Con la llegada de Joe Biden a la silla presidencial de Estados Unidos se abren las posibilidades de una relajación de las sanciones impuestas al chavismo por su antecesor, Donald Trump, entre ellas la restricción del intercambio de crudo venezolano por diésel, necesario para transportar alimentos y para otras actividades diarias en el país.
Sin embargo, según reseña El País, “un análisis de las medidas muestra que no se trataba formalmente de una prohibición, sino de una decisión discrecional del expresidente y que lo mejor para Venezuela es que EE UU, simplemente, no haga nada al respecto”.
Para agosto de 2020, el 80% de las entregas de crudo venezolano al exterior eran a través de intercambios de diésel, de acuerdo con información de Bloomberg, debido a las sanciones impuestas contra PDVSA en enero de 2019 que ordenan retener las ganancias de la venta de petróleo en una cuenta bancaria de EE.UU que pertenece a Citgo, activo que es manejado por personas escogidas por la Asamblea Nacional de 2015.
“La decisión anterior de Washington fue discrecional y si el Departamento del Estado bajo la nueva Administración quisiera los intercambios pudieran continuar bastaría que las nuevas autoridades estadounidenses, que con Biden tomaron posesión el 20 de enero, no interfieran”, dice el análisis de El País.
“Nosotros no esperábamos que la política de sanciones se ajustara inmediatamente, porque hay otras prioridades muy claras para la Administración Biden, pero la flexibilización de las sanciones por razones humanitarias será atendida más temprano que tarde. Esto abriría la puerta para reanudar los swaps de diésel”, dijo al medio español Patricia Ventura, directora de la consultora energética IPD Latin America.
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