En la basílica de San Pedro, el papa Francisco presidió la celebración de Pentecostés y expresó su pesar por la cantidad de discordia y división en el mundo actual. El pontífice hizo hincapié en la necesidad de construir la armonía y superar la indiferencia y la soledad que nos afectan.
Con información de EFE
Durante su homilía, el papa Francisco destacó la tristeza que siente al ver tantas guerras y conflictos, calificando de «increíble» la maldad que el ser humano es capaz de cometer. Reconoció que el espíritu de división, representado por el diablo, alimenta estas hostilidades y disfruta de los antagonismos y las injusticias.
El papa Francisco hizo un llamamiento a la unidad en la Iglesia, instando a evitar divisiones y polarizaciones. En lugar de criticar y enojarse, invitó a invocar al Espíritu Santo para renovar la faz de la tierra y buscar la armonía, el perdón y la unidad en los corazones.
Concluyendo su homilía, el papa Francisco pidió al Espíritu Santo que sea el don de dones, la armonía de la Iglesia, el espíritu del perdón y la armonía de los corazones. Sus palabras reflejan su deseo de promover la paz, el amor y la reconciliación en un mundo marcado por los conflictos y la división.