No vale ahora hacerse los sorprendidos. Lo que realmente asombra es que los rectores oficialistas del Consejo Nacional Electoral se hayan tomado el trabajo de usar el cerebro y las matemáticas para darle una estocada al referéndum revocatorio antes de que realmente naciera. Claro que es una tragedia, porque con la decisión que tomaron prácticamente eliminan un derecho constitucional y encima quieren pasar por demócratas.
Pero de que se veía venir, se veía, y los que no lo hicieron, son ciegos. El rector Roberto Picón se aventuró a hablar claro a los venezolanos inmediatamente después del anuncio “oficial” de que la recolección de firmas será el miércoles 26 de enero de 6:00 am a 6:00 pm en 1.200 centros electorales con validación de máquinas de votación. “No será viable validar las voluntades”, que ahora no les dicen firmas, tan acostumbrados como los tienen los chavistas a los eufemismos.
De acuerdo con lo establecido en la normativa legal, se necesita la rúbrica de 20% de los electores, es decir, 4.185.997,4 de un registro electoral que no ha sido actualizado desde el año pasado, por lo que ya allí quedarían por fuera muchos venezolanos. Además, pretenden validar a los firmantes con las captahuellas, y el propio Picón dice que para poder alcanzar la meta, las máquinas tendrían que procesar 5 electores por minuto sin margen de error. Esto se sabe que es imposible.
Está de más decir que la locura de escoger a su antojo 1.200 centros y habilitarlos para este proceso con apenas 3 días de anticipación hará imposible difundir la información a los venezolanos. Tampoco hay tiempo para hacer auditorías ni escoger testigos y mucho menos repartirlos. Los rectores oficialistas tomaron esta decisión y se lavaron las manos. Pero se les ven las costuras. Otra cosa es que, insistimos, era lógico que con algo iban a salir.
Supongamos que ocurre el milagro y los electores van a firmar en grandes cantidades arriesgándose al ómicron y superando todos los obstáculos, ¿los convocantes son conscientes de que para el día de la votación tienen que movilizar a 25% del electorado? Suena fácil, pero son más de 5 millones de personas, y si no se alcanzan, el referéndum no sería válido. Vayan sacando cuentas para que no los madruguen otra vez.
Pero, otro detalle que deben explicarle a la gente, ese 25% de votantes es menos de lo que sacó Nicolás Maduro en 2018. Si no se supera la votación de 6.248.864 que obtuvo tampoco quedará revocado, y eso hay que tenerlo presente y muy claro desde el inicio. Todos estos números y muchos otros hay que decirlos si van a seguir adelante con esta arriesgada idea del revocatorio, porque ya ven que no cuentan con el CNE y lo que arriesgan es seguir desilusionando a la gente. Y los venezolanos ya tienen suficiente de esta historia.