Enormes filas de coches quedaron atascados en una protesta de transportistas de pasajeros en Caracas en reclamo a la eliminación del subsidio a la gasolina. Es una escena poco frecuente en la capital venezolana, mejor abastecida tras la crisis de 2020 cuando Nicolás Maduro debió racionar el suministro y recurrir al auxilio de sus socios iraníes para paliar la grave escasez. Pero, esta vez, el motivo de reclamo de estos días es general y comienza a expandirse.
Por: El País
Al menos un centenar de gasolineras en todo el país pasaron, sin mayores avisos oficiales, a despachar combustible a lo que el Gobierno de Maduro ha llamado “precio internacional” o “gasolina dolarizada”, que en realidad es una tarifa fija de 50 centavos de dólar por litro, una verdadera ganga frente al salto de los últimos días que viven algunos países a raíz de la crisis energética por la invasión rusa a Ucrania, pero que en un país con 96% de pobreza todavía resulta muy costoso para la mayoría.
Un grupo de motorizados y transportistas protestaba este miércoles en San Mateo, un pequeño pueblo del centro del país. La única estación de servicio que hay en ese municipio dejó de vender al precio subsidiado en bolívares y las de los poblados vecinos también. Lentamente, el Gobierno ha ido recortando el subsidio histórico a los combustibles que ha privado en Venezuela. Hasta hace unos años se llenaba el tanque y se pagaba con alguna galleta u otra especie al despachador, pues el precio quedó congelado durante años y fue rebasado por la inflación. Era la gasolina más barata del mundo.
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