El regreso al diálogo parece ser una estación obligada para la lucha opositora, especialmente, por la presión de los aliados internacionales del gobierno interino. Miguel Ángel Martínez Meucci, doctor en Conflicto Político y Procesos de Pacificación, enfatiza que al chavismo le interesa más un acuerdo directo con los EEUU en el que las consideraciones sobre la democracia en Venezuela no sean lo prioritario. Por su parte, el sociólogo Francisco Coello señala que, en paralelo a los esfuerzos por el diálogo, la oposición debe seguir trabajando y hacer foco sobre las elecciones primarias
Sofía Nederr| TalCual
El regreso al diálogo parece ser una estación obligada para la lucha opositora, especialmente, por la presión de los aliados internacionales del gobierno interino que encabeza Juan Guaidó, presidente de la Asamblea Nacional (AN) de 2015. Sin embargo, el camino luce empedrado y no exento de riegos.
Aunque hasta ahora no hay convocatoria para el retorno al diálogo, la Plataforma Unitaria ha enfatizado, en las últimas semanas, que está lista para retomar el mecanismo en México que fue congelado por el gobierno de Nicolás Maduro, en octubre de 2021, luego de la extradición del empresario Alex Saab.
«Ha habido declaraciones recientes que parecen apuntar hacia una pronta reactivación del proceso de México, pero todo ello depende de la voluntad de las partes de retomar dicho mecanismo», señala Miguel Ángel Martínez Meucci, doctor en Conflicto Político y Procesos de Pacificación.
El investigador enfatiza que la posible reanudación de la mesa de negociación representa para el chavismo un espacio en el que podría continuar buscando el levantamiento de las sanciones extranjeras. En ese sentido, acota, para las fuerzas distintas al oficialistas «constituye un espacio de interlocución en el que la facilitación foránea ayuda a generar un mínimo de formalidad y visibilidad internacional en los diálogos».
El asesor de la Casa Blanca para Latinoamérica, Juan González, quien formó parte de la delegación que se reunió en marzo con Maduro en Miraflores, aseguró, el miércoles 20 de abril, que cualquier decisión que tome el gobierno de Joe Biden sobre el alivio de las sanciones sobre Venezuela se basará en los resultados que se obtengan en la mesa de negociación en México.
El jefe de la delegación de la Plataforma Unitaria en México Gerardo Blyde dijo, el jueves 12 de mayo ante el Parlamento Europeo, que aunque no puede adelantar detalles, espera que el diálogo sea reactivado «en fechas próximas si todo sale como está previsto».
El dirigente opositor puntualizó que la negociación es una herramienta y no un fin, al tiempo que lamentó la suspensión unilateral del proceso por parte de la delegación opositora.
Un día antes, el miércoles 11 de mayo, el primer vicepresidente del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), Diosdado Cabello, envió en su programa de VTV un mensaje a Blyde: «La iniciativa del diálogo es del gobierno del presidente Nicolás Maduro no es de ustedes y aclaramos por enésima vez: Venezuela se sienta, el gobierno bolivariano y revolucionario se sienta en cualquier mesa de diálogo, pero nosotros no vamos a capitular».
Cabello también acusó a EEUU de «patear» la mesa de diálogo. El pasado mes de abril, el canciller de Maduro, Félix Plasencia, exhortó a Washington a propiciar la ruta del diálogo.
«Yo le invito, me sumo a la invitación que hace el presidente Nicolás Maduro, como su subalterno, para invitar también a mi autoridad homóloga, a mi colega canciller, jefe de Departamento de Estado de Estados Unidos, a que construyamos una ruta de diálogo y entendimiento respetuoso entre Estados soberanos», sostuvo.
Incentivos para el diálogo
El investigador Miguel Ángel Martínez Meucci expresa que si se observa la evolución de las cosas desde la instalación de la mesa de negociación de México, en agosto del 2021, puede verificarse que el chavismo tiene cada vez menos incentivos para alcanzar un acuerdo negociado en los términos que implica originalmente el mecanismo, es decir, llegando a algún tipo de acuerdo con la oposición.
«Al chavismo le interesa más un acuerdo directo con los EEUU. en el que las consideraciones sobre la democracia en Venezuela no sean lo prioritario, y la reciente aproximación por parte de la Casa Blanca, con la visita de enviados a Caracas en el contexto de la guerra en Ucrania, parece reforzar esa posibilidad», destaca Martínez Meucci.
De allí que el doctor en Conflicto Político y Procesos de Pacificación puntualiza que el retorno al diálogo dependerá, en gran medida, de cuánto estén dispuestos los norteamericanos a seguir respaldando la posición negociadora de la oposición.
En este sentido, Martínez Meucci subraya que, en primer lugar, la oposición debería resolver sus diatribas internas «si desea alcanzar algún resultado satisfactorio en México».
Por su parte, el sociólogo político Francisco Coello expresa que los próximos pasos en torno al diálogo son impredecibles.
«Hay que dejar claro que la oposición tiene que acercarse a estos procesos, no puede negarse. No pierde nada, quizás sea una pérdida de tiempo, pero tiene unos interlocutores internacionales como Estados Unidos y la Unión Europea que le está diciendo que se siente en la mesa de negociación», argumenta Coello.
