Dos hallazgos científicos impulsaron los nuevos lineamientos sugeridos por los CDC: las personas que fueron completamente inoculadas rara vez transmitirían el virus y las vacunas serían efectivas contra las variantes
Desde el inicio de la pandemia de coronavirus, Estados Unidos acumula casi 33 millones de contagios y supera las 585.000 muertes, según el monitor de Johns Hopkins University & Medicine Resource Center. Y, si bien el ritmo de vacunación avanza, todavía el país se encuentra lejos de alcanzar la inmunidad colectiva o de rebaño.
Por eso, la recomendación emitida por los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) acerca de que las personas que ya hayan recibido ambas dosis de la vacuna contra el COVID-19 pueden dejar de utilizar barbijo o tapabocas en la mayoría de los lugares resultó una sorpresa para gran parte de la población.
Durante meses, a lo largo de la pandemia de coronavirus, se alentó enérgicamente el uso de tapabocas y el distanciamiento social como medidas para contener la propagación del virus. En los Estados Unidos, con poco más de 331 millones de habitantes, el 36,41% ya recibió ambas dosis del inoculante y 46,71% al menos una dosis, según datos de Our World in Data, de modo que aún le falta. Entonces, ¿qué hizo que los CDC cambiaran de opinión?
Rochelle Walensky, directora de los CDC, citó dos hallazgos científicos recientes: pocas personas vacunadas se infectan con el virus y la transmisión parece aun más rara; y las vacunas parecen ser eficaces contra todas las variantes conocidas del coronavirus.
El viernes, los CDC publicaron los resultados de otro estudio que muestra que las vacunas fabricadas por Pfizer-BioNTech y Moderna son 94% efectivas en la prevención de enfermedades sintomáticas en aquellos que estaban completamente vacunados, y 82% efectivas incluso en aquellos vacunados solo parcialmente.
Una de las preocupaciones entre los científicos era que incluso una persona vacunada pudiera ser portadora del virus, quizás asintomática, y contagiarlo a otras personas. Pero, de acuerdo a los CDC, hasta el momento se encontraron pocas infecciones entre quienes recibieron las vacunas Pfizer-BioNTech y Moderna.
“Este estudio, sumado a otros que lo precedieron, fue clave para que los CDC modificaran sus recomendaciones para aquellos que están completamente vacunados contra el COVID-19″, dijo Walensky a través de un comunicado.
Otras investigaciones recientes confirman que las personas que se infectan después de la vacunación portan muy poco virus para infectar a otras, compartió Florian Krammer, virólogo de la Escuela de Medicina Icahn en Mount Sinai, en un artículo publicado en The New York Times.
Aun así, la mayoría de los datos se han recopilado sobre las vacunas Pfizer-BioNTech y Moderna, advirtió el Krammer.
Las variantes del virus son una preocupación particular para los científicos. Si bien Walensky citó evidencia que muestra que las vacunas de ARNm, como las de Pfizer y Moderna, son efectivas contra las variantes que circulan en los Estados Unidos, hay pocos datos sobre las variantes y la vacuna Johnson & Johnson. Además, constantemente, surgen nuevas mutaciones del virus, que dan lugar a nuevas variantes.
En un comunicado, un vocero de los CDC dijo: “Todas las vacunas autorizadas brindan una fuerte protección contra enfermedades graves, hospitalización y muerte, y estamos acumulando datos de que nuestras vacunas autorizadas son efectivas contra las variantes que están circulando en este país”.
Es poco probable que las personas completamente inmunizadas se enfermen gravemente. El riesgo de infección es mayor para las personas que los rodean: niños y adultos no vacunados o personas vacunadas que permanecen desprotegidas debido a una afección o tratamiento médico.
Funcionarios de los CDC dijeron que tuvieron en cuenta esos factores y las nuevas recomendaciones apuntan, asimismo, a ser una suerte de recompensa para que las personas completamente inmunizadas puedan poner fin a su aislamiento social, y a incentivar a otros a optar por la vacunación.
Sin embargo, la dificultad con las nuevas recomendaciones no es tanto el sustento científico detrás sino su implementación. Los gobiernos a nivel de estado, ciudad y condado todavía tienen la autoridad para exigir el uso de tapabocas incluso para personas vacunadas. Después del anuncio, algunos estados levantaron instantáneamente la obligatoriedad de usar tapabocas, mientras que otros dijeron que necesitan más tiempo para sopesar la evidencia.
La cantidad de contagios en Estados Unidos, en cerca de 38.000 por día, es la más baja desde septiembre, las muertes están en su punto más bajo desde abril pasado (en enero alcanzó su pico con un promedio de 3400 diarias) y la tasa de positividad está en el punto más bajo desde que comenzó la pandemia. Muchos expertos apoyan el levantamiento del uso de tapabocas en gran parte del país.
La tasa de nuevas vacunaciones se ha desacelerado en las últimas semanas, pero, con la autorización emitida el miércoles para colocar la vacuna Pfizer en niños de 12 a 15 años, se espera una nueva suba en los próximos días.
Hasta hace solo dos semanas, los CDC habían recomendado que las personas completamente vacunadas continúen usando máscaras en interiores en todos lo casos y al aire libre en medio de grandes multitudes.
Los funcionarios de salud deben enfatizar que la situación aún puede cambiar, y las recomendaciones oficiales con ella.