¡LA NUEVA ESCLAVITUD! Pretenden que sin un salario adecuado los educadores den clases a partir del mes de Marzo

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¿Será un desastre el regreso a clases presenciales, como ha ordenado el Gobierno de la revolución chavista para el mes de marzo, porque no hay adecuación de las instalaciones escolares para la pandemia de coronavirus?

Caraota Digital

Dos expertos del sector educativo concuerdan en que no; que no es, en todo caso, el Covid-19 el que está frenando el retorno a clases presenciales, sino los bajos salarios de los docentes, especialmente en el sector público de la economía, los que están atentando contra algo que definen como una necesidad ante el alarmante deterioro de la calidad educativa en el país.

“Alumnos que tenían promedios de 18 han bajado a 14, alumnos que tenían promedio de 14 han bajado a 08. Además, hemos visto unos niveles de deserción superiores a 10%, cuando el promedio de caída de alumnos en el sector privado nunca llegaba, en neto, a 3%”.

Así justifica el secretario de la Asociación Nacional de Instituciones Educativas Privadas (Andiep), Fausto Romeo, la necesidad de regresar a clases. Fue este gremio el que propuso, en enero, el regreso a clases presenciales, y la justificación fue exactamente esa: que los estudiantes no podían llevar encima todo el peso de la crisis educativa del Covid.

De hecho, indica Romeo que “si fuera por motivación económica, más nos interesaría mantener las clases por Internet, porque hemos invertido mucho para ello. La motivación es por la educación de los estudiantes”, agrega.

Por su parte, Lila Vega, miembro de la Red de Madres, Padres y Representantes, refuerza el argumento: “cuando se cerraron los planteles, no había ni siquiera cuarentena. La educación se clausuró cuando apenas había dos casos de Covid en el país”.

Agrega que “en todo el mundo, la educación fue lo último que cerró y lo primero que abrió. Aquí hemos abierto restaurantes, cines (…) hay que cambiar el chip, los niños no son el principal agente de transmisión del Covid-19 ni son los que se enferman gravemente, así que no hay razón para que paguen un costo tan desmedido por la pandemia”, señala Vega, quien, adicionalmente, es médico pediatra.

Lo que debe hacerse para el regreso a clases presenciales
Romeo y Vega coinciden en que la principal traba en este momento para el regreso a clases presenciales no es la bioseguridad, sino los sueldos, especialmente en el sector público de la educación, que están entre $1 y $2 mensuales.

La bioseguridad es sencilla si se cumplen normas como el distanciamiento, la limpieza de manos y el uso de mascarillas, indica Lila Vega, señalando que las medidas que se tomaron al principio de la pandemia en países desarrollados, como la separación de los pupitres con mamparas de plexiglás, han probado ser excesivas.

De hecho, señala Romeo que la educación privada ya ha adoptado todas las medidas de bioseguridad para el regreso a clases presenciales: “agua, energía eléctrica, ventiladores; esto es lo que se necesita para que corra el aire en los salones. Ventanas, puertas abiertas, agua abundante, desmalezamiento desratización”.

“Los planteles privados ya tenemos eso”, señala el representante de Andiep, quien agrega que la educación privada nunca ha abandonado del todo la modalidad presencial. “Los docentes asisten a los planteles, entre cuatro y seis horas todos los días”.

“Hoy sabemos mucho más de la pandemia que cuando empezó. Sabemos más de los mecanismos de transmisión, ya hemos adoptado el tapabocas en nuestras vidas, y sabemos que las comunidades educativas pueden colaborar no solo con la autoprotección, sino también con la limpieza, que es sencilla, agua y cloro”, indica Vega.

Para Romeo, por su parte, la propuesta no implica partir el país en dos. “Desde el principio dijimos que la educación no es pública o privada, que tenemos que arrancar todos por igual. La limitante es el salario de los docentes, que debe ser revisado. El del sector público, y también el del privado, que hace un año era bueno, y ahora los sueldos están entre $50 y $300 mensuales”.

“La limitación verdadera para el regreso a clases presenciales es el sueldo de los docentes del sector público, que en este año muchos de ellos se han adaptado a hacer otros oficios, y por lo tanto, ya no encuentran motivación en regresar a la educación”, indica.

No tiene por qué ser de golpe
Vega y Romeo también coinciden en que el regreso no tiene por qué ser de golpe: que el regreso a clases presenciales puede ser parcial, conservando las distancias, con diferencias de días, para evitar las aglomeraciones.

La vocera de la Red de Madres, Padres y Representantes afirmó, por su parte, que no es cierto que en la educación pública los padres no quieran el regreso a clases presenciales.

“El regreso a clases presenciales tiene total apoyo en las zonas populares (…) la preocupación de muchos padres en esas zonas no es simplemente educativa, es que los padres temen que sus niños ingresen a una banda delictiva, o que sus muchachas salgan embarazadas”.

“Es fundamental regresar a las aulas. Cada aula abierta es ganancia (…) al Gobierno ahorita no le cuesta nada tener las escuelas cerradas. Hay que hacerles pagar ese precio, tú no puedes mantener las escuelas cerradas por más de un año”, concluye Lila Vega.