Con pancartas y consignas, los manifestantes caminaron poco más de un kilómetro hasta la sede del Ministerio de Educación, donde entregaron un documento
Al menos 200 trabajadores públicos de la salud y educación, además de personal jubilado, volvieron a protestar este miércoles en Caracas para exigir al régimen de Venezuela una respuesta sobre la solicitud de aumento del salario mínimo, que se mantiene desde hace un año en 130 bolívares, un monto que equivalía a 30 dólares en un primer momento y ahora a unos 5,3 dólares al mes.
Con pancartas y consignas, los manifestantes caminaron poco más de un kilómetro hasta la sede del Ministerio de Educación, donde entregaron un documento en el que reiteraron su exigencia, por la que han realizado numerosas protestas este año, de que sea discutido y aprobado un nuevo salario que se ajuste a la devaluación de la moneda local frente al dólar.
“Nosotros no vamos a dejar la calle, nosotros no nos vamos a cansar (…) Nosotros le exigimos al Gobierno que tiene que dar respuestas en materia salarial, que tiene que entender que un pensionado, un trabajador, no puede vivir con cinco dólares”, dijo a EFE el secretario ejecutivo de la Federación Nacional de la Salud, Pablo Zambrano.
Durante la manifestación, varios asistentes se refirieron a los hechos de corrupción descubiertos recientemente dentro del chavismo -por los que van 19 altos funcionarios detenidos-, por lo que consideraron injustificable que el régimen retrase la aprobación de un aumento salarial.
“No me van a decir que no hay dinero, cuando aquí vimos esta semana la situación que hubo de corrupción. Entonces, sí hay dinero, solicitamos que se le dé al pueblo”, declaró el presidente del Sindicato Venezolano de Maestros, Édgar Machado.
La docente y líder sindical Filomena Gómez tuvo una opinión similar y, en declaraciones a EFE, recordó que los trabajadores públicos son quienes sufren las consecuencias de la corrupción descubierta, que en las últimas horas se saldó con la renuncia del ministro de Petróleo, Tareck El Aissami, y la detención del diputado oficialista Hugbel Roa.
“No solamente somos los educadores, es toda la masa trabajadora de nuestro país que está sufriendo los embates de esta corrupción (…) Es una miseria lo que estamos recibiendo, nos estamos muriendo de hambre, enfermos, no tenemos medicinas”, aseveró.