Añade que debe apostarse por el diálogo y que no quede espacio para el argumento de que el proceso no se dio por culpa de la oposición.
Coello enfatiza que, en paralelo a los esfuerzos por el diálogo, la oposición debe seguir trabajando y hacer foco sobre las elecciones primarias para la escogencia del abanderado opositor en las presidenciales de 2024, además de organizarse a nivel nacional, articularse políticamente con la sociedad civil y protestar.
Tras la reunión de una delegación del presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, con Maduro, en Miraflores, el gobernante habló de una nueva fase de diálogo. Días después, el presidente de la AN oficialista y jefe de la delegación de Maduro en México, Jorge Rodríguez, vinculó a Juan Guaidó con el narcotráfico.
«No nos vamos a reunir con Guaidó, no vamos a avalar que se imponga un expediente de narcopolítica en Venezuela. Vamos a un diálogo inclusivo con todos los sectores, pero no con narcotraficantes», destacó Rodríguez.
Los señalamientos de Jorge Rodríguez y del gobierno de Maduro, según Francisco Coello, parten del principio leninista de acusar al adversario de lo que se hace.
«Un régimen que ha sido acusado de narcotráfico hace estos señalamientos sobre la oposición porque es un juego perverso. Por un lado, dicen que sí, que participarán en el diálogo, pero eso no implica que, al día siguiente, no acusen a las personas con las que, teóricamente, se va a reunir. Y, al mismo tiempo, va jugando con los tiempos, a ver si la gente se desgasta o que se moleste o levante de la mesa. También pasa por el incumplimiento de eventuales acuerdos», asevera Coello, profesor de la Universidad Católica Andrés Bello.
Delegación en México
Después de las elecciones regionales de noviembre de 2021, el exgobernador Henri Falcón solicitó a las delegaciones del gobierno y de la oposición ampliar la representación de los adversarios de Maduro en la mesa de diálogo en atención a los resultados comiciales.
Tras las reuniones sostenidas la primera semana de mayo entre la Plataforma Unitaria y otros sectores, se conoció que el Foro Cívico de Venezuela abogó por aumentar la representación opositora en México en aras de concretar mayor pluralidad.
Dentro de las solicitudes del Foro, a la delegación opositora en la negociación, destacan la necesidad de que haya un proceso de participación pública de la sociedad venezolana para la edificación de una agenda social y de derechos.
«Para mí no hay duda de que el chavismo es el principal interesado en que se desarrolle esa ampliación. A mayor número de actores involucrados, menor capacidad de coordinación entre los mismos y más difícil llegar a acuerdos en la mesa de negociaciones. En el fondo, el esquema de diálogo que interesa a Maduro y compañía es el de una interlocución directa, por parte del Estado, con cada uno de los demás actores sociales y políticos por separado, sean éstos internos o foráneo», acota el politólogo Miguel Ángel Martínez Meucci.
Agrega que la aspiración del chavismo es que se pase, definitivamente, la página del gobierno interino y mover las cosas hacia ese esquema de diálogos en el que el Estado venezolano se erige como interlocutor único con cada uno de los demás actores políticos y sociales del país.
«De igual modo pretende y alienta la irrupción de ‘nuevas oposiciones’, mucho más dóciles que las anteriores. En la práctica, se observa que hacia allí está apuntando el curso de los acontecimientos», subrayó el doctor en Conflicto Político y Procesos de Pacificación.
En su encuentro con la Plataforma Unitaria, el 5 de mayo, el Foro Cívico destacó la necesidad de construir un espacio de reglas negociadas para la acción humanitaria en el territorio nacional «que permita fortalecer las capacidades y la acción de las organizaciones del campo humanitario y de los derechos humanos, así como construir acuerdos políticos que permitan gestionar efectivamente los recursos de la nación y la cooperación para la atención de la emergencia social».
A juicio del sociólogo Francisco Coello, las consultas de la Plataforma Unitaria con sectores de la sociedad civil representan una medida saludable, sobre todo tras lo que llama un proceso de «enfriamiento intencional» por parte del gobierno de Maduro.
Cree que Gerardo Blyde adelanta las tareas que la sensatez política exige. Añade que la representación opositora ante el diálogo busca legitimarse y ser reonocida como interlocutora en lo que sería la nueva fase de la negociación.
Los opositores también se ha reunido con Transparencia Venezuela y el Frente Amplio Venezuela Libre.
El rector de la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB), padre Francisco José Virtuoso, quien forma parte del secretariado del Frente Amplio Venezuela Libre, expresó, en el acto al que asistió Gerardo Blyde, que el país no está solamente ante un diálogo. «Estamos frente a dos actores que se encuentran para hablar una problemática», expresó.
Virtuoso, en referencia a las afirmaciones del jefe de la delegación del gobierno en la negociación, Jorge Rodríguez, aseveró que el proceso de diálogo «no es cambiable».
«Esto es un proceso de negociación institucionalizado, con una visión en conjunto institucionalizado y acordado. Esto no es formateado, No es cambiable», enfatizó.