Las claves del caos político: ¿Qué está pasando en el Congreso de EE UU?

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El Congreso estadounidense está viviendo estos días una situación insólita: tras recuperar el poder en la Cámara de Representantes después de las elecciones del pasado noviembre, los miembros del Partido Republicano no se ponen de acuerdo para elegir al presidente del Legislativo.

El Nacional

Kevin McCarthy, el líder del partido en la Cámara Baja durante los últimos años en la oposición, parecía la figura más indicada para suceder a la demócrata Nancy Pelosi, pero tras varias votaciones ha quedado claro que no le salen las cuentas.

Un total de veinte congresistas republicanos se resisten hasta ahora a apoyar a McCarthy, dos decenas de ultraderechistas que están poniendo de manifiesto un secreto a voces: la profunda fractura del Partido Republicano entre los más moderados y los radicales (con Donald Trump a la cabeza).

El 118 Congreso estadounidense, que tenía que haber arrancado el pasado martes, permanece bloqueado, a la espera de que McCarthy convenza a sus detractores a base de concesiones o que los republicanos encuentren a otra figura de consenso, algo poco probable.

¿Qué cargo se está dirimiendo?
La primera obligación cuando se constituye la Cámara Baja o de Representantes -la Alta es el Senado y juntas forman el Congreso, cuya sede es el Capitolio- tras cada elección (que tienen lugar cada dos años) es elegir a un presidente, una figura conocida como el «speaker».

Esta es la tercera autoridad del país, después del presidente de Estados Unidos, Joe Biden, y de la vicepresidenta, Kamala Harris, quien también preside el Senado. Por lo tanto, es el segundo en la línea de sucesión.

En cuanto a sus funciones en la Cámara, es el encargado de fijar gran parte del calendario legislativo, de decidir qué proyectos se votan y cuándo.

Puede, por tanto, hacer o deshacer la agenda de un presidente y empujar las iniciativas legislativas más importantes de su partido.

¿Qué necesita para ser electo?
McCarthy -u otro congresista que sea propuesto- necesita el apoyo de la mayoría de los presentes en el hemiciclo, al menos 218 votos, pues la Cámara Baja estadounidense cuenta con 435 asientos, 434 actualmente, tras el fallecimiento de un congresista en noviembre.

Los republicanos cuentan con una ajustada mayoría de 222 congresistas, tras los comicios de noviembre pasado, por lo que el candidato propuesto tiene que convencer a casi todos los legisladores conservadores.

Si alguno de los 434 congresistas no participa en la votación o se abstiene, el umbral para conseguir la victoria bajaría.

¿Quién es Kevin McCarthy?
Tras años liderando a los republicanos en la Cámara Baja (desde 2019) desde la oposición, Kevin McCarthy parecía el candidato más predecible, pese a que no convencía a todos en su propio partido.

Saltó a la política nacional desde California hace poco más de una década y entre 2014 y 2019 fue número dos de esta Cámara.

Pero en torno a su figura ha crecido en los últimos meses un movimiento de detractores, el «Never Kevin» (Kevin jamás), que hasta ahora había subestimado.

Ese grupo de ultraconservadores critica a McCarthy por no haber negociado con ellos una reforma del reglamento de los debates, ni los nombres para liderar los comités del Congreso en la nueva legislatura.

Los díscolos: ¿Quiénes son y qué quieren?
Los veinte congresistas díscolos pertenecen al Freedom Caucus, un grupo formado en 2015 por los republicanos más extremos -muchos de ellos miembros del extinguido Tea Party-, con el objetivo de empujar el liderazgo republicano hacia la derecha y fieles al expresidente Donald Trump.

Algunas de las peticiones que están negociando son el poder de hacer una moción de censura contra el «speaker», varias sillas en el comité de reglas, que se garanticen votaciones sobre temas fronterizos, la cabeza en varios subcomités y tener relevancia dentro del Comité de Asignaciones, uno de los más poderosos de la Cámara.

Hasta Trump pide consenso
Pese a que los detractores son en su mayoría fieles a Trump, el propio expresidente (2017-2021) rompió el miércoles una lanza en favor de McCarthy y en pro del consenso.

«Ahora es el momento de que todos nuestros grandes miembros republicanos de la Cámara voten por Kevin, cierren el trato y tomen la victoria», apuntó a través de un mensaje en su red social, Truth Social.

«Republicanos, no conviertan un gran triunfo en una derrota gigante y vergonzosa», añadió Trump, que ha anunciado que se postulará a la nominación de su partido a las elecciones presidenciales del año que viene.

Un espectáculo «vergonzoso», con los demócratas como observadores
Con su papel en la oposición recién estrenado, los demócratas se han limitado estos días a ejercer de observadores y mostrar su unidad apoyando a su propio aspirante, Hakeem Jeffries, y a aplaudir efusivamente en cada votación a Nancy Pelosi.

Biden aprovechó la ocasión para, en declaraciones a medios, descalificar lo sucedido. El mandatario dijo que el bloqueo de la Cámara Baja no es su «problema», pero advirtió a los republicanos que el espectáculo del martes fue «vergonzoso» y que «el resto del mundo lo está viendo».

¿Cómo se resuelve este hecho insólito?
Lo sucedido en el Congreso es un hecho insólito en la democracia estadounidense. La última vez que se necesitó más de una votación para elegir al «speaker» fue hace exactamente un siglo.

En 1923, el presidente de la Cámara fue elegido en una novena votación, mientras que en 1869 se logró tras 60 votaciones, un proceso que se alargó durante dos meses.

La única solución al conflicto es que se sigan celebrando sucesivas votaciones hasta que algún candidato alcance la mayoría.