Delegados de Maduro y de la Plataforma Unitaria liderada por Juan Guaidó se encuentran es Oslo desde este martes, ambos grupos participan en el Foro de Oslo, pero para el director del Centro de Estudios Políticos de la UCAB, Benigno Alarcón, esto tiene otro significado más allá del debate sobre temas de interés: es una excusa para conocer en qué nivel está la negociación porque todavía no se retoma el diálogo de México, pausado desde octubre 2021.
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En entrevista concedida a VPI, Alarcón dijo «particularmente creo que esto es una excusa para tratar de reunir a las partes nuevamente, después de varios meses de la suspensión de la negociación del diálogo en México. El gobierno -Maduro- ha usado el tema de la extradición de Álex Saab a EEUU, para no regresar a la mesa, pero esta es la excusa y no la razón».
Destacó que en México, se negociaban condiciones políticas a cambio del levantamiento de sanciones que se impusieron al chavismo hace un tiempo, pero la realidad es que Maduro «sabe que dar condiciones para elecciones implica un riesgo enorme de perder el poder, y prefiere mantener el poder a costa de las sanciones y es lo que los mantiene alejado de la mesa».
Sobre el rol de Noruega que ha sido mediador de la negociación entre ambos grupos, Alarcón comentó que el país buscó la forma de convocar a las partes «sin comprometerlas».
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«Prefieren salvar la cara frente a un proceso que no ha dado avances, y reunirse en un foro como este que permite reunirse sin comprometerse en que haya avances concretos, pero si se podría evaluar la posibilidad de llegar a algunos acuerdos. En las reuniones que habrán fuera del foro, se podría percibir si tiene sentido continuar con la mediación en este momento. Implicará ver si se puede retomar con la misma agenda planteada en 2021, o si se tendrán que incorporar otros factores».
Sin embargo, Alarcón manifestó no sentirse optimista sobre la reanudación del diálogo porque «ambas partes saben lo que pueden conseguir en la mesa y estando fuera de ella, y existe un status quo favorable al gobierno, por lo que es difícil que el gobierno sienta que en la mesa consiga algo mejor que lo que tiene hoy».
«El gobierno quiere mantenerse en el diálogo, pero no para negociar lo que le interesa a la oposición, sino para tener una ventana de oportunidad para que levanten las sanciones, mientras que la oposición busca avanzar en una agenda política que implica condiciones electorales, levantamiento de inhabilitaciones, el retorno de las tarjetas de los partidos que fueron intervenidos por el TSJ, etc. La agenda del gobierno no necesariamente coincide y la oposición está dispuesta a dar el aval a la moderación de sanciones, pero solo si obtiene lo que necesita. Ahí se tranca».