A pesar de que la responsabilidad de mantener las escuelas y liceos públicos en óptimas condiciones y garantizar todos los servicios es una responsabilidad del Estado y no de padres y representantes; ellos sacan de su bolsillo para solventar algunos de los problemas que se presentan y que sus hijos puedan continuar con la educación.
María B. Jordán | LA PRENSA DE LARA
En asamblea de padres y representantes aceptan o no las propuestas para poder dar colaboraciones, hay otros que por sus propias iniciativas dan aportes. En el caso de la Escuela Especial Barquisimeto, al oeste de la ciudad, ellos han implementado la autogestión para que sus hijos continúen con las clases. Por grupos han cortado el monte, compraron una bomba de agua pequeña porque a la grande le falta un transformador para arrancar, pero lo hacen para que el servicio esté disponible en la institución, según Rafael Figueredo, representante.
En el caso de la Escuela Algarí, extensión Valle Campestre, ubicada en el sector Valles del Sol de Pavia, los mismos representantes han tenido que solventar la grave situación por no contar con suficientes aulas para que sus hijos reciban clases, «porque la construcción de los salones quedaron en promesas y sólo hay dos», dijo Yusmely Yépez, representante.
Agregó que ellos por el temor de que sus hijos no iniciaran clases este año escolar 2022-2023 continuaron con los trabajos que ya habían realizado el período escolar pasado, que era levantar tres aulas, pero les faltaba el piso.
Laura Igarra, presidenta del Colegio de Licenciados en Educación, dijo que la mayoría de las instituciones han tenido que recurrir a la autogestión entre padres, representantes y hasta los mismos docentes para solucionar las fallas que tienen los planteles. «Tenemos profesores que ayudan con un arreglo eléctrico o de plomería en las escuelas, pero ellos también son padres y colaboran en otras instituciones donde están inscritos sus hijos».
Igarra dijo que en el caso particular de la escuela Los Pocitos, en el municipio Crespo, los profesores han colaborado con el alumbrado, arreglaron las lámparas, pero también llevaron bombillos, además que han recuperado algunas mesas y sillas que estaban en mal estado, porque no cuentan con dotación y deben buscar una alternativa.
Así como estos casos, también hay otras instituciones que buscan solucionar y estas historias no son de este año escolar, sino que con el pasar del tiempo han optado por esta modalidad, siendo una manera de no dejar caer las instituciones y que los estudiantes puedan avanzar con sus clases.
Hay otros casos en los que también forman alianzas con empresas privadas o solicitan la colaboración para que les donen artículos de limpieza como cloro, jabón y desinfectante y otras cosas necesarias. Con la reactivación de las clases presenciales luego de la pandemia, esta modalidad fue aplicada aún más porque las instituciones se deterioraron. Representantes dicen que si se trata de inversiones grandes no lo pueden hacer.