El fiscal designado por la ya extinta asamblea constituyente, Tarek William Saab, anunció este miércoles 6 de julio que el profesor Carlos Lanz, desparecido desde el año 2020, fue secuestrado por supuestos sicaros; posteriormente desaparecido para luego ser asesinado por arma de fuego, presuntamente por órdenes de su esposa, Mayi Cumare.
Destacó que por el caso hay 13 personas arrestadas por sus supuestos vínculos con la muerte del profesor Lanz.
Asevero que, aunque es la tercera rueda de prensa sobre el caso, no quiere decir que por un lapso de dos años no se estuviera trabajando. Más bien, indicó que habían seis fiscales que eran dirigidos por el mismo Saab y apoyo de los órganos de justicia laborando en las investigaciones.
Indicó que el giro de las investigaciones dieron un giro a partir del 28 de abril, cuando se reunieron con el ministro de Interior y Justicia, Remigio Ceballos, para dar una visión distinta al caso del profesor, resaltando que el caso de su desaparición y muerte se resolvió en los últimos cinco días previo a la rueda de prensa.
A partir de esa fecha, las autoridades empezaron a notar ciertos patrones que no habían visto como por ejemplo que Zaida Suárez, esposa de Tito Viloria, dejó de ir a una finca de manera asidua poco tiempo después de la desaparición de Lanz y la mudanza de una señora de limpieza que, tras vivir 20 años en la casa, se mudó a Mene Grande, Zulia.
En el recuento hecho por Saab, basándose en los testimonios de Darwin Zambrano y Glen Castellanos (supuesto criminal y principal delator de la conspiración), supuestos amantes de Cumare; Tito Viloria, presunto amigo del profesor Lanz y la doméstica Maryory Acevedo, describe cómo fue el crimen cometido.
De acuerdo al relato hecho por Tarek William Saab, Carlos Lanz sale de su casa el 8 de agosto de 2020 en su casa de Maracay, estado Aragua, debido a una supuesta reunión que Viloria había organizado con militantes para planificar una defensa en pro del Ejecutivo en Mariara.
Lanz y Viloria salen en un vehículo rumbo a la zona prevista pero estaban seguidos por una camioneta con dos presuntos sicaros, y otro carro con Glen Castellanos manejando. Según testimonios, este sujeto habría recibido un monto de 8.000 dólares en efectivo -en billetes de 50 y 100 dólares- supuestamente de la mano de Cumare para ejecutar el crimen.
Castellanos dijo que de ese monto, 5.000 eran dirigidos al grupo que ejecutaría el asesinato y 3.000 quedarían para él. Cerca del sector de Yagua, la camioneta con los sicarios bloquean la camioneta y sacan a Carlos Lanz del vehículo, todo esto siendo observado por Viloria y Castellanos. Lo amordazam y amarran sus manos, lo meten en la camioneta y ponen rumbo a una finca llamda «La Fortaleza» en el estado Cojedes.
En la finca, el capataz Ely Becerra -de quien Saab dijo que estaba adicto a sustancias psicotrópicas- esperaba al grupo y había ya cavado previamente una fosa cerca de un potrero que colinda con otra hacienda. Llegan con Lanz al lugar y, según el testimonio de Castellanos, fue sentado en un bloque amordazado y maniatado. Poco tiempo después, los sicarios le habrían dicho que lo iban a matar y que se arrodillara. El profesor, al parecer, dijo que no, y le descargaron dos disparos en la sien derecha.
El cuerpo de Carlos Lanz fue dejado primero en esa fosa mencionada con anterioridad, donde los perros y peritos encontraron en días pasados restos de sangre, masa encefálica y un trozo de tela de cuadros blancos y azules, que al parecer es parte de la camisa que cargaba el día de su muerte.
Posteriormente fue sacado el cuerpo de esa fosa y colocado en una especie de mantel plástico para desvestirlo y, con machetes y cuchillo en mano, los sicaros y el capataz de la hacienda procedieron a desmembrar el cuerpo del profesor Lanz para darle los pedazos de carne a nueve cochinos que allí estaba y que, en el lapso de dos años, fueron beneficiados para que no quedaran pruebas, tal y como al parecer Cumare exigió respecto a que el cadáver no apareciera.
Tarek William Saab refiere que varios testigos, en especial Castellanos, expresaban que habían problemas en el matrimonio y que Lanz estaba al tanto de supuestos actos de corrupción que Mayi Cumare estaba haciendo en su puesto de directora regional del Inces Aragua, donde estaría cobrando comisiones a proveedores amigos que recibía para así tener más dinero.
Cumare tenía más de un amante, según expresó en su rueda de prensa de casi dos horas de duración, de nombre Darwin Zambrano, así como también dueña de propiedades como apartamentos en Aragua, carros, camionetas, y otros bienes con Viloria como testaferro.