Francisco Alvarado trabajó en la empresa Distribuidora de Gas Digas en la década de los noventa, sabe identificar, a simple vista, cuando una bombona de gas es apta para ser distribuida y cuando no. Asegura que durante los siete años que trabajó en la empresa, las inspecciones que se le realizaban a los cilindros eran bastante estrictas.
«Esas bombonas que ahora vemos no hubiesen pasado una prueba como las que antes se hacían, una bombona corroída era sacada de circulación rápidamente, antes se compraban grandes lotes para renovar, pero eso ahora no se ve. Hay bombonas que de lo oxidadas y maltratadas se puede ver que tienen más de 10 años de circulación, cosa que va en contra de la normativa».
«Tengo muchos años que dejé de trabajar en Digas y desde aproximadamente 12 años no he visto una bombona en óptimas condiciones. Todas, absolutamente todas, están oxidadas, corroídas, golpeadas, sin pintura… Cuando yo las veo siempre digo que son un peligro latente para cualquier hogar», afirmó el exempleado de Digas en entrevista al medio Upata Digital.
Los eventos por explosiones de gas se han vuelto cada vez más recurrentes en los últimos años. Al menos seis siniestros han ocurrido en el país en lo que va de 2021, siendo el estado Monagas la entidad más afectada con este tipo de eventos.
El Estudio Nacional de Incendios en Hogares de Venezuela, realizado en 2018 por la Asociación Venezolana para la Prevención de Accidentes y Enfermedades (Avepae), determinó que la segunda causa de incendios en viviendas venezolanas es por gas doméstico, mientras que la primera se debe a fallas en el sistema eléctrico.
El mismo estudio de Avepae señaló que entre 2013 y 2015 se produjeron 41 explosiones por bombonas de gas, mientras que para el periodo 2017 y 2018 la cifra se ubicó en 40. Para 2019 la cantidad de siniestros fue de 35, solo en ese año.
El profesor y especialista de petroquímica en Gas Energy Latin America, Rubén Pérez, explicó que las explosiones por bombonas de gas pueden deberse a múltiples causas. Sin embargo, en un siniestro, todos los actores: Pdvsa Gas Comunal, empresas privadas de llenado y los consumidores, juegan un papel determinante.
No siempre es culpa del usuario
A juicio de Rubén Pérez, la culpa no puede atribuirse a un solo escalón de la pirámide. «El Ministerio de Petróleo es el ente encargado de emitir los permisos y hacer las revisiones que están establecidas en las normas técnicas venezolanas, son responsables de realizar las revisiones cada siete años de los lotes de bombonas. Cuando se compra un lote de bombonas el ministerio exige los resultados de la ejecución de las distintas pruebas que se le hacen al cilindro para saber si aguantan la presión, que no tengan corrosión, que la soldadura sea adecuada, que no tengan abolladura, grietas y que las partes de las bombonas cumplan con las normas venezolanas», explicó.
Sobre la responsabilidad del distribuidor de la bombona, -quien es el dueño de la bombona, los usuarios no son los dueños del cilindro- deben deben hacerle pruebas tan sencillas como inspección visual que permite verificar si la bombona está golpeada, si tiene algún abultamiento o abolladura, prueba en las válvulas de las bombonas, una simple inspección visual permite ver si tiene corrosión en alguna parte sobre todo en la parte inferior porque es lo que está más cercano al piso y es más susceptible a mojarse.
Por parte del usuario, es responsabilidad prever que la bombona esté bien instalada. Que la rosca de la bombona y de las tuberías estén en buen estado, que no haya corrosión ni fugas de gas y que estén en un lugar ventilado.
Cuidados que deben tenerse
En 2019 a Karina González le explotó la cocina por la acumulación de gases. «Estaba preparando la cena cuando una llama grande salió de una de las hornillas, cuando eso sucedió me asusté y retrocedí, pero inmediatamente explotó, la cocina pegó del techo y toda la comida y las ollas salieron volando. Mi esposo cuando escuchó, corrió y cerró la llave de la bombona. Fue un susto terrible que pudo haber terminado en desgracia. Nunca me percaté de la fuga», contó.
Rubén Pérez explicó que una cosa es la explosión de la bombona y otra es el incendio. «La explosión de la bombona se origina por una fuga de gas del cilindro. Otra cosa son las conexiones, si la cocina tenía una fuga y hubo una explosión por acumulación de gases», dijo.
Una gran explosión por fuga de gas puede generar que las ventanas se rompan, que se derrumben las paredes y el techo, la onda expansiva puede hacer que las personas salgan disparadas. Una explosión menos intensa puede desgarrar tejidos musculares, dañar los tímpanos, los pulmones y el abdomen. Las ondas expansivas también arrojan desechos a muy alta velocidad que pueden lesionar cualquier parte del cuerpo.
Francisco Alvarado aseguró que en estos tiempos la gente no presta mayores cuidados a las bombonas de gas. «He visto personas que las exponen al sol, que las arrastran y las ponen muy cerca de la cocina donde la temperatura aumenta por lo menos tres veces al día».
Perez advierte que son muchos los cuidados que deben tenerse al manipular una bombona de gas. El distribuidor debe revisar que las bombonas no tengan abolladuras ni grietas. Las válvulas de conexión deben estar en perfecto estado, las bombonas deben estar bien pintadas, porque la pintura protege el metal de los cambios ambientales.
«He visto que la gente se pone a intercambiar los picos de las bombonas, esto es un error fatal que podría generar una gran tragedia, pues el distribuidor es quien debe hacerlo», aseguró Alvarado.
