Voy a dejar constancia a mis lectores, colegas y pueblo unido que mi pluma y mi voz jamás descansarán en denunciar las humillaciones, burlas y afrentas que el madurismo realiza contra los venezolanos.
Y debo reiterarlo aunque eso evidentemente genere los riesgos con la concebida «ley del odio» (que me hizo preso político del madurismo en 2020 por casi 6 meses con torturas y «confiscación» de mis equipos electrónicos por parte de la Dgcim) y que el fiscal general de la República aplica con máxima eficiencia contra quienes denuncian las violaciones de derechos humanos que el régimen sostiene contra el pueblo, mientras se hace el desentendido – como si no fuera con él – cuando vemos y escuchamos la pronunciación de escorias lingüísticas como el candidato a la gobernación del estado Trujillo por el PSUV, el cual llama a sacar a «coñazos» a los «escuálidos» de las instituciones {1}.
Es decir, como si tales palabras del candidato madurista a dirigir una entidad federal fueran un poema de amor para Tarek William Saab – autodenominado poeta – al parecer nada hará contra ese individuo, y menos habrá una sanción del Consejo Nacional Electoral (CNE) porque se presume que ambos piensan de la misma manera que el seno neototalitarista del madurismo. O sea, ellos al hacerse cómplices de tales barbaridades es porque solo hay dos posibilidades: una, que están de acuerdo con lo dicho por tal individuo. Otra, que cumplen órdenes del jefe madurista para entrar en afasia ante la bazofia semántica del madurismo.
Así tenemos que el forzado reinicio de clases al cual ha llamado el madurismo es la máxima de la irresponsabilidad por una señora que acaba de ser designada «ministra» de educación, después que las propias bases de su partido la echaron del estado Monagas por ineficiente y negligente en los asuntos del quehacer de la gobernación en tal espacio geográfico, que por cierto, ella califica como un «país».
La señora Yelitze Santaella con todo el respeto no tiene las mínimas competencias docentes y menos de investigación para ejercer responsabilidades al frente del ministerio de educación. Es una persona que no tiene idea del trabajo pedagógico, y mucho menos de conocimiento epistemológico, filosófico, ontológico y pragmático que se necesita para desempeñar semejante responsabilidad.
¿Quién en plena sindéresis puede apoyar el retorno a clases con una infraestructura educativa destruida en escuelas, liceos y universidades? ¿Cómo se pretende generar normas de bioseguridad con plena activación de la variable Delta del covid-19 sobre tales instituciones en las cuales son constantes las fallas de los servicios públicos, fundamentalmente de agua y electricidad, mientras que el transporte público está reducido a su mínima capacidad por déficit de unidades y combustible?
Y es que al no haber respuesta a tales interrogantes, resulta obvio que la señora Yelitza (como se hace llamar en sustitución de su nombre Yelitze) Santaella pretende que los docentes seamos la primeras víctimas de una expansión del covid-19, por un llamado irresponsable de un reinicio de clases, además «asegurando» que el 84% de los educadores han sido vacunados, cuando sabe perfectamente que esas cifras no tienen ninguna sustentación científica ni auditable, y más cuando miles de docentes ni siquiera hemos recibido la primera dosis de cualquier vacuna.
En consecuencia, cuando la «ministra» dice semejante barbarie cuantitativa de docentes «vacunados», si efectivamente existieran unas autoridades independientes, ya estaria siendo objeto de interpelación, y se estaria designando una comisión de educadores en cada plantel y universidad para corroborar las auténticas cifras de vacunación en el sector magisterial, y también de estudiantes adolescentes y jóvenes.
Por ello, suponemos que Yelitze Santaella ve como un gran paso de su gestión que apenas comienza, no solo que se retomen las clases presenciales en tan paupérrimas condiciones, sino que los docentes para el reinicio de actividades laborales reciban un bono de Bs. 1.750.000, el equivalente a 0,43 centavos de dólar {2}, es decir, aproximadamente un día de salario sobre los escasos 10 dólares que promedian los ingresos mensuales de maestras y profesores por parte del MPPE.
En síntesis, es probable que el fiscal general de la República inicie procesos de «odio» y privación de libertad contra aquellos que mañana por cualquier razón, siendo educadores se nos ocurra retar a «coñazos» a cualquier autoridad madurista o parte de su conglomerado panegírico, por pagarnos bonos de menos de un dólar mensual, y en la misma medida a cualquier venezolano adscrito a la desgraciada administración pública. Y tengamos presente que la orgasmia jurídica llegará cuando la «ley del odio» también sea aplicada a algún educador por reclamar que desde el estado Trujillo un probable gobernador madurista ordene sacarlo a «coñazos» de una determinada institución educativa por ser un «profesor escuálido».
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{1} Gerardo Márquez, candidato PSUV a la gobernación de Trujillo señala que «escuálidos» deben ser sacados a «coñazos» de las instituciones ¿Qué pasaría si un opositor dice que los maduristas deberían ser sacados de esa forma? Pues, la «ley del odio» lo tuviera en sótanos de la Dgcim
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{2} #16Sep ???????????? #Venezuela
???? #BonoBurla
Grandioso bono a los trabajadores del Ministerio de Educación, por el inicio del año escolar. Gracias Yelitze Santaella.
✍️@Dsiempreinfor
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Por: Javier Antonio Vivas Santana
Fuente: Aporrea