El economista Francisco Rodríguez aseveró este viernes que el permitir intercambios de petróleo por insumos médicos “tendría un efecto directo” en la vida de los venezolanos, y además insistió en que es necesaria una discusión “mucho más integral” sobre políticas de sanciones hacia Venezuela.
“Hay algo llamativo en la discusión sobre el restablecimiento de los canjes de diésel en Venezuela. El diésel es una de muchas importaciones con impacto humanitario. ¿Por qué concentrarse en canjes de diésel y no en iniciativas de canje de petróleo por otros bienes esenciales?. Una respuesta tiene que ver con la historia reciente. La administración Trump permitió canjes de diésel hasta noviembre de 2020, pero nunca permitió canjes de petróleo por bienes esenciales. Esto puede explicar la atención pública, pero no el énfasis de expertos y ONG”, destacó Rodríguez en un hilo de publicaciones en la red social Twitter.
El experto en temas económicos sostuvo que “no es difícil argumentar convincentemente que otros bienes esenciales son al menos igual de importantes para atender la crisis humanitaria venezolana. Permitir intercambios de petróleo por insumos médicos podría tener un efecto aún más directo sobre la vida de los venezolanos. Podría parecer más natural que las compañías petroleras provean diésel que otros bienes esenciales. Pero el dinero es fungible y las petroleras no tendrían problema en encontrar proveedores de bienes esenciales si esto abriese la posibilidad de comprar petróleo venezolano”.
Sanciones secundarias
Rodríguez detalló en qué consisten las “sanciones secundarias” de EEUU sobre el país. “Un segundo enigma en este debate es el énfasis en reinstaurar una regla de política que permitía canjes de diésel entre compañías no estadounidenses y Venezuela pero que no haya llamados similares para permitir esos canjes en el caso de empresas estadounidenses. Las sanciones prohíben todo tipo de comercio petrolero entre Venezuela y EEUU. EEUU no tiene jurisdicción sobre el comercio entre otros países, pero puede impedir que sus empresas hagan negocios con quienes traten con Venezuela. A esto se le llama sanciones secundarias”.
Francisco Rodríguez explica que “la ‘excepción’ a canjes de diésel es una regla discrecional por la cual EEUU hasta noviembre de 2020 decidía no imponer sanciones secundarias a empresas extranjeras que participasen en esos canjes. Restablecerla implica retirar la amenaza de sanciones sobre esas empresas. La explicación de esa asimetría entre empresas estadounidenses y de otros países puede otra vez ser dependencia histórica, aunque esa no es una buena justificación para las posiciones de política que buscan lidiar con una crisis humanitaria”.
“Si hay una justificación humanitaria para los canjes de diésel, debería aplicar a todas las empresas. Es extraño que EEUU decida que se debe permitir una actividad por razones humanitarias pero al mismo tiempo decida que solo va a dejar que extranjeros la lleven a cabo. Una discusión mucho más integral sobre las políticas de sanciones hacia Venezuela es necesaria. La prohibición de canjes de diésel es dañina, pero no es para nada claro que sea el aspecto más dañino de la política actual ni donde se deban concentrar los esfuerzos de reformas”, concluyó.