La Federación Venezolana de Maestros (FVM) exigió este jueves la reanudación de la negociación del convenio colectivo que permita tener un salario “digno, justo y suficiente” para los trabajadores del sector educativo del país caribeño.
“Exigimos al Gobierno nacional un aumento salarial y la continuidad de la discusión de la Tercera Convención Única y Unitaria”, indicó la presidenta de la FVM, Carmen Teresa Márquez, en rueda de prensa.
Márquez dijo que se ha aprobado un 30% de las cláusulas del convenio colectivo, pero que, actualmente, la negociación se encuentra suspendida porque el régimen de Nicolás Maduro “paró las discusiones”.
Asimismo, informó que, esta semana, representantes del gremio se reunieron con la ministra de Educación, Yelitze Santaella, para exigirle el pago de deudas pendientes y la búsqueda de recursos económicos que “dignifiquen” las condiciones de vida y de trabajo de los maestros y demás trabajadores del sector.
Sobre el aumento en dos bonos anunciado el 1 de mayo por el dictador chavista -uno de alimentación que pasó de 1,8 dólares a 40 dólares, y otro de “guerra”, equivalente a 30 dólares- Márquez sostuvo que esto resulta insuficiente para que los trabajadores o los jubilados “sobrevivan”.
“No dio el aumento salarial, se basó en dar bonificaciones que no le permiten realmente sobrevivir, ni a los jubilados ni a los trabajadores, ni a los maestros que están ganando escasamente entre 15 y 20 dólares quincenales, aun cuando la canasta alimentaria está en 510 dólares”, añadió.
Maduro firmó el decreto de aumento de estos bonos, que serán indexados mensualmente a la tasa oficial del dólar estadounidense publicado por el Banco Central (BCV), el pasado 2 de mayo.
El salario mínimo en Venezuela, aumentado por última vez a 130 bolívares en marzo de 2022, cuando equivalía a 29,68 dólares, se ha devaluado un 82%, hasta llegar a los 5,18 dólares actuales, a consecuencia de la inflación, una situación que ha impulsado más de 2.000 protestas laborales este año, según ONG.
Este nivel del salario, el “cuarto más bajo del planeta, detrás de Ruanda, Burundi y Uganda”, es el resultado de una caída de la economía de un 80% entre 2013 y 2021, la “tercera peor crisis en la historia económica global”, dijo a la agencia de noticias EFE el economista y director del Centro de Investigación y Formación Obrera (CIFO), Manuel Sutherland.
De acuerdo con Sutherland, empresarios, sindicatos y Gobierno deben sentarse a “discutir en una mesa de diálogo y de toma de decisión en materia económica, política, electoral y social” para “llegar a un acuerdo” que genere condiciones favorables para “estimular la producción y la productividad”, de lo que “depende el salario”.
Aseguró que si no hay acuerdos que permitan llegar a las partes a “una paz económica mínima, no va a poder haber un aumento salarial realmente sostenible”.
Si bien las sanciones “no causaron la crisis económica ni la baja salarial”, explicó, sí impiden la recuperación “fluida” que necesita la economía para poder empezar a mejorar los salarios, a través de una “inserción en el mercado internacional para vender el petróleo y mercancías de una manera mucho más transparente, fiscalizable, auditable y limpia”.