¡LO PERDIERON TODO! Venezolanos desalojados en Chile no tienen carpas ni camas y piden dinero para poder irse de Iquique

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La manifestación contra la imigración ilegal que se registró este sábado en Iquique, resultó en un incendio que arrasó con las pertenencias de decenas de familias que permanecían en un campamento de migrantes en una de las avenidas principales: la mayoría son venezolanos y especialistas dijeron al medio local El Mostrador que mujeres embarazadas, niños y personas de todas las edades temen por su vida ya que perdieron todo y piden monedas para poder salir de la zona.

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Romina Ramos es experta en migraciones de la ciudad de Iquique donde ocurrieron los condenables hechos y explicó que ahora estas calles son «un lugar muy peligroso para los migrantes porque hay mucha violencia», y aseveró que organizaciones sociales se coordinaron para poder ir en asistencia inmediata, y priorizar el resguardo de algunas de ellas en distintos espacios.

Ramos destacó que lo que pasó ayer «responde a una violencia de Estado, debido a la restricción a las personas venezolanas para ingresar como turistas a Chile vía visas consulares y luego cambiar su estatus migratorio para poder quedarse acá en Chile. «Eso terminó de manera abrupta en el año 2018 y como una medida reparatoria el gobierno de Piñera implementó la visa de ‘Responsabilidad democrática’, con la idea de poder generar una especie de alianza entre el gobierno chileno y el paragobierno venezolano. Ese es un problema, ya que cuando impones visas consulares sin comunicar a la comunidad internacional que vas a implementar una medida restrictiva, lo único que provocas es que aumenten de manera muy significativa los ingresos irregulares, pero no detienen la migración”.

Por su parte, Natalia integrante de la colectiva feminista Las Kabras, condenó que mujeres embarazadas y niñas estén en situación de vulnerabilidad debido a estos hechos.

“Llegar a este país para ellas significa días caminando muchas veces sin comer. Para venirse de Bolivia hay que pasar por la frontera, vienen con niños en brazos, con gente en silla de ruedas, gente con muletas, gente de la tercera edad, con recién nacidos, embarazadas, que no comen, que no toman agua, que no se pueden sentar. Es algo impresionante”.

Tras el desalojo, Las Kabras les ayudan a conseguir cosas con las que puedan mantenerse, han iniciado una campaña de donaciones a través de su Instagram, las que posteriormente entregan a las personas migrantes que ahora están en playas y carreteras.

“Hay mucha gente en las calles acampando a la espera de poder irse de aquí ya sea porque le faltan los papeles, los pasajes o esperan a un familiar y se han asentado como han podido en distintos lugares de la ciudad y siendo ahora emblemático la toma del espacio de la plaza Brasil lugar donde llevan alrededor de un año y hace unos ocho meses la cantidad de carpas se multiplicó de 5 a 40 carpas y esto trajo muchos problemas sanitarios, principalmente porque no contaban con agua, con electricidad, baños. Al final, todo se degeneró al punto de que la gente se indignó y el enfoque que le están dando a su rabia o a su descontento está super mal dirigido porque su descontento es contra los migrantes, cuando debería ser contra las autoridades porque hay gente que está encargada de intervenir estos lugares y aparecieron recién hoy día”.

«Ahora estamos entregando comida en la calle y estamos con una chica que está con sus dos niños muy pequeños y no saben dónde dormir, no tienen carpa, no tienen cama y están en el semáforo haciéndose monedas para poder comprarse un pasaje e irse».

El relator especial sobre los DDHH de los migrantes de la ONU, Felipe González, calificó este sábado como de “inadmisible humillación” estos hechos. “Inadmisible humillación contra migrantes especialmente vulnerables, afectándolos en lo más personal”, escribió González en Twitter. “El discurso xenófobo, asimilando migración a delincuencia, que por desgracia se ha ido volviendo cada vez más frecuente en Chile, alimenta esta clase de barbarismo”.

Según datos de la organización Servicio Jesuita a Migrantes (SJM), que recogió cifras del Instituto Nacional de Estadísticas (INE) y del Departamento de Extranjería y Migración de Chile, la población migrante en ese país aumentó de 305 mil en 2010 (1,8% de la población) chilena- a casi 1 millón 500 mil personas (7,5% de la población). Los venezolanos son el grupo más grande en Chile (30,5%). La cantidad de migrantes pasó de 8 mil en 2012 a 500 mil en 2020.