Calamidades para contar
Venezuela sin duda ha vivido los tiempos más devastadores de su historia desde que el militar Hugo Chávez atentó contra la democracia en 1992 con sus dos golpes de Estado. Además, irresponsablemente le dieron libertad y el pueblo, junto a algunos medios de comunicación, lo llevaron a la presidencia y desde ella originó toda suerte de adversidades y calamidades. Seis millones de venezolanos han huido del país buscando mejor destino en donde sea.
Todos y cada uno de nosotros tenemos nuestra propia calamidad que contar. Nadie se ha salvado, acaso los chavistas y sus enchufados, pero ni ellos porque son esclavos de su perfidia.
En esta ocasión deseo hablar de los empresarios.
Figuras primordiales
El estigma que pesa sobre la palabra “empresario” es tan estúpida como injusta. Sin empresarios, la historia de la humanidad no tendría vestido, automóvil, computadora, teléfono, luz, comida, medicina y un largo etcétera de avances civilizadores. Un empresario es, con su imaginación, visión y emprendimiento, una de las figuras primordiales de una sociedad libre. No hay ni habrá avances en ningún país sin el esfuerzo decidido y esmerado de su empresariado.
El socialismo, que pretende esclavizar naciones, detesta a los empresarios a quienes busca someter o aplastar según sea el nivel de revire de estos.
En Venezuela no fue distinto, los aplastaron.
La decencia que seremos
El socialismo chavista desde sus inicios la emprendió contra el empresario venezolano, quiero decir, contra el empresario decente. Y hago la distinción de “decencia” porque el chavismo –pirata como es– creó su sector empresarial de enchufados, tracaleros, corruptos y bandoleros que nunca emprendieron nada y que se dedicaron a robar. Escandalosas fortunas se levantaron con dinero mal habido entre chavistas. El asalto más grande de la historia de Venezuela.
Los empresarios decentes sufrieron mucho y salvo contadísimas excepciones se han tenido que ir del país.
Son parte de los seis millones que han huido.
La resistencia empresarial
A varios empresarios los persiguieron, confiscaron, asaltaron y encarcelaron. A muchos acusaron de conspiradores, de traidores a la patria, de serviles “peones del imperio”, hostigaron a sus familiares, los coaccionaron. En estos días pensaba en lo que han sufrido, pero sobre todo lo que han resistido los empresarios. Muchos de ellos se envalentonaron contra el chavismo y nunca se rindieron, lucharon y siguen luchando de manera digna (pese a vivir fuera).
Nadie celebra ni enaltece la labor de los empresarios venezolanos que han luchado contra la más cruel tiranía que ha vivido Las Américas desde su fundación.
Yo quiero hacerlo en este escrito.
Un empresario imaginando
Me mueve la convicción, debemos de reivindicar a la figura del empresario decente en la Venezuela aniquilada por el chavismo. Reivindicar la figura del empresario y estigmatizar la figura del enchufado. Venezuela está por reinventarse toda, después de la ruina vivida, necesitaremos a los mejores, más creativos y visionarios empresarios. Necesitaremos muchísima imaginación para reconstruir al país y para ello se necesitarán viejos empresarios, pero sobre todo nuevos.
Nadie habla bien del empresario por el prejuicio que ha impuesto el socialismo contra ellos. Yo, sin embargo, los celebro y aplaudo.
En este momento hay un empresario decente imaginando la Venezuela.
Ese empresario está en ti.