El desempeño de la economía venezolana guarda una estrecha relación con el de la industria petrolera, que dejó de incrementar su producción en el transcurso del año, reduciendo su aporte en la actividad económica del país durante el último trimestre, contribuyendo con el freno del crecimiento económico
Brian Contreras / TalCual
La narrativa impulsada por el gobierno de Nicolás Maduro sobre el «milagro económico» parece estar por desmontarse, de acuerdo con estimaciones del Observatorio Venezolano de Finanzas (OVF) que asoman un posible techo para el crecimiento económico que ha experimentado el país en los últimos dos años.
Después de sufrir una caída del 80% del Producto Interno Bruto (PIB) entre 2013 y 2020, la economía venezolana empezó a experimentar un tímido rebote que se tradujo en crecimiento por primera vez tras ocho años.
El OVL avala con datos el discurso del Gobierno sobre el crecimiento económico, que en los últimos dos trimestres ha sido de cifras de dos dígitos. Reportan una expansión de 15,9% y 14,9% durante el primer y segundo trimestre de 2022, respectivamente.
Sin embargo, los resultados del tercer trimestre empiezan a avizorar esa debacle que han advertido expertos y analistas en el transcurso del año, pues aunque se mantiene el crecimiento, en esta ocasión se estima un 9,8%, lo que marca una desaceleración del ritmo en el que la economía se estaba recuperando.
De acuerdo con el OVF, esta desaceleración responde al «agotamiento» de la base que permitió dicha expansión: los aumentos de la producción petrolera. El incremento de la cantidad de barriles diarios producida en 2022, al comparar con 2020 y 2021, explicaba la entrada de más dinero al país.
Pero ahora la producción se estabilizó en torno a los 700.000 barriles diarios y no ha podido subir al millón, mucho menos a los dos millones como proyectaba Nicolás Maduro. En este sentido, el tamaño de la economía sintió el impacto.
«Esto significa una pérdida de dinamismo de la economía, debido principalmente al agotamiento de la base que permitió la citada expansión, a saber: los aumentos de la producción petrolera. Por tanto, se esté alcanzando el nivel en el cual el aporte de la actividad petrolera al crecimiento comienza a declinar», indica el OVF.
Recalcan que, después de que la contribución del sector petrolero en la actividad económica total de Venezuela durante 2021 correspondió a un 71%, ahora se contrasta con la dinámica de este trimestre, pues la industria petrolera aportó apenas un 52%.
Destacan además que el segundo factor que más contribuyó al ascenso de la actividad económica durante el tercer trimestre de 2022 fue el crédito bancario con 33,9%, principalmente en el segmento corporativo.
Siguen en la lista de aportes a la actividad económica del tercer trimestre del año la recaudación del Impuesto al Valor Agregado (IVA) como expresión del consumo privado, además de los depósitos de la Tesorería Nacional en el Banco Central de Venezuela (BCV).
Estos elementos, no obstante, aportaron poco al comparar con el gasto público, debido al «efecto diluyente» de la inflación, tanto sobre el monto del IVA recaudado como sobre el gasto ejecutado.
Finalmente, el OVF recuerda que el dinamismo de la economía no puede impulsarse con los bajos salarios percibidos en el país, especialmente por parte de trabajadores de la Administración Pública.
«Con remuneraciones de $20 mensuales que incluyen salarios o pensiones más bonos es difícil apreciar una recuperación de la demanda agregada», concluyeron los investigadores del observatorio.