Odiar al Gobierno madurista es un sentimiento legítimo
El madurismo engendró una ley contra el odio que le sirve como instrumento represivo. El odio es, como todo sentimiento, difícil de definir, tiene grados y tiene sentidos variables. Según el diccionario de la RAE, en una de sus acepciones, se trata de: «Antipatía y aversión hacia algo o hacia alguien cuyo mal se desea. No se especifica el límite de ese mal deseado, puede ser que pierda un juego de fútbol o unas elecciones, o puede llegar a mayores males. Más difícil aún es el límite que hace del odio un delito, o de su incitación una infracción. De esta manera, como en efecto, la tal ley se estira de acuerdo a las apetencias del gobierno; es, en realidad, un instrumento de represión política aplicado a la voluntad del madurismo.
Según la definición del diccionario RAE, Bolívar odió al ejército español, y se le aplicaría esa ley. A los que se enfrentaron a la cuarta república, como Fabricio, Argimiro, Douglas, Américo, también se le aplicaría la ley contra el odio. A Chávez y a los militares del 4f, sin dudas, se le aplicaría. Es una ley absurda que deja clara su intención de excusa para lavarle la cara a la represión.
Si queremos ser justos y precisos, esa ley se le puede aplicar a los programas de opinión del madurismo en la televisión, que incitan, acusan, desprestigian, condenan a mansalva a los adversarios del gobierno. Se les podía aplicar con más razón a los que toman partido en la guerra de Ucrania, al mismo gobierno. Se le podía aplicar esa ley a los que incitan al odio y denigran de los Ministros de Chávez y les niegan el derecho a la defensa, censuran su aparición en la televisión, como es el caso del Ministro Ramírez, el chavista más perseguido por el madurismo.
La aplicación de esa ley llega al sarcasmo, al chiste, recientemente se le aplica a una señora que, a partir de unas arepas, hizo un chiste contra la cúpula madurista en tik tok, y la fiscalía tuvo una rapidez asombrosa para seguir la línea pautada por los programas de televisión que la condenaron; esa rapidez enmascara la inutilidad para aplicar esa ley a guaidó.
Quién no odie a alguien a algo, no ama a nadie, a nada; el que esté libre de odio que tire la primera piedra. El odio es un sentimiento necesario, nos define tanto como el amor. Somos según lo que odiamos y según lo que amamos.
Y podríamos decir que un alto porcentaje de la población odia al madurismo, serían objeto de la aplicación de esa ley. Es legítimo odiar al madurismo, tanto como el madurismo odia a la sociedad, odia a los presos políticos sin juicio, a los obreros sin prestaciones sociales, a los estudiantes sin Universidades, a los Universidades sin presupuesto, a los maestros con salarios de hambre, a las enfermeras, a los viejos con pensiones paupérrimas, odia a los líderes chavistas auténticos, a los socialistas. Y en contraste, es evidente, el madurismo ama a los gringos, con ellos se reúne, les lanza puentes, ama a la oposición de guaidó con ellos van a México; ama hasta el arrebato a los rusos, ama a los empresarios, les entrega lo que Chávez socializó, odia a los obreros al amar a quienes los explotan, odia a Venezuela al entregar sus riquezas a los imperios que ama.
Por: Toby Valderrama Antonio Aponte
Fuente: Aporrea