAS: 77.311,
AP: 156.244,
Ecológico: 67.550,
Cambiemos: 52.558,
Venezuela Unida: 29.188,
Unión Progreso:
53.197,
Prociudadanos:
44.358,
Voluntad Popular: 44.268,
UPP89: 19.179,
Nuvipa: 16.048.
La gente no cree el ‘nuevo’ discurso de Carmelitas descalzas a favor de los que día a día son víctimas de la políticas de un gobierno que solo se empeña en mantenerse en el poder»
Esta, pues, es la realidad hoy de cada uno de esos partidos opositores. Aquí fue incluido el resultado de las organizaciones regionales. No obstante, como quienes vienen hablando, ahora, con un presunto discurso unitario, están secos de votos para las elecciones de gobernadores, lo que no les augura un resultado favorable.
Toda vez que la gente los conocen y que además, no le creen el «nuevo» discurso de Carmelitas descalzas a favor de los que día a día son víctimas de la políticas de un gobierno que solo se empeña en mantenerse en el poder, para lo que se ha buscado aliados como estos que hoy, cual plañideras, lloriquean.
Mientras, ayer no fueron capaces de construir una unidad entre ellos, contando, si era preciso, con una tarjeta con Casa Amarilla con símbolo central para identificarse mejor como los representantes de Nicolás Maduro fuera del gran polo patriótico.
Con seguridad, hoy sus resultados serían otros, así fuera para ocupar una silla, calentarla y cobrar la dieta»
Y de esa manera justificarse ante Venezuela y el mundo por los ataques contra el otro sector político identificado con Juan Guaidó y el G4. Por eso, obviamente, no pueden estar hablando de unidad, ni mucho menos dar clase de política, cuando tuvieron la gran oportunidad, de construir una política electoral para participar unidos en esas elecciones.
Con seguridad, hoy sus resultados serían otros, así fuera para ocupar una silla, calentarla y cobrar la dieta que, con seguridad es muy abultada.