Plan Internacional: crisis migratoria de Venezuela va a empeorar en los próximos meses

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El director global humanitario de la organización no gubernamental Plan Internacional, Unni Krishnan, hace un llamado a la comunidad internacional para incrementar los recursos para atender la emergencia humanitaria de la crisis migratoria de Venezuela, pues afirmó que apenas ha financiado 20% de la respuesta a esta crisis, menos que en otros episodios similares en otras partes del mundo. Mientras, un reporte de The New York Times informa que la Corte de Inmigración de Estados Unidos (EOIR) está colapsada con más de un millón de nuevos solicitantes de asilo

TalCual

La crisis migratoria de Venezuela, que ha llevado a casi siete millones de venezolanos a abandonar su país, va a empeorar en los próximos meses y años, augura el director global humanitario de la organización no gubernamental Plan Internacional, Unni Krishnan, que reclama más atención y recursos de la comunidad internacional ante esta emergencia.

Después de visitar la frontera entre Ecuador y Perú, y comprobar que el flujo de migrantes ha vuelto a ser constante tras la interrupción vivida por la pandemia, Krishnan consideró que la esfera internacional no es conocedora de la magnitud de esta crisis humanitaria.

«No creo que el resto del mundo sepa realmente lo desafiante de la situación para las agencias de ayuda y para gobiernos como el de Perú y el de Ecuador, cuyos recursos son limitados», comentó Krishnan, quien pudo presenciar en la frontera cómo los migrantes llegan deshidratados tras recorrer miles de kilómetros, a pie en varias ocasiones.

«Es importante que el mundo reconozca lo crítico de esta situación y que va a empeorar», añadió el líder humanitario de Plan Internacional, una organización enfocada en la infancia que brinda asistencia a los migrantes y refugiados venezolanos en Colombia, Ecuador y Perú.

Recursos insuficientes
En ese sentido, Krishnan hizo un llamado a la comunidad internacional para incrementar los recursos para atender la crisis migratoria venezolana, pues afirmó que apenas ha financiado 20% de la respuesta a esta crisis, menos que en otros episodios similares en otras partes del mundo.

«Esto no es para menospreciar la importancia del cuidado a los niños que están en una situación mucho más complicada dentro de Ucrania o en sus países vecinos. Ellos necesitan ese apoyo ahora sin lugar a dudas, pero es también importante que el mundo reconozca que ese apoyo es necesario en cualquier parte del mundo, independientemente del país o en la latitud en la que estén», aseveró Krishnan.

«Es verdad que en conflictos activos como Ucrania y Sudán de Sur habrá algunas diferencia en las necesidades, pero cuando te fijas en las necesidades más básicas, como nutrición, educación, y asistencia psicológica, no encuentras tantas diferencias entre refugiados de diferentes partes del mundo», agregó.

Lección para el mundo
Así, Krishnan apeló a valores universales como la compasión y la colaboración para dar asistencia a la masiva salida de venezolanos a otros países, y puso a Colombia, Perú y Ecuador como ejemplo de solidaridad al acoger entre los tres a 4,3 millones de migrantes y refugiados procedentes de Venezuela.

Esto es más de la mitad de los casi siete millones que han salido del país, según los últimos datos de la Plataforma Regional de Coordinación Interagencial para Refugiados y Migrantes de Venezuela (R4V).

«Han abierto sus fronteras y corazones para recibirlos, cuando en muchos otros sitios en el mundo son extremadamente restrictivos y no están dispuestos a acoger ni siquiera a niños y niñas», indicó Krishnan.

«Es bueno reconocer su apertura, especialmente en comparación con países occidentales que sistemáticamente bloquean la llegada de niños refugiados», reiteró al considerar que «es una importante lección para el mundo», «muy valiosa para preparar a otros países» ante situaciones similares.

Importancia de las «necesidades invisibles»
El activista incidió especialmente en las «necesidades invisibles» de los menores de edad que se encuentran dentro de este movimiento migratorio, especialmente en el aspecto emocional y de salud mental, que muchas veces es dejado de lado u olvidado.

