Familiares de Frank Aponte, de 73 años de edad, denunciaron ante el Ministerio Público (MP) la presunta mala praxis de una cirugía ambulatoria de párpado , que debía ser sencilla y sin complicaciones, pero que terminó con la vida del paciente en un instituto médico en Caracas.
Su esposa, Yenny Aponte de Aponte, e hija, Yenifer Aponte, relatan que hace seis meses, Frank «quería una Blefaroplastía y quitarse un orzuelo para mejorar su campo visual. No era una cirugía urgente sino electiva».
Según las declaraciones de su cónyuge, ella le habría advertido al médico que Aponte «tenía la tensión arterial en 180/110 por lo que no era prudente hacer la operación», y aún así, el doctor a quien identificó como Daniel Páez, «lo desestimó y lo ingresó a quirófano».
Al parecer, el galeno le habría informado que ante esos valores lo sometería a anestesia general «y en el quirófano te controlo», así lo señaló la hija del fallecido.
Desde allí comenzó su calvario. Yenifer relata que en el «instituto médico no tenían cuidados intensivos y a mi papá le dio una fibrilación ventricular (…) y sin el equipo ni el personal adecuado, mi papá murió».
La esposa de Aponte explicó que tres horas después de ingresar al quirófano, donde ya se había infartado, el equipo médico, sin autorización de sus familiares, trasladaron al paciente hasta otra clínica, donde se confirmó su fallecimiento.
La familia, que reside en el estado Lara, detalló que por recomendaciones acudió a la capital para la intervención, pero se encontraron con este panorama, por lo que denunciaron ante el MP lo sucedido, para que se haga justicia e impedir que otras personas les ocurra lo mismo.