Venezuela y Colombia materializan este domingo la “apertura total” de su frontera con la inauguración de un puente binacional que permitirá el paso de vehículos de todo tipo, algo que no ocurre desde 2015.
El Puente Internacional Tienditas, recientemente denominado “Atanasio Girardot” y que conecta al estado venezolano de Táchira con el departamento del Norte de Santander, será el escenario de esta reapertura, con la que las autoridades de ambos países esperan impulsar la economía en esta región.
Desde principios de diciembre, cuando se anunció la “reapertura total” de la frontera, Venezuela emprendió trabajos de remodelación y restauración en esta zona que empezaron con el retiro de los contenedores que dispuso hace cuatro años como barrera en este acceso que está ubicado a 10 kilómetros al norte del puente Simón Bolívar, en medio de tensiones políticas con el entonces presidente colombiano, Iván Duque.
Autoridades venezolanas apuntaron que los trabajos en este acceso incluyeron la habilitación del puesto de control para la entrada y salida del transporte -a través de ocho taquillas- y la adecuación de espacios desde los cuales se fiscalizará el paso de camiones de carga pesada y de autobuses.
El sábado, una vez culminadas las reparaciones, el presidente venezolano, Nicolás Maduro, anunció que todo estaba listo para la inauguración de esta estructura que nunca ha sido usada y que fue el escenario de un enfrentamiento armado en 2019, cuando el antichavismo intentó ingresar ayuda humanitaria sin autorización de la llamada revolución bolivariana.
Por su parte, el embajador de Colombia en Venezuela, Armando Benedetti, apuntó que la reapertura de este paso vial es “una muestra más de la confianza recíproca” entre los países vecinos.
El gobernador de Táchira, Freddy Bernal, quien será el vocero oficial por Venezuela durante la apertura de este domingo, aseguró recientemente que el puente “se convertirá en una referencia importante para el intercambio de mercancía”.
La inminente puesta en funcionamiento de esta estructura, ha dicho el gobernador, supone riesgos de seguridad que las autoridades están contemplando, especialmente los relacionados con la extorsión, así como otros delitos que, prevé, empezarán a detectarse producto de la mutación de las bandas criminales ante esta nueva realidad.