La Federación Mundial de Obesidad –organización sin ánimo de lucro– dio a conocer este jueves un estudio que indica que la inmensa mayoría de los casos mortales de covid-19 ocurrieron en los países con más altos niveles de obesidad entre sus ciudadanos (es decir, con un índice de masa corporal, o IMC, superior a 30).
A nivel mundial, 2,2 millones de un total de 2,5 millones de víctimas fatales de la pandemia provienen de tales países.
Asimismo, la tasa de mortalidad por coronavirus ha sido 10 veces mayor en aquellas naciones en las que al menos 50 % de la población adulta padece de sobrepeso, es decir, tiene un IMC de más de 25.
Entre los países más afectados destacan el Reino Unido, con 184 decesos por cada 100.000 habitantes y un 63,7 % de adultos con sobrepeso, y EE.UU., con 152,49 muertes por cada 100.000 habitantes y donde 67,9 % de las personas maduras sufren el mismo problema de peso, precisa Reuters.
Al otro extremo están países como Japón y Corea del Sur, que tienen tanto bajas tasas de mortalidad por el covid-19 como niveles menores de obesidad entre los adultos. «Le han dado prioridad a la salud pública en toda una serie de medidas, incluido el peso de la población, y esto ha dado sus frutos en la pandemia», explicó Tim Lobstein, asesor experto de la Federación Mundial de Obesidad, quien codirigió la investigación.
Por tales motivos, son cada vez más las voces que instan a incluir la obesidad en la lista de riesgos sanitarios relacionados con el covid-19, ya que, aparte de una mayor mortalidad, los altos niveles de IMC se asocian con mayor riesgo de ser hospitalizado o ingresar en cuidados intensivos o críticos.
«Es realmente importante que reconozcamos que la obesidad […] aumenta el riesgo. Por lo tanto, al igual que otras enfermedades, como la diabetes y las cardiovasculares, las personas con obesidad deberían ser consideradas como prioridad temprana en los programas de vacunación de todo el mundo», opinó John Wilding, presidente de la mencionada federación.