El gobierno de Nicolás Maduro guarda silencio ante la muerte de al menos 12 compatriotas detenidos en México, en un incendio ocurrido en un retén del Instituto Nacional de Migración. Ya otros gobiernos, como el de El Salvador, han exigido una investigación a fondo.
“El Salvador condena y exige investigación sobre accionar de personal migratorio en Ciudad Juárez, México”, indicó la Cancillería de esa nación en un comunicado. Agregó que las autoridades deben llevar “a los responsables ante la justicia”.
Más de 300 organizaciones no gubernamentales señalaron que la situación refleja la ausencia de protocolos y una política de Estado para garantizar los derechos y protección de personas migrantes y solicitantes de asilo.
“Esta lamentable e indignante tragedia ocurrió luego de un operativo a cargo de autoridades municipales y federales, las que, indolentes, continúan criminalizando a través de los discursos y plataformas oficiales que son replicadas por los medios de comunicación”, añadieron.
De este lado, mientras tanto, Maduro calla. Claro, los migrantes para este gobierno no son venezolanos o, peor, no existen. Ya en estos días acusaron a la Organización Internacional para las Migraciones y a Acnur, la agencia de la ONU para los Refugiados, de politizar la cifra real de migrantes y de inflarlas.
Tampoco se quiere atacar a uno de sus más firmes aliados, el presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador, al que de seguro ni lo va a criticar, ni le va a exigir nada.
Es este un gobierno al que no le interesa el pueblo, solo se mira a sí mismo. Por eso se roban el dinero en nuestras caras y nos dice que está combatiendo la corrupción o que la culpa de todo lo tienen las sanciones. Cuando habla, inventa. En lo del incendio ni siquiera habla, guarda un silencio cómplice.