Para Krishnan, estos aspectos son tan importantes como otros más tangibles, tales como complementos nutricionales, albergue, educación y servicios de protección infantil.

«Los niños pequeños que han sido separados de sus familias y amigos o que han perdido a sus padres son más propensos a consecuencias emocionales. Hay niños que probablemente reciben menos atención o ayuda, y que no pueden ser escolarizados», detalló Krishnan.

«Es importante entender los daños psicológicos de una crisis. Por eso priorizamos siempre las necesidades invisibles. Tener un techo, agua o ropa son visibles, pero las necesidades emocionales no son siempre visibles», insistió.

Gran impacto, pocos fondos
Esto obliga a ser creativos para poder ganarse la confianza de los menores migrantes y darles asistencia emocional y psicológica, pero lamentó que, a veces, los fondos solo lleguen por un tiempo limitado, y «cuando logras ganarte la confianza de los niños para que expresen sus sentimientos, el proyecto se acaba».

Por eso Krishnan enfatizó el gran impacto que pueden tener iniciativas con pequeños recursos, como una unidad móvil de su organización que trabaja en brindar servicios de asistencia a niños y niñas migrantes, que son el resultado de la crisis migratoria de Venezuela entre la frontera de Ecuador y Perú.

«Lo más importante es la gran necesidad de ayuda para rellenar ese espacio, de modo que los gobiernos, las comunidades y las organizaciones humanitarias puedan incrementar esa asistencia humanitaria», finalizó.

Corte de inmigración de EEUU colapsada
Desde que asumió la presidencia, Joe Biden ha emitido memorandos y órdenes ejecutivas para desarmar la política migratoria de «tolerancia cero» del gobierno anterior de Trump y preservar la vigencia del debido proceso migratorio. Pero el cambio, en vez de mejorar el sistema, lo dejó cada vez con menos capacidad de respuesta.

Pero veinte meses después el panorama en la Corte de Inmigración (EOIR) es inquietante: el gobierno ha admitido más de 1 millón de nuevos solicitantes de asilo, señala un reporte del diario The New York Times.

A mediados de julio de este año, el TRAC dijo que investigadores habían registrado 1.821.440 casos a fines de junio de 2022. Con esa cantidad de casos, en promedio los tribunales se demoran 3.09 años en resolver un expediente, espera que para muchos extranjeros que vienen en busca del sueño americano se convierte en un infierno. Pero para otros las demoras son toda una bendición.

Indica que en los primeros 20 meses de gobierno más de un millón de inmigrantes indocumentados, «a los que se les ha permitido ingresar al país temporalmente después de cruzar la frontera, forman parte de una cascada récord de migración irregular en todo el mundo».

Pero advierte que, a diferencia de los cientos de miles que han ingresado al país sin ser detectados durante el mandato de Biden, muchos del millón esperan asilo, una posibilidad remota, y tendrán que esperar un promedio de siete años antes de que se tome una decisión sobre su caso porque del obstruido sistema de inmigración de la nación.

Sin embargo, el texto de The New York Times no explica ni aporta datos sobre el ingreso indocumentado exitoso, cifra que permitiría conocer en detalle la gravedad de la crisis fronteriza en los últimos años o la efectividad de la política de seguridad fronteriza del gobierno en la frontera con México.

Muchos venezolanos han llegado a Estados Unidos de forma irregular con la idea del «sueño americano» y desde abril de este año, cientos de migrantes que han llegado a EEUU a causa de la crisis migratoria han sido enviados a Washington DC y a Nueva York, pero sin tener muy claro cuál será su destino; pues la regularización de estos migrantes venezolanos es un proceso que les puede llevar varios meses o incluso años, mientras tanto deben mantener un monitoreo vía telefónica con las autoridades migratorias.

El mes de julio ha sido el de mayor flujo en lo que va de 2022 por l selva del Darién, con un total de 22.582 migrantes; de los cuales 16.864 (74,6%) eran venezolanos.