Las normas técnicas venezolanas dicen que las bombonas no deben estar dentro de la casa. Deben estar fuera de la vivienda en un lugar especial donde estén ventiladas y no les pegue el sol, afirmó Rubén Pérez.
El profesor y experto en Petroquímica recomendó que las conexiones de la tubería deben ser únicamente de cobre. «En las tuberías se puede presentar mucha corrosión porque la gente une tuberías de cobre con tuberías de hierro y eso hay que evitarlo porque facilita la corrosión», dijo.
Ruben Pérez también explicó que al momento de hacer las conexiones es importante no sobrepasarse de las roscas y que al momento de moverlas es importante que no se golpeen o choquen entre sí. «Vemos a los mismos distribuidores cuando las están vendiendo que las lanzan. Antes a la plataforma del camión se les colocaba un piso especial para evitar que resbalaran ya eso no lo usan».
Panorama sombrío
El experto Rubén Pérez aseguró que es imposible saber hace cuánto tiempo no se renuevan los cilindros de gas en el país. «Eso es responsabilidad de cada distribuidor, pero si se cumpliera la inspección cotidiana en el país tendrían que sacar la mayoría de las bombonas que están circulando y tendría que estar renovando constantemente».
Pérez explicó que un distribuidor no compra una bombona si hay una mala, este espera que le traigan 50 o 100 bombonas dañadas para comprar un lote nuevo.
«Si un distribuidor tiene 500 bombonas circulando de 5 lotes cada uno comprado en distintas fechas, nadie te puede decir que el lote de bombonas de cualquier distribuidor está vencido, solo el distribuidor tiene esa información», aseguró.
Según cifras de Petróleos de Venezuela (Pdvsa) el país cuenta con 197,1 billones de pies cúbicos de gas natural en reservas probadas, cifra que ubica a la nación en la octava posición a nivel mundial. Sin embargo, datos de la Federación de Trabajadores Petroleros de Venezuela estiman que apenas el 12 % de los hogares venezolanos cuenta con gas directo o por tuberías.
Sin bombonas y sin gas
El ingeniero y experto en materia energética, Nelson Hernández, afirmó que actualmente el parque de bombonas tiene un déficit de unos 2 millones, especialmente la de 10 kg que es la más popular. «Esta escasez, aunado a la no disponibilidad del Gas Licuado de Petróleo (GLP), agrava la situación», aseguró.
Nelson Hernández explicó que la situación del gas doméstico o GLP es un problema que continúa «no se ha superado la escasez de este combustible. Continúan las calamidades que padecen las amas de casa para hacerse de una bombona. La alternativa es cocinar con leña o con una cocinilla eléctrica, cuando no hay cortes de luz».
Al ser consultado sobre las fallas que presenta la industria en este momento, el ingeniero dijo que no se está produciendo el gas suficiente para satisfacer la demanda que se sitúa en unos 40 kMB (miles de millones de barriles diarios), mientras que la producción se ubica en 15 kBD.
«La baja producción de gas, producto de la caída de la producción de petróleo y la reducida operatividad en las plantas de extracción y fraccionamiento del GLP, que solo se realiza en el oriente del país, ya que las instalaciones del occidente están fuera de servicio, son algunas de las causas de la escasez de gas doméstico», dijo Hernández.
El experto negó que las sanciones impuestas por Estados Unidos hayan empeorado la situación de la industria. Explicó que el problema del GLP ya existía antes de las sanciones, pues desde el año 2010 Venezuela importa GLP, lo que paleaba el déficit, pero que la poca disponibilidad de divisas y la caída de producción han recrudecido la situación.
Según cifras del Observatorio Venezolano de Conflictividad Social (OVCS), el mes de octubre de 2020 se perfiló como el mes donde más protestas por gas doméstico se produjeron. Con 2.109 exigencias el GLP figuró como el servicio más demandado a nivel nacional, con un promedio aproximado de 6 protestas diarias. Las constantes fallas en la distribución de gas doméstico y el alto costo, incluso en moneda extranjera, fueron las causas de las manifestaciones.
Siniestros repetitivos
El pasado 28 de diciembre de 2020, 160 bombonas de gas doméstico explotaron en el sector Caño de Los Becerros donde 43 personas resultaron heridas y nueve perdieron la vida.
El 13 de enero de 2021 otro cilindro explotó en Costo Abajo, parroquia Boquerón del municipio Maturín, en Monagas el cual dejó tres personas heridas.
El 19 de enero, ocurrieron dos explosiones también en el estado Monagas, en distintos municipios. La primera fue en el sector Caripe Viejo de Caripito, municipio Bolívar, la acumulación de gas causó una explosión y posterior incendio en una casa sin víctimas que lamentar. La segunda se produjo en el sector Halliburton de la parroquia Jusepín donde una persona resultó herida.
El pasado 23 de abril, una bombona de gas explotó en el Barrio Los Erasos de San Bernardino, municipio Libertador, en Caracas, donde dos personas fallecieron y cinco resultaron heridas.
El pasado 6 de mayo, una fuerte explosión afectó un apartamento de las residencias Verona del sector La Trigaleña, en Valencia, estado Carabobo. En el accidente resultó herida una mujer de 50 años, se presume que la causa fue por una fuga de gas.
La mañana de este 9 de mayo, ocurrió otra explosión en un apartamento en la Urbanización Casa Blanca en Ocumare del Tuy, estado Miranda, donde afortunadamente no se registraron víctimas fatales porque en el inmueble no había nadie. Extraoficialmente trascendió una posible fuga de gas como posible causa del siniestro, aunque las autoridades no han confirmado el dato y continúan las investigaciones.