El recién nombrado enviado de los talibanes ante Naciones Unidas pidió el miércoles un «rápido reconocimiento» a nivel internacional de los nuevos gobernantes de Afganistán, mientras que la Organización Mundial de la Salud alertó sobre un inminente desastre de salud en ese país.
Por Enrique Suarez / IMP
La crisis humanitaria es uno de los muchos desafíos que enfrentan los talibanes desde que tomaron el control de Afganistán el mes pasado, entre ellos las nuevas amenazas del grupo Estado Islámico, que recientemente intensificó sus ataques, teniendo como objetivo a miembros de su régimen en su bastión en el este del país.
En una medida de emergencia, el coordinador de ayuda de la ONU, Martin Griffiths, liberó el miércoles 45 millones de dólares en ayuda para Afganistán procedentes del fondo de emergencia del organismo mundial.
La OMS alertó que el sistema de salud de Afganistán está al borde del colapso y que se requieren medidas urgentes. Un equipo de la OMS encabezado por el director general de la agencia, Tedros Adhanom Ghebreyesus, visitó Kabul recientemente, y se reunió con líderes del régimen talibán, entre otras personas.
“El país enfrenta una inminente catástrofe humanitaria”, dijo la OMS, y añadió que miles de instalaciones de salud no cuentan con los fondos para adquirir suministros médicos y pagar los sueldos del personal de salud.
“Muchas de estas instalaciones han reducido sus operaciones o han cerrado, provocando que los proveedores de salud tomen decisiones difíciles sobre a quién salvar y a quién dejar morir”, señaló la OMS, que también destacó “la necesidad de que las mujeres mantengan el acceso a la educación, a la atención sanitaria y al personal de salud”.
Griffiths advirtió que “permitir que el sistema de salud de Afganistán se desmorone sería desastroso”. La gente de todo Afganistán «se vería privada del acceso a la atención primaria de salud, como las cesáreas de urgencia y la atención traumatológica”.
Anteriormente, los talibanes habían escrito a las Naciones Unidas para anunciar que Suhail Shaheen, un ex negociador de paz y portavoz de la oficina política del Talibán, es su nuevo representante ante el organismo. Pidieron que se permitiera que Shaheen se dirigiera a la Asamblea General de la ONU durante la sesión que se lleva a cabo esta semana en Nueva York.
“Cubrimos todos los requisitos necesarios para el reconocimiento de un gobierno. Así que esperamos que la ONU, como un organismo internacional neutral, reconozca al gobierno actual de Afganistán”, comentó el miércoles Shaheen a The Associated Press.
La delegación de Afganistán está programada como oradora final de la Asamblea General el lunes, y si para entonces aún no hay un reconocimiento internacional al gobierno del Talibán, entonces el orador sería el embajador afgano Ghulam Isaczai.
Actualmente, Isaczai está reconocido como embajador del país ante la ONU, pero los talibanes, alegan que ellos están al mando ahora y que tienen el derecho de designar a sus representantes.