La madrugada de este miércoles, 7 de julio, fue asesinado a tiros el presidente de Haití, Jovenel Moïse, en su residencia en Puerto Príncipe. El magnicidio ocurre en un momento de gran tensión por la situación política, económica y social que atraviesa Haití donde reinan la inflación, la violencia y la escasez de alimentos y combustible. Aquí 5 claves para entender lo que sucede en la nación más empobrecida del continente americano:
¿Qué pasa en Haití?
La oposición no reconocía la legitimidad de Moïse desde el 7 de febrero de 2021, fecha en la que consideran que terminó su mandato, debido a una interpretación de un artículo de la Constitución, que permitiría entender que su Gobierno comenzó en 2015, coincidiendo con la fecha de unas elecciones que acabaron siendo anuladas y no con su investidura, que tuvo lugar en 2017.
Los partidos opositores, en especial los de izquierdas, trataban a Moïse como un “dictador” por el polémico modo que ha gobernado por decreto desde la clausura del Parlamento, algo por lo que también ha sido criticado por la comunidad internacional.
Sin embargo, Moïse siempre ha asegurado que su intención era dejar el poder el 7 de febrero de 2022, al cumplirse cinco años de su investidura, y cederlo a quien fuera elegido en las votaciones.
La denuncia de un golpe de Estado
La crisis política se desencadenó en 2018 por denuncias de corrupción de Moïse, en torno a los fondos del programa de ayudas venezolano Petrocaribe, y se ha agravado en los últimos años por problemas económicos y un clima político cada vez más tenso.
Las protestas, en muchas ocasiones violentas, han paralizado las actividades en Puerto Príncipe durante varias semanas a lo largo de estos tres años de inestabilidad, y motivaron el aplazamiento de las elecciones legislativas de 2019.
La crisis se agravó el pasado 7 de febrero, día en el que Moïse denunció que la oposición, junto a un grupo de jueces de la Corte de Casación (suprema) y altos mandos de la Policía, tramaban un atentado para asesinarle en ese día.
Las autoridades hicieron varias detenciones, pero los implicados en el supuesto intento de golpe de Estado fueron puestos en libertad por orden judicial.
La crisis se agravó el pasado 7 de febrero, día en el que Moïse denunció que la oposición, junto a un grupo de jueces de la Corte de Casación (suprema) y altos mandos de la Policía, tramaban un atentado para asesinarle en ese día.
Las autoridades hicieron varias detenciones, pero los implicados en el supuesto intento de golpe de Estado fueron puestos en libertad por orden judicial.
Enemigos a montón
Según reseña la agencia EFE, Moïse había ganado enemigos entre las familias adineradas que controlan negocios claves en el país, como la energía, la telefonía o la banca, a los que ha responsabilizó de la corrupción sistémica y de la inestabilidad crónica que vive el país.
Recientemente, Moïse también se ganó enemigos entre las poderosas bandas armadas que controlan numerosas barriadas pobres de Puerto Príncipe.
La violencia de las bandas se recrudeció desde comienzos de junio, en especial por la acción de G9 an Fanmi e Alye, una federación de pandillas que hasta hace poco se consideraba en la órbita del Gobierno y que en las últimas semanas declaró la guerra a Moïse.
Los conflictos entre las bandas han causado decenas de muertos y heridos y al menos 17.000 desplazados desde el comienzo de junio por los enfrentamientos en barrios como Martissant y Delmas.
Una sucesión no del todo clara
En el caso de la muerte del presidente, la Constitución de 1987 deHaití establece que el Consejo de Ministros, encabezado por el primer ministro, ejerce el poder ejecutivo hasta la elección de un nuevo gobernante.
En el caso de que la muerte se produzca a partir del cuarto año de los cinco del mandato, la Asamblea Nacional se debe reunir para elegir a un presidente que cumpla el mandato del fallecido, pero desde enero de 2020 el Legislativo está clausurado debido al aplazamiento de las legislativas previstas para 2019.
La situación en la jefatura de Gobierno tampoco es del todo clara, puesto que en estos momentos hay dos primeros ministros nombrados.
Claude Joseph ejerce el cargo de forma interina desde el pasado abril, pero este lunes Moïse nombró para ese puesto a Ariel Henry, quien todavía no había asumido
De momento, la única comunicación oficial sobre los acontecimientos ha partido de Claude Joseph, quien ha asegurado que la Policía y las Fuerzas Armadas tienen el control de la situación.
Elecciones en dos meses
Haití había convocado elecciones presidenciales y legislativas para el próximo 26 de septiembre, comicios en los que Moïse no podía ser candidato.
En esa fecha también estaba prevista la celebración de un referéndum para aprobar una nueva Constitución, un proyecto impulsado por Moïse con miras a reforzar la figura del jefe de Estado, aunque aseguraba que él no se beneficiaría de la nueva carta magna.
La nueva Constitución contaba con fuertes resistencias por parte de la oposición y todo el proceso era visto con recelos por parte de la comunidad internacional, por falta de transparencia y por no ser lo suficientemente inclusivo.