China volvió a confinar a millones de personas por el avance de la variante delta del COVID-19

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Las autoridades enfrentan la mayor ola de infecciones en meses, con más de 20 ciudades afectadas por la contagiosa variante. Hubo casos en Wuhan, pero no está confirmado que sean de la mutación india

Infobae

Millones de personas permancen confinadas en sus casas en China este lunes en un intento de contener el mayor brote de coronavirus en meses, incluyendo siete casos positivos en Wuhan, donde la enfermedad surgió por primera vez a finales de 2019.

China informó el lunes de 55 nuevos casos de coronavirus de transmisión local. El brote de la variante delta, de rápida propagación, ya llegó a más de 20 ciudades y más de una docena de provincias, del total de al menos 27 ciudades de 18 provincias chinas donde hay nuevos casos

El foco en Wuhan se produjo después de la publicación diaria de datos oficiales pero fue confirmada por medios estatales, que dijeron que los contagios se habían rastreado hasta una estación de tren. “Los siete fueron identificados como trabajadores migrantes”, informó la agencia oficial de noticias Xinhua, citando a funcionarios de prevención y control del COVID-19.

En las grandes ciudades, incluida Beijing, se testeó a millones de residentes, se acordonaron residencias y se pusieron en cuarentena a contactos cercanos de personas contagiadas. Las autoridades de la capital se reunieron y acordaron “aumentar la vigilancia, tomar estrictas precauciones y defender [la ciudad] hasta la muerte, sin escatimar gastos”, indicó el gobierno de Beijing.

En la ciudad de Zhuzhou (centro), situada en la provincia de Hunan, más de 1,2 millones de personas fueron puestas en aislamiento estricto el lunes y durante tres días, mientras las autoridades llevan a cabo una campaña de test y vacunaciones, indicó un comunicado oficial. “La situación sigue siendo sombría y complicada”, dijo el gobierno de Zhuzhou.

China había logrado hasta ahora reducir los casos locales a prácticamente cero, lo que permitió reabrir la economía. Pero el último brote, vinculado a un foco en Nanjing donde nueve trabajadores de la limpieza de un aeropuerto internacional dieron positivo el 20 de julio, provocó más de 360 casos en las últimas dos semanas.

En Zhangjiajie, un destino turístico conocido por su parque forestal, surgió un brote el mes pasado entre los clientes de un teatro, que luego llevaron el virus a sus casas en todo el país. Zhangjiajie confinó el viernes a sus 1,5 millones de habitantes.

Las autoridades están buscando urgentemente a personas que hayan viajado recientemente desde Nanjing o Zhangjiajie, e instaron a los turistas a no visitar las zonas donde se detectaron casos. Mientras tanto, Beijing bloqueó la entrada de turistas durante la temporada alta de viajes de verano.

Tras el descubrimiento de algunos casos entre los habitantes que habían regresado de Zhangjiajie, la capital solo permitirá la entrada a los “viajeros esenciales” con test negativos.

Los responsables de la ciudad pidieron el domingo a los residentes que “no salgan de Beijing a menos que sea necesario”.

La semana pasada el distrito de Changping de la capital confinó a 41.000 personas en nueve comunidades de viviendas.

Este lunes también se registraron nuevos casos en el popular destino turístico de Hainan, así como en la provincia de Henan, devastada por las inundaciones, indicaron las autoridades sanitarias.

Expertos del Centro para el Control de Enfermedades de China indicaron el sábado que las medidas de prevención que toma el país son todavía “efectivas” para poner coto a los rebrotes.

Los expertos aseguran que la tasa de vacunación y la experiencia acumulada en materia de prevención impedirán un rebrote a larga escala por todo